Mostrando entradas con la etiqueta Fragmentos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Fragmentos. Mostrar todas las entradas
9:00

Fragmentos #9. La imaginación descontrolada de Olivia Jules

by , in
¡Qué abandonadita tengo la sección de fragmentos! Pero aprovechando el movimiento de libros a las nuevas estanterías he apartado unos cuantos para ir rescatando algunos títulos de los que sacar algo.

Hoy le toca a Helen Fielding con esta novela. Después de leer los libros de Bridget Jones no pude resistirme a comprarlo. Me tropecé con él en un aeropuerto y como ese día había ido a recoger a alguien y yo siempre llego con tiempo de sobra, lo compré y me puse a leer. Reconozco que no me gustó ni la mitad que los de Bridget, pero hubo un momento en que me dio la risa sentada ante la puerta de llegadas, con todo lleno de gente que no sabía dónde meterme. Sólo por ese buen rato que me hizo pasar traigo por aquí un extracto.


-Soy yo- susurró apremiante.
- Joder, Olivia, son las tantas de la madrugada.
-Lo sé. Lo sé y lo siento, pero es muy importante.
-De acuerdo. ¿De qué se trata? Déjame que adivine. ¿Has descubierto que Miami es un holograma gigante creado por los alienígenas? ¿Piensas casarte con Elton John?

-No- contestó Olivia.[...]
-¿Qué pasa? Suéltalo de una vez.
-Creo que he encontrado a Osama Bin Laden.
Kate se echó a reír. Se carcajeó largo rato. Dolida, Olivia hundió los hombros y parpadeó con rapidez. [...]

-Está bien –masculló Kate finalmente-. ¿Qué grado de embriaguez has alcanzado?
-No estoy borracha-replicó Olivia indignada.
-¿Estás segura de que no es Abraham Lincoln redivivo?

-Cierra el pico- ordenó Olivia -. Hablo en serio. Piensa un poco. ¿Hay algo más efectivo para ocultarse que ponerse a la vista de todos, donde nadie espera verte?
-A bote pronto se me ocurren tres o cuatrocientos lugares. ¿Mide metro noventa y pico y ronda los cincuenta años?
-No, esa es la cuestión. Se ha hecho la cirugía estética. Ha modificado radicalmente su aspecto. Es posible que se haya quitado unos centímetros de las piernas y retocado la cara.

-Está bien, está bien. Pero, por lo que dices Osama Bin Laden podría ser Oprah Winfrey, Britney Spears o Eminem. ¿Por qué te has decidido por este tío?
-Tiene algo. Diría que es lánguido.
-Vaya, ¿por qué no lo has dicho antes? ¿Es lánguido? Me parece definitivo. Estoy segura de que ocupa el primer puesto en la lista de los lánguidos más buscados por el FBI.
-Cállate. Se presenta como Pierre Ferramo. Se hace pasar por francés, pero no creo que lo sea. Arrastra las erres como los árabes. Te juro que es impresionante.

-De acuerdo, está bien. ¿Osama Bin Ferramo bebió alcohol?
-Sí- respondió Olivia sin tenerlas todas consigo.
-¿Coqueteó contigo?
-También.
-Olivia, Osama Bin Laden es musulmán. ¿Sabes qué significa ser musulmán?
-Claro que lo sé -se defendió Olivia-. Lo que digo es que se trata de una tapadera. No está en una cueva de Afganistán. Pulula por los círculos de moda y se hace pasar por un hombre de negocios internacional barra playboy barra productor cinematográfico. Estoy decidida a llegar al fondo de la cuestión. Lo llevaré ante la justicia, salvaré al mundo del terror y me convertiré en multimillonaria.
-Quiero que me prometas algo.
-¿Qué?
-Prométeme que no llamarás a Barry para contarle que has visto a Osama Bin Laden en la presentación de una crema de belleza”.
8:00

Fragmentos #8. La evolución de Calpurnia Tate

by , in
Como sabéis estamos en el plazo de lectura conjunta de la novela “La Evolución de Calpurnia Tate”. Como yo ya la he leído y creo que es un libro que merece la pena, os dejo un fragmento por si todavía se anima algún lector más a unirse al grupo. El libro tiene 310 hojas pero se lee muy rapidito y además las reseñas no se empezarán a colgar hasta el próximo 9 de Agosto, así que aún hay tiempo.

Si alguien más se quiere unir, que deje un comentario aquí mismo o en la ENTRADA ORIGINAL.


