AUTOR: Delphine de Vigan
Michka, es muy consciente de lo que le ocurre y quiere encontrar a toda costa a un matrimonio que la ayudó cuando era una niña durante la guerra, evitando que acabara en un campo de concentración. Para ella es importante agradecer ese generoso y desinteresado acto que puso a todos en peligro antes de que sea demasiado tarde.
EDITORIAL: Anagrama
Sinopsis Editorial:
Una bellísima novela sobre la gratitud, sobre lo importante que es poder dar las gracias a aquellos que nos han ayudado en la vida.
«Hoy ha muerto una anciana a la que yo quería. A menudo pensaba: ”Le debo tanto.“ O: ”Sin ella, probablemente ya no estaría aquí.“ Pensaba: ”Es tan importante para mí.“ Importar, deber. ¿Es así como se mide la gratitud? En realidad, ¿fui suficientemente agradecida? ¿Le mostré mi agradecimiento como se merecía? ¿Estuve a su lado cuando me necesitó, le hice compañía, fui constante?», reflexiona Marie, una de las narradoras de este libro.
Su voz se alterna con la de Jérôme, que trabaja en un geriátrico y nos cuenta: «Soy logopeda. Trabajo con las palabras y con el silencio. Con lo que no se dice. Trabajo con la vergüenza, con los secretos, con los remordimientos. Trabajo con la ausencia, con los recuerdos que ya no están y con los que resurgen tras un nombre, una imagen, un perfume. Trabajo con el dolor de ayer y con el de hoy. Con las confidencias. Y con el miedo a morir. Forma parte de mi oficio.»
Mi primer acercamiento a la obra de Delphine de Vigan no ha podido ser mejor. Qué bonita es esta breve novela narrada a dos voces por Marie y Jérôme cuyo nexo de unión es una anciana llama Michka
Michka cuidaba a Marie cuando era una niña y la madre de esta desaparecía y ahora es Marie quien la cuida a ella, pero llega un momento en el que la propia anciana se da cuenta de que estará mejor en una residencia, y allí conocerá a Jérôme, que será su logopeda, y es que Michka empieza a tener problemas con el habla por culpa de una afasia cada vez más acentuada.
Me ha encantado cómo logra la autora ponernos en la piel de Mischka, en lo que a su afasia se refiere. Lo hace de una forma tan delicada que dan ganas de acariciar la cara de la anciana cuando habla y no encuentra las palabras que necesita y sin embargo no busca la lágrima del lector, al contrario nos sacará más de una sonrisa.
¿Os habéis preguntado alguna vez cuántas veces en la vida habéis dado realmente las gracias? Unas gracias sinceras. La expresión de vuestra gratitud, de vuestro agradecimiento, de vuestra deuda
Delphine de Vigan Fotografía de www.zendalibros.com |
Un libro precioso, breve pero profundo, que habla