Hamburgo, en la actualidad: la periodista alemana Stephanie nació y creció en Nueva Zelanda. Pero ha perdido cualquier recuerdo sobre sus primeros años de vida ahí. Ahora deberá volver al país de su infancia y recuperar su pasado.
Ahí descubre la existencia del diario de una joven maorí del siglo pasado, cuya dramática historia tiene una profunda influencia sobre los hechos del presente.
En su viaje por Nueva Zelanda la acompañará el carismático y atractivo maorí Weru, que la ayudará no solo a descubrir secretos familiares escondidos durante mucho tiempo, sino también emociones que Stephanie nunca se había atrevido a conocer.
Ficha del libro: AQUÍ
Hacía cuatro años que no leía una novela de Sarah Lark y aunque tengo todos sus libros en casa, solamente he leído La Trilogía de la Nube Blanca y La Saga del Caribe. Todas me gustaron mucho, pero creo que ninguna como la primera "En el país de la nube blanca", seguramente no porque sea la mejor, sino por haber sido eso, la primera. Sé que las que tengo pendientes me gustarán, porque es un tipo de libro que disfruto bastante, pero también son historias entre las que me gusta poner distancia porque se parecen demasiado, así que me parecía que cuatro años habían sido más que suficientes.
Algo que también me animó mucho a adentrarme en esta novela fue que (al menos en principio) no forma parte de ninguna serie/saga/trilogía, étc. y me apetecía volver a transitar por los exóticos parajes de Nueva Zelanda.
En esta novela Sarah Lark narra la historia en dos líneas temporales, una técnica bastante habitual narrativamente, pero que sin embargo ella no había utilizado hasta ahora. A mí personalmente es algo que me gusta mucho, aunque la mayoría de las veces acabo sintíendome más atraída por una de las dos líneas temporales y en este caso, para mí la más interesante es la parte más histórica de la novela.
La novela comienza situándonos en Alemania en la actualidad. Allí vive Stephanie, una periodista encargada de investigar casos de asesinatos no resueltos. Un día su jefe le pide que se preste a una sesión de hipnotismo para intentar desenmascarar el fraude que pueda existir tras las regresiones a vidas pasadas a las que el hipnotizador Rubert Helbrich lleva a sus clientes durante sus sesiones y que tanto dinero le están costando, ya que su mujer se ha aficionado mucho a ellas. Cuando Stephanie acude al gabinete del hipnotizador lo hace absolutamente convencida de que nada saldrá de allí, pero su sorpresa es mayúscula cuando Helbrich le dice que ha sido todo un éxito y es que durante el trance Stephanie dice ser Marama, hija de un jefe tribal maorí y son tantos los datos que va contando que como mínimo la duda ha quedado sembrada ¿Habrá existido de verdad esa tal Marama? Es cierto que Steph vivió en Nueva Zelanda con sus padres, hasta que su padre murió en un accidente de coche y su madre regresó con ella a Alemania. Además aquello le causó tal trauma que no recuerda absolutamente nada de los años vividos allí. Lo mejor es viajar a Nueva Zelanda y descubrir si Marama existió, además uno de los casos en los que Steph está trabajando es un asesinato no resuelto que ocurrió allí y quién sabe si de paso lograr recordar retazos de su niñez en aquel país.
Es evidente que la otra línea temporal es la del pasado, por lo tanto abarca la vida de Marama que sí existió realmente, pero ¿Es Stephanie una especie de reencarnación suya? A eso no os voy a contestar claro, lo que sí os puedo decir es que toda la historia que tiene que ver con Marama es la parte que más me ha gustado de la novela. Realmente Marama era la hija de un jefe tribal de la Isla Norte, pero cuando era una niña perdió a su familia y acabó siendo acogida en casa de los Clavell, que en aquel momento tienen un niño (Leonar) y una niña (Sarah) casi de la misma edad que Marama y veremos que aunque al principio le cuesta adaptarse a las costumbres de una cultura que desconoce por completo, poco a poco va demostrando lo inteligente que es, lo rápido que aprende y se va adaptando a su nueva vida, casi como si fuera la tercera hija de los Clavell, pero solo "casi", porque lo que prometía un futuro feliz, poco a poco se va tornando en algo muy diferente.
Fotografía extraída de Lavozdealmeria.com |
La historia de Marama nos la cuenta ella en primera persona gracias a un diario que dejó escrito, o al menos gracias a una parte de ese diario, que nadie sabe dónde está. La búsqueda de ese diario, en compañía de un Weru un joven y arrogante maorí y la resolución del caso de asesinato sobre el que Stephanie quiere escribir se irán alternando con el relato de diario, hasta hacer que todas las subtramas acaben uniéndose.
Sobre los personajes, para mí sin duda quien destaca por encima de todos es Marama, me ha parecido un personaje completísimo. La vemos crecer desde que era una niña y pasar por todo tipo de emociones, hay en la novela una Marama feliz, inteligente, triste, decepcionada, enamorada, luchadora, rabiosa, valiente... es un personaje que transmite muchas emociones, la verdad. Además le sirve a la autora para retratar el mundo maorí con todo detalle. Tanto la ambientación de aquella convulsa (mitad/finales del siglo XIX) como las costumbres. Personalmente es una cultura que me atrae mucho y es una parte que he disfrutado bastante. El significado de sus tatuajes, por ejemplo, ha sido una parte que me ha interesado mucho. Eso sí, todos los nombres maoríes tanto de tribus como de personas, me han resultado tan complicados como los de las novelas nórdicas ¡madre mía!
Sin embargo Stephanie me ha parecido mucho más plana, aunque es cierto que a medida que va recordando su pasado parece ser más interesante, sobre todo hacia el final de la historia, pero nada comparado al personaje de Marama. Tampoco me ha interesado demasiado su historia de "amor", la verdad. Que una parte del pasado de Stephanie la resuelva de forma tan "fácil" un compañero de trabajo, tampoco me ha parecido muy creíble, pero bueno, son percepciones mías muy personales.
En general el libro me ha gustado y me ha encantado volver a encontrarme con Sarah Lark, pero quizás esperaba algo más. Creo que la culpa la tiene "El país de la nube blanca", que me gustó tanto que de momento ninguna de sus otras novelas la ha superado. En todo caso, me parece un libro ideal para empezar a conocer a esta autora, ya que como dije al principio es una historia autoconclusiva.
Booktrailer
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