- ¿Qué sabes del Método Científico, Calpurnia?
Por el modo en que lo dijo, supe que eran palabras que se escribían con mayúscula.
- Pues... poca cosa.
- ¿Qué estás estudiando en la escuela? Porque vas a la escuela, ¿no?
- Por supuesto que voy. Aprendemos a leer, a escribir, aritmética y caligrafía. Ah, y conducta. A mí me pusieron un suficiente en postura y un insuficiente en el uso del pañuelo y el dedal. A mamá no le hizo mucha ilusión.
- ¡Dios santo, es peor de lo que creía –exclamó. Aunque no la entendí, fue una afirmación interesante-. ¿Y no hay ciencia? ¿Ni física?
- Un día tuvimos botánica. ¿Qué es física?
- ¿No has oído hablar de sir Isaac Newton? ¿O sir Francis Bacon?
- No. […]
- Y supongo que te enseñan que el mundo es plano y que hay dragones que se zampan a los barcos que se caen por el borde. –Me miró fijamente-. Tenemos muchas cosas de que hablar. Sólo espero que no sea demasiado tarde. Vamos a buscar un lugar para sentarnos.

Reanudamos nuestro camino hacia el río y hallamos sombra bajo un hospitalario árbol en la parte baja de las pacanas. Entonces me contó unas cosas increíbles. Me contó maneras de llegar a la verdad de cualquier tema, no sólo sentándote a pensar en ello como Aristóteles (un señor griego, listo pero confundido), sino saliendo a mirar con tus propios ojos; …

Podéis leer los dos primeros capítulos del libro pinchando AQUI

Foto del libro: http://abcnews.go.com/images/GMA/ht_evolution_090630_main.jpg
15:00

Fragmentos #7. Estupor y temblores

by , in
Como esta semana no puedo ni leer, ni reseñar, ni atender el blog por falta de horas os dejo uno de los párrafos más interesantes del último libro que he leído y que me gustado mucho, pero del que todavía no he hecho la reseña.

Desde ayer en que comenzamos, hasta el sábado, nos vamos a dedicar todos los días que quedan de esta semana (menos hoy que será día de médicos) a seleccionar materiales para confeccionar las LAS ALFOMBRAS DE FLORES del día de Corpus. El domingo iremos a hacerlas y como por la tarde (después de unos cuantos años de experiencia) no podré con el alma, creo que no retornaré por aquí hasta el lunes con una nueva reseña, pero al menos intentaré leer y comentar en vuestros blogs por las noches cuando llegue a casa si es que tengo las manos con ánimos para teclear y contestar cualquier mensaje que tenga en la bandeja.


AMELIE NOTHOMB

No es que la nipona sea una víctima, nada más lejos de la realidad. De todas las mujeres del planeta, la nipona no es de las que salen peor paradas. Su poder es considerable: hablo por experiencia.

No: si por algo merece ser admirada la japonesa -y merece serlo-, es porque no se suicida. Conspiran contra su ideal desde su más tierna infancia. Moldean su cerebro: "si a los veinticinco años todavía no te has casado, tendrás una buena razón para sentirte avergonzada", "si sonríes perderás tu distinción", "si tu rostro expresa algún sentimiento, te convertirás en una persona vulgar", "si, en público, un muchacho te da un beso en la mejilla, eres una puta", "si disfrutas comiendo, eres una cerda", "si dormir te produce placer, eres una vaca", etc. Estos preceptos resultarían anecdóticos si no la emprendieran también con la mente.

Porque, en resumidas cuentas, la estocada que, a través de todos estos dogmas incongruentes, se ha asestado a la nipona es que nada bueno debe esperar de la vida.
16:44

Fragmentos #6. "Te daré la tierra"

