AUTOR: Adrian McKinty
EDITORIAL: Planeta
Sinopsis Editorial:
Como una mañana cualquiera, Rachel deja a su hija en la parada del autobús. Pero una llamada de un número desconocido lo cambia todo: una mujer le informa que tiene a Kylie secuestrada y que, si quiere verla de nuevo, deberá seguir sus instrucciones al pie de la letra: primero, pagar un rescate; segundo, secuestrar a otro niño. Quien llama es también una madre cuyo hijo ha sido secuestrado, y si Rachel no cumple con las reglas, el niño morirá, y su hija también.
Rachel ya forma parte de La Cadena, un mecanismo que convierte a padres de familia en víctimas y a su vez en criminales, y que está haciendo a alguien muy rico en el proceso. Ella es una mujer corriente, pero en pocas horas los acontecimientos la llevarán hasta límites impensables y la obligarán a hacer algo terrible.
Los creadores de La Cadena saben que unos padres harán todo lo que está en sus manos por sus hijos. Pero no contaban con cruzarse en el camino de una mujer decidida, valiente y superviviente como Rachel. Porque, si alguien puede romperla, ésa es ella.
Esta ha sido otra de mis lecturas en cuarentena y ha sido una pero que muy buena elección que os recomiendo desde ya si buscáis un libro que enganche pronto y se lea muy rápido.
La novela comienza con el secuestro de Kylie, una niña de trece años mientras espera el autobús que debía llevarla al colegio. Mientras tanto Rachel, su madre, se dirige en coche a la consulta del médico para hablar sobre los resultados de su última revisión tras haber superado un cáncer, pero durante el camino recibe la peor llamada que unos padres pueden recibir. Alguien le comunica que ha secuestrado a su hija, que debe pagar un rescate y por si fuera poco, secuestrar a otro niño para, a su vez, solicitar a los padres un rescate y ordenarles un nuevo secuestro y así no romper nunca "La Cadena". El secuestro de un niño significa la liberación de otro y La Cadena no tiene intención de que eso deje de funcionar. Es un sistema más que efectivo que aparentemente lleva años funcionando. Si algo falla Kylie morirá, así que no hay demasiadas opciones, eso sí, será La Cadena quien dé el visto bueno a la víctima que elija secuestrar Rachel, pero ellos nunca se manchan las manos, simplemente se llevan el beneficio. Afortunadamente (por decir algo) dejan que Rachel, que está separada del padre de Kylie, le pida ayuda a su cuñado Pete y entre los dos intentan por todos los medios salvar la vida de la niña, y claro, el dilema moral de la protagonista está servido porque claro... ¿qué no haría en este caso, una madre por su hija?
Mientras intentan no sucumbir a la desesperación, iremos viendo cómo se desarrollan los hechos de los que, evidentemente, no desvelaré nada, y enseguida empatizaremos con esa madre desesperada que no entiende por qué la han elegido a ella que es una persona normal y corriente sin grandes ingresos ni ahorros. No entiende cómo es posible que sepan tantas cosas de ella y de su familia, lo que nos lleva a otra parte importante del libro que tiene que ver con la información, que a veces muy inconscientemente, y otras no tanto, ofrecemos a través de las redes sociales. Ella misma comprobará con asombro la cantidad de datos que consigue obtener de sus posibles "víctimas". La verdad es que no sé si eso está llevado un poco a la exageración, aunque imagino que no, porque es cierto que la cantidad de cosas privadas que muchas personas muestran en sus redes sociales es alucinante. ¿Cómo es posible que alguien anuncie a bombo y platillo los días que no va a estar en su casa o dónde va a estar a cada hora del día? En fin... este es un tema que en esta novela da mucho juego.
"La cadena" está compuesta por 77 capítulos y está dividida en dos partes bien diferenciadas. La primera "Todas las chicas perdidas" abarca los primeros 43 capítulos y la segunda "El monstruo en el laberinto" los 34 capítulos restantes. Lo cierto es que a medida que iba leyendo y llegando al final de la primera parte, no tenía muy claro qué iba a ocurrir en la segunda, pero lo cierto es que sí, faltaban muchas cosas por explicar y aunque algunas se ven venir, reconozco que lo he leído con avidez. Además la novela tiene un ritmo increíble, los capítulos son bastante cortos y llenos de diálogos y la letra gigantona, así que las páginas vuelan literalmente. Te preguntas continuamente qué motivos puede tener alguien para crear una maquinaria tan terrible para obtener dinero y qué tipo de personas pueden estar detrás del terrible engranaje que hace funcionar esta Cadena.
