2065 (José Miguel Gallardo)

SINOPSIS:
Madrid, 2065. El calentamiento global provoca temperaturas altísimas con víctimas por golpes de calor, así como escasez de agua y de fuentes de energía. Un asesor del Ministerio del Cambio Climático, Adrián Salor, recibe la noticia del accidente mortal de su mujer, África, que ha quedado carbonizada en un lugar distinto a donde debía estar.

En el funeral, un extraño con una cicatriz se acerca a Adrián, que se sabe vigilado sin identificar a sus perseguidores ni sus motivos. Va al templo de Debod para desenterrar una cápsula del tiempo en la que África y él guardaron sendas cartas de amor, pero en lugar de las cartas encuentra una foto que África le ocultó durante demasiado tiempo, y en la que aparece el mismo hombre de la cicatriz.

A partir de aquí, una serie de sucesos empujan a Adrián a investigar los entresijos de un poder corrupto que controla el planeta a nivel global.

Ficha del libro: AQUI

“2065” es un thriller que como bien dice su autor utiliza el tema del cambio climático como hilo conductor de la historia que nos narra. La acción se desarrolla en Madrid en el año 2065. Aunque nos pueda parecer una fecha muy lejana (también me lo parecía a mí el año 2000) no lo es tanto y esa es una de las cosas más terribles de la historia, porque durante toda la narración, que transcurre durante diez días de Agosto de ese año, las temperaturas que soporta Madrid son espantosamente altas (hablamos de mínimas cercanas a los 30 grados y máximas que en algún capítulo llegan a los 48 grados) y ya os digo que eso es una de las cosas que más agobio me daba, pero bueno, eso no es nada nuevo, ya que yo soy fan del invierno y cualquier cosa que supere 20 grados me sobra, así que espero que dentro de cincuenta años las cosas no sean como en el Madrid de la novela.

Pensar que esas temperaturas que dominan la novela están basadas en proyecciones climáticas reales debería darnos mucho que pensar y esta novela sirve para que nos hagamos una idea de cómo nos afectaría al día a día, pero eso es sólo parte de la historia que aquí se cuenta y es que el cambio climático está originando muchas muertes, pero ¿y si algunas de estas muertes fueran realmente asesinatos? ¿qué intereses se ocultan detrás de ellos? Y lo que es más importante ¿quién es la mano ejecutora?

El protagonista de esta historia, Adrián Salor, meteorólogo y asesor del Ministerio del Cambio Climático, un tipo aparentemente normal, acabará metido de lleno en una trama mortal, desde el momento en el que recibe la noticia de la muerte de su esposa África en un lugar en el que no debería estar. La sensación de sentirse vigilado es continua y no entiende el motivo. Solamente cuando decide desenterrar un cápsula del tiempo que él y su esposa guardaron en el templo de Debod y no encuentra en ella lo que debe, está seguro de que su vida y la de quienes le rodean corre grave peligro.

A partir de aquí decide investigar por su cuenta y riesgo qué hay detrás de la muerte de África sin sospechar todo lo que va a ir destapando y el peligro en el que se va metiendo a medida que avanza en su investigación.

La verdad es que la novela es muy dinámica y mantiene la intriga y el suspense hasta un final que confieso no esperaba y que agradezco mucho porque es lo que más me gusta cuando leo un thriller: llegar a un final sorprendente. Como digo la trama transcurre en un futuro próximo, por lo tanto hay cosas, sobre todo en lo que a tecnología se refiere, de las que a día de hoy no disponemos, pero que no son nada difíciles de imaginar y quizás por esos avances tan modernos y el fácil acceso a todo tipo de información casi al instante, al protagonista le pasa continuamente algo que me ha acabado cansando un poco y es que cada prueba que parece obtener para demostrar lo que va descubriendo desaparece en segundos. Que si hay una fotografía en la cámara de fotos... cuando lo va a comprobar ya ha desaparecido. Que si ha recibido una llamada... cuando lo quiere demostrar ha desaparecido. Que si hay una grabación con imágenes de algo... cuando la van a ver ha desaparecido, y todo esto prácticamente en segundos y continuamente.

Por lo demás me ha parecido una historia entretenida y correcta, donde lo que más miedo da no es la mano negra que hay detrás de las muertes sino el cambio climático en sí, al menos para mí.


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