by , in

CHUFO LLORENS

Un momento de silencio se estableció entre el confesor y el penitente.
- Veréis. El caso es, como os he dicho, que soy viudo. Mi esposa aportó al matrimonio una hija del suyo anterior, que ahora ha cumplido trece años. Es hermosa como una gacela; sus formas se insinúan bajo su túnica aunque todavía no están definidas, sus senos son dos fresones salvajes...
- No sigáis por ese camino, pero continuad.
La voz de Montcusí prosiguió, con voz ronca y desgarrada.
- El amor filial que sentí por ella mientras vivió su madre se ha convertido en una pasión aniquiladora. Se me subleva la sangre cuando veo que le ha llegado el tiempo de merecer y pienso que puedo matar al que se acerque a su lado y la pretenda.
El sacerdote escuchaba atentamente.
- ¿Qué puedo hacer, padre? -preguntó el consejero, cabizbajo.
- Debéis apartarla de vuestro lado. La proximidad de la mujer es tremendamente nociva. Desde que nacen son las grandes tentadoras; ved que Adán fue feliz en el paraíso hasta que el Señor creó a Eva. Tienen el mal en las entrañas y desde niñas gozan de la malignidad de la serpiente. Os aconsejo que la obliguéis a entrar en un convento. Allí moderarán sus ansias de pecado porque, aunque la creáis una criatura inocente, ella conoce muy bien la forma de tentaros, y vos, pobre pecador, estáis inerme ante su descaro.
- Padre -replicó Montcusí, casi sin voz-, no me veo capaz de apartarla de mí.
- Entonces os condenaréis, y si no tenéis un propósito de enmienda no podré daros la absolución.
- Padre, aunque arda en el fuego de los infiernos no soy capaz de vivir sin ella. Mis días transcurrirán grises y monótonos, sin motivo alguno. Si mis ojos no pueden gozar de su presencia, entonces me convertiré en un muerto en vida.
- Hijo querido, luchad contra la tentación que se ha instalado en vuestra vida. No es vuestra la culpa, es que así es la natura. Para el hombre la edad no importa; una niña, en cuanto pesa treinta libras, es una mujer. El Señor, que en nada puede equivocarse, dijo al crear al hombre "creced y multiplicaos". Por tanto, en cuanto a una hembra le llega la flor, es que es tiempo de merecer y por tanto de preñarse. ¿Por qué no la desposáis? Nada como el matrimonio para mitigar los ardores de la pasión carnal
- No puedo, padre. En su día la prohijé y es sabido que la Santa Iglesia no permite ayuntamiento carnal entre padrino y ahijada.
- Pero existen bulas y licencias; podéis demandar una de ellas.
- Debo deciros que ella jamás consentiría.
- Entonces, hijo mío, mala solución tiene vuestro dilema. Sin embargo, aunque hoy sin vuestro propósito de enmienda no puedo daros la absolución, no dejéis de venir a verme; veremos con el tiempo cómo trampeamos esta contrariedad. Rezad mucho, hijo mío: la oración es el único escudo contra el maligno, que adopta en infinidad de ocasiones el cuerpo de la mujer.
8:30

Fragmentos #5. "El niño 44"

by , in

Así comienza esta fantástica novela de TOM ROB SMITH Un comienzo que atrapa sin lugar a dudas.

CHERVOY
UCRANIA
UNIÓN SOVIÉTICA

25 DE ENERO DE 1933

Como Maria había decidido morir, su gato tendría que arreglárselas solo. Ella ya se había ocupado de él mucho más de lo razonable.
Hacía tiempo que las ratas y los ratones habían caído en trampas y servido como comida para la gente del pueblo. Los animales domésticos habían desaparecido poco después. Todos menos uno, aquel gato, su compañero, que ella había escondido. ¿Por qué no lo había matado? Necesitaba una razón para vivir; algo que proteger y querer..., una razón para sobrevivir. Se había prometido seguir alimentándolo hasta el día que no pudiera alimentarse ella misma. Aquel día había llegado. Ya había cortado sus botas de cuero en tiras, las había hervido con ortigas y semillas de remolacha. Ya había escarbado la tierra en busca de gusanos, había lamido cortezas. Aquella mañana, en un delirio febril, se había puesto a mordisquear la pata del taburete de la cocina, masticando y masticando hasta que las astillas le salían de entre las encías. Cuando vio huir a su gato, que se escondía bajo la cama, que se negó a aparecer incluso cuando ella se agachó, llamándolo por su nombre, intentando convencerle para que saliera, fue el momento en el que Maria decidió morir. Sin nada que comer y nada que querer.
Maria esperó hasta la caída de la noche para abrir la puerta. Le pareció que, bajo el manto de la oscuridad, su gato tendría más oportunidades de llegar hasta el bosque sin ser visto. Si alguien del pueblo lo veía, lo cazaría. Incluso en aquel momento, tan cerca de su propia muerte, la idea de que mataran a su gato le desagradaba. Se consoló sabiendo que la sorpresa estaba de su parte. En una comunidad en la que los hombres maduros mascaban puñados de tierra con la esperanza de encontrar hormigas o huevos de  insectos, en la que los niños escarbaban la mierda de caballo esperando encontrar cáscaras de grano sin digerir, y las mujeres se peleaban por la posesión de huesos, Maria estaba segura de que nadie iba a pensar que un gato pudiera seguir vivo.