La verdad es que si buscáis una novela que os haga desconectar es una muy buena opción.
Podéis leer un fragmento de "La cadena" AQUI, pero es así como comienza...
Rachel ya forma parte de La Cadena, un mecanismo que convierte a padres de familia en víctimas y a su vez en criminales, y que está haciendo a alguien muy rico en el proceso. Ella es una mujer corriente, pero en pocas horas los acontecimientos la llevarán hasta límites impensables y la obligarán a hacer algo terrible.
Los creadores de La Cadena saben que unos padres harán todo lo que está en sus manos por sus hijos. Pero no contaban con cruzarse en el camino de una mujer decidida, valiente y superviviente como Rachel. Porque, si alguien puede romperla, ésa es ella.
La novela comienza con el secuestro de Kylie, una niña de trece años mientras espera el autobús que debía llevarla al colegio. Mientras tanto Rachel, su madre, se dirige en coche a la consulta del médico para hablar sobre los resultados de su última revisión tras haber superado un cáncer, pero durante el camino recibe la peor llamada que unos padres pueden recibir. Alguien le comunica que ha secuestrado a su hija, que debe pagar un rescate y por si fuera poco, secuestrar a otro niño para, a su vez, solicitar a los padres un rescate y ordenarles un nuevo secuestro y así no romper nunca "La Cadena". El secuestro de un niño significa la liberación de otro y La Cadena no tiene intención de que eso deje de funcionar. Es un sistema más que efectivo que aparentemente lleva años funcionando. Si algo falla Kylie morirá, así que no hay demasiadas opciones, eso sí, será La Cadena quien dé el visto bueno a la víctima que elija secuestrar Rachel, pero ellos nunca se manchan las manos, simplemente se llevan el beneficio. Afortunadamente (por decir algo) dejan que Rachel, que está separada del padre de Kylie, le pida ayuda a su cuñado Pete y entre los dos intentan por todos los medios salvar la vida de la niña, y claro, el dilema moral de la protagonista está servido porque claro... ¿qué no haría en este caso, una madre por su hija?
Adrian McKinty. Fotografía Facebook Autor |
"La cadena" está compuesta por 77 capítulos y está dividida en dos partes bien diferenciadas. La primera "Todas las chicas perdidas" abarca los primeros 43 capítulos y la segunda "El monstruo en el laberinto" los 34 capítulos restantes. Lo cierto es que a medida que iba leyendo y llegando al final de la primera parte, no tenía muy claro qué iba a ocurrir en la segunda, pero lo cierto es que sí, faltaban muchas cosas por explicar y aunque algunas se ven venir, reconozco que lo he leído con avidez. Además la novela tiene un ritmo increíble, los capítulos son bastante cortos y llenos de diálogos y la letra gigantona, así que las páginas vuelan literalmente. Te preguntas continuamente qué motivos puede tener alguien para crear una maquinaria tan terrible para obtener dinero y qué tipo de personas pueden estar detrás del terrible engranaje que hace funcionar esta Cadena.
La verdad es que si buscáis una novela que os haga desconectar es una muy buena opción.
Podéis leer un fragmento de "La cadena" AQUI, pero es así como comienza...
Está sentada en la parada del autobús mirando los «Me gusta» de su cuenta de Instagram y no se fija siquiera en el hombre de la pistola hasta que lo tiene casi al lado. [] Podría haber arrojado la mochila del colegio y correr a través de las marismas. Es una chica ágil de trece años y conoce las ciénagas y las arenas movedizas de Plum Island. Hay una leve niebla marina y el hombre es corpulento y desgarbado. La idea de correr tras ella lo habría puesto nervioso, y desde luego habría tenido que abandonar la persecución antes de que llegara el autobús escolar a las ocho en punto. [] Todo esto se le pasa por la cabeza en un segundo. [] Ahora el hombre está plantado frente a ella. Lleva un pasamontañas negro y le apunta al pecho con su pistola. Ella suelta un grito y el teléfono se le cae al suelo. Obviamente, no es una broma ni una travesura. Es noviembre, pero ya ha pasado una semana desde Halloween.
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