AUTOR: Lisa Jewell
EDITORIAL: Duomo Ediciones
Sinopsis Editorial:
¿Qué ocurrió con Ellie? ¿Se escapó, ahogada por las presiones de una familia que la consideraba perfecta? ¿Alguien se cruzó en su camino?
Ellie Mack tiene quince años, y es la hija perfecta, la preferida de la familia. Sus compañeros de escuela la adoran, sus profesores la admiran. Pero un día, durante unas vacaciones, desaparece. Su madre, Laurel Mack, se niega a creer la versión de que su hija se ha ido por voluntad propia y se lanza a una investigación incansable. La desgracia la hará añicos, se llevará por delante su matrimonio y la distanciará de sus otros hijos.
Diez años después, parece que Laurel vuelve a encauzar su vida. Un encuentro casual con un hombre ha traído un soplo de aire fresco, algo de esperanza… y también nuevas incógnitas sobre la desaparición de Ellie.
Cuatro estrellas se lleva “Cuando Ellie se fue” y si no se lleva más es porque hay un momento durante la lectura en que uno ya imagina qué va a pasar y aunque no ha hecho que pierda el interés en la historia, sí que le ha quitado el elemento sorpresa que me hubiera gustado encontrar.
Tenía esta novela en el Kindle hace ya un tiempo y me animé a leerla sin releer la sinopsis, así que imaginé que la historia trataría sobre una desaparición, su investigación correspondiente y la resolución, pero no es así exactamente.
Es cierto que Ellie desaparece un buen día y que en cuanto su familia se da cuenta la policía abre una investigación, pero a pesar de que Ellie es una muy buena chica, que lleva una vida feliz, que tiene un novio encantador y que es brillante en sus estudios, la policía se inclina a pensar que su desaparición es voluntaria, así que el tiempo pasa pero Ellie no aparece y de repente han transcurrido diez años.
Enseguida veremos cómo afectó la desaparición de Ellie a la familia. Los padres, Laurel y Paul, se separaron y él encontró otra pareja, los hermanos de Ellie ahora viven por su cuenta y Laurel, que vive completamente sola, es quien sigue sin poder superar aquella pérdida y continúa peleando para que el caso de su hija no se olvide. La vida para ella es básicamente eso, dedicar cada momento posible a pensar en su hija, pero parece que la vida tiene otros planes para ella y conoce a alguien que le devuelve la ilusión y le abre las puertas a algo que ya había descartado en su vida.
Obviamente acabaremos sabiendo qué ocurrió con Ellie, incluso es probable que a medida que avanzáis en la historia, lo descubráis antes de llegar al final, pero también es una novela sobre las relaciones familiares cuando algo rompe la armonía de esa familia. El peso de la culpa, el pensar “si yo no hubiera hecho/dicho/pensando… esto no habría pasado” y sobre cómo la vida sigue sumida en una total incertidumbre.
La pesadilla de todo esto es el no saber. La falta de una conclusión, un cierre. No puedo seguir adelante sin saber dónde está mi hija. Es como caminar por entre el barro. Veo algo en el horizonte, pero nunca nunca podré alcanzarlo. Es una muerte en vida
Me ha gustado mucho el personaje de Laurel, si eres madre es casi imposible no ponerse en su lugar y pensar qué haríamos en una situación así, ¿mantendríamos unida la familia? ¿dejaríamos que todo se derrumbara?
Pero también hay que destacar a personajes como Noelle, Floyd o Poppy, creo que están magníficamente construidos y son de los que despiertan en el lector muchas sensaciones. No diré si buenas o malas, pero indiferente no te dejan, eso seguro.
El final es especialmente emotivo, la verdad. Me ha gustado mucho y en general me ha parecido una novela con un ritmo muy bueno (no es un thriller de ritmo trepidante ¡ojo!), por momentos es algo perturbadora, extraña, diferente, pero original. Una forma distinta de abordar una novela de desapariciones que me ha tenido súper entretenida.
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