Pavel no podía creer lo que estaba viendo. Era extraño, delgado, con ojos verdes y una piel con motas negras. Era un gato, sin duda. Había salido a recoger leña cuando vio al animal salir disparado de la casa de Maria Antonovna, cruzar la carretera cubierta de nieve y dirigirse hacia el bosque. Aguantando la  respiración, miró a su alrededor. Nadie más lo había visto. No había nadie por allí; no había luces en las ventanas. Espirales de humo, la única señal de vida, surgían de menos de la mitad de las chimeneas. Era como si la intensa nevada hubiera apagado el pueblo, extinguiendo toda señal de vida. La mayor parte de la nieve estaba intacta: apenas había pisadas y no se había excavado ningún camino. Los días eran tan silenciosos como las noches. Nadie se levantaba para ir a trabajar. Ninguno de sus amigos salía a jugar; se quedaban en sus casas, donde sus familias se acurrucaban en las camas, formando hileras de ojos hundidos que miraban al techo. Los adultos habían empezado a parecer niños, y los niños, adultos. La mayoría había dejado de intentar buscar restos de comida. En aquellas circunstancias, la aparición de un gato era nada
menos que un milagro; el resurgir de una criatura considerada extinta desde hacía tiempo.
Pavel cerró los ojos e intentó recordar la última vez que había comido carne. Cuando los abrió, seguía salivando. La saliva le corría por un lado de la cara en gruesas hileras. Se la limpió con el reverso de la mano. Excitado, dejó caer el montón de ramas y corrió hacia su casa. Tenía que contarle a su madre, Oksana, la increíble noticia.
8:35

Fragmentos #4. "El pescador de cangrejos"

by , in

SUSANA NEGRO
"- Mademoiselle- susurró-, por favor... descálcese.
Obedecí.
Duong Thai Loan abandonó el balcón, vino hacia mí. En su camino tomó un almohadón. Se agachó junto a la silla en la que yo continuaba rígida. Recogió con el antebrazo derecho mis pantorrillas y acomodó el almohadón debajo de los pies. Dilatados segundos en los cuales la selva acució nuestra respiración. Con las yemas circundó mis uñas, botones rubí. Una palpitación violenta me quitó el aire al sentir sus palmas por el empeine, los tobillos. Con el cuenco de las manos me apresó los talones y se deslizó hasta palpar una a una las cavidades entre mis dedos. Se arrodilló, inclinó la cabeza y posó sus labios, primero en un pie y, luego, en el otro."

...........

"Me sostuve contra el cortinado. Reptó hasta mí su pelo negro y las manos ávidas exploraron las horas que nos habían separado. Empezó a murmurar palabras en su lengua; con ellas enjoyó mi cuello y los lóbulos de mis orejas, derramó en el cuenco de mis oídos un decir húmedo, caliente y arisco. Envueltos en el abrazo del cortinado, fuimos un fruto creciente y poderoso. Penetró en mi alcoba el titilar de la noche. Penetró la punta comba, un poco hendida, del astro que precede el haz luminoso y apretado del cometa. Y anidó en la cripta voraz. Contienda de jaulas y fieras, la jungla se enseñoreó. Desvanecerme y evanescerme. Nos arrastró un oleaje de brazos, piernas, torsos multiplicados, infinitos, estrepitosos. Mi lecho fue barca, manjar, cumbre, precipicio. Mi cuerpo : bóveda, cosmos, pedregal, rocío."

...........

"Me senté en el rellano tal como lo hiciera las noches de Stendhal. El pasado y sus marchitos personajes se sentaron a mi lado. No circularon lento, como en una película, sino en apretado desfile, al unísono, súbitos, expeliendo silbos de hielo. Me provocaron tan amargo sentir en tan brevísimo instante que me quedé sin respiración. Mientras me tragaba las lágrimas, escuché a papa patear la pila de cajas con fotografías amarronadas. Lo escuché precipitar caireles, bronces, crispar alguna porcelana. Seguí el pavor de ella y el derrotero de las suelas de él desandando encima de mi cabeza; me pareció verlo arribar al ropero de la abuela, vulnerar llaves y goznes, y reprimir el estremecimiento ante el teatro de lentejuelas, draperies, rasos perlados, azules terciopelos. Oí los jadeos entremezclados y una batalla de pies y manotazos. Oí chirriar la falleba de la ventanuca por cuyo vano observara yo pasar los contingentes alemanes una tarde lluvia. y oí la lluvia parisina [...] lluvia cadenciosa, mansa, aferrada a los hilvanes de coñac, a la desventura de madame de Rênal, a los suspiros de Matilde la Mole y al pálido ensortijado de Julián Sorel."
13:27

