AUTOR: Paul Murray
EDITORIAL: Pálido Fuego
Sinopsis:
En Skippy muere, Daniel “Skippy” Juster, de catorce años de edad y alumno de un exclusivo internado católico irlandés, fallece inexplicablemente antes siquiera de dar comienzo la novela propiamente dicha. Con estos sencillos y, en apariencia, anticlimáticos mimbres, Paul Murray consigue armar una narración perfecta sobre la pérdida de la inocencia y las múltiples brechas que fragmentan la sociedad actual.
La novela, ambientada en 2003, radiografía ese sector de la clase media-alta europea periférica caracterizado por una superficialidad, un materialismo y un egoísmo superlativos, cuyo único fin es la riqueza, y cuyas acciones suponen una traición en toda regla a sus descendientes inmediatos: sus hijos.
Me ha costado muchísimo leer esta novela y es curioso porque sin resultarme una novela ágil, ni engancharme desde el principio, tampoco quería dejarla de lado, así que lógicamente sus más de seiscientas páginas me han llevado un tiempo.
Mi problema principal ha sido su extensión, creo que le sobran páginas o quizás simplemente es que había partes de la novela que me desconectaban de la lectura, por ejemplo todo lo relacionado con Ruprecht , el compañero de Skippy y sus ideas y experimentos, al igual que todos los momentos en los que aparecen Skippy jugando a sus videojuegos.
El eje central de la novela es la muerte de Skippy, un alumno interno en un colegio católico irlandés. Su muerte ocurre en el primer capítulo, aunque no queda muy claro el motivo de esta, así que a través de un amplio elenco de personajes que se relacionaban de un modo u otro con el difunto: amigos, compañeros de clase, profesores, familia… iremos conociendo a Skippy antes de su muerte mientras vamos descubriendo el carácter y personalidad de cada personaje. Desde luego hay de todo, tanto entre los profesores como entre los alumnos y es muy destacable lo estupendamente perfilados que están todos, pero sinceramente, no he conectado con ninguno de ellos, de hecho, a algunos directamente no los he tragado.
En la novela se tratan multitud de temas actuales como las drogas y sus efectos, el acoso escolar, la pedofilia, el sexo (hay un personaje que me ha hartado hasta el infinito con sus chorradas y comentarios sobre pollas a cada momento), la infidelidad, étc.
La verdad es que es un libro con muy buenas reseñas, pero a mí me ha costado acabarlo por culpa de que por momentos me interesaba mucho y de repente entraba en un capítulo que me desconectaba por completo, por lo que ha sido una lectura un poco montaña rusa, pero bueno… para gustos colores y sinceramente no sé si repetiré con este autor.
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