Fragmentos #3. "Ojos de agua"

by , in
DOMINGO VILLAR

Estévez señaló una sepultura excavada en la tierra.
El inspector leyó el epitafio grabado en el mármol que la cubría: "Aquí descansa Andrés Lema Couto, muerto el 23 de julio en la misma mar que me lo devolvió para darle sepultura el 4 de agosto de 1981. Tu agradecida esposa estará siempre contigo".
- ¿Le agradece al mar que se llevase a su marido?- preguntó el agente.
- No, le agradece que se lo devolviera.
- Pero si se lo ha devuelto muerto-replicó incrédulo Estévez.
- La gente de la mar conoce el riesgo, Rafa. Todos saben que se puede morir cualquier día. El desasosiego no lo produce la muerte, lo produce el no tener cuerpo que enterrar. Cuando un barco se hunde y los ahogados no salen a la superficie, las familias se quedan en tierra llorando fantasmas. La esposa de este hombre tiene a su marido, lo tiene aunque sea aquí, en el cementerio. Las mujeres de los desaparecidos, no. Se convierten en viudas blancas que miran a la mar cada mañana preguntándole por los suyos. Y así un día tras otro, sin encontrar respuesta.
- Visto de esa manera...
12:07

Fragmentos #2. "La historia del amor"

by , in
NICOLE KRAUSS
"Mi corazón es débil y poco fiable. Cuando me muera, será del corazón. Procuro castigarlo lo menos posible. Si presiento que algo ha de afectarlo, lo desvío hacia otro sitio. El vientre, por ejemplo, o los pulmones, que pueden colapsarse un momento, pero siempre vuelve a tomar aliento. Las pequeñas humillaciones cotidianas, por ejemplo, si al pasar por delante de un espejo me veo la cara de improviso, o estando en la parada del autobús unos chavales se acercan por detrás y dicen "¿No hueles a mierda?", suelo encajarlas con el hígado. Otros ataques los dirijo hacia distintos puntos. El páncreas lo reservo para la nostalgia de todo lo perdido. Es verdad que es un órgano muy pequeño para tantas cosas. Pero. Te sorprendería lo mucho que puede aguantar, lo único que siento es un dolor agudo, pero pasa enseguida. A veces imagino mi propia autopsia. Decepción que provoco en mí mismo: riñón derecho. Decepción que provoco en los demás: riñón izquierdo. Fracasos personales: kishkes. No pretendo haber hecho de eso una ciencia. Tan bien estudiado no lo tengo. Tomo las cosas como vienen. Es sólo que he observado cierta pauta. El día en que se atrasan los relojes y oscurece antes de lo que yo esperaba, eso, por razones que no puedo explicarme, lo noto en las muñecas... Ayer vi aun hombre dar un puntapié a un perro, y lo sentí detrás de los ojos. No sé cómo llamarlo. Es el sitio que está antes de las lágrimas. El dolor del olvido: las vértebras. El dolor del recuerdo: las vértebras. Todas las veces en que, de pronto, me doy cuenta de que mis padres han muerto, porque aun hoy me sorprende estar en este mundo cuando lo que me creó ha dejado de existir: las rodillas, y necesito medio tubo de linimento y muchos sudores sólo para doblarlas. Cada cosa tiene su momento, y cada vez que, al despertar, he caído en el error de creer por un momento que a mi lado dormía alguien: una hemorroide. La soledad: no hay órgano que pueda asimilarla toda."
16:16

Fragmentos #1. "Ojalá fuera cierto"

by , in

MARC LEVY
"¿Quieres entender lo que es un año de vida? Pregúntaselo a un estudiante que acaba de suspender el examen de fin de curso.
¿Un mes de vida? Díselo a una mujer que acaba de traer al mundo a un niño prematuro y espera que salga de la incubadora para estrecharlo entre sus brazos, sano y salvo.
¿Una semana? Que te lo cuente un hombre que trabaja en una fábrica o en una mina para mantener a la familia.
¿Un dia? Háblales del asunto a dos que están locamente enamorados uno del otro y esperan el momento de volver a estar juntos.
¿Una hora? Pregúntale a una persona claustrofóbica encerrada en un ascensor averiado.
¿Un segundo? Mira la expresión de un hombre que acaba de salvarse de un accidente de coche. ¿Y una milésima de segundo? Pregúntale al atleta que acaba de ganar la medalla de plata en los Juegos Olímpicos, en vez de la medalla de oro para la que lleva toda la vida entrenándose.
La vida es mágica, Arthur, y hablo con conocimiento de causa, porque desde que sufrí el accidente saboreo el premio que es cada instante.
Así que, por favor, aprovechemos todos estos segundos que nos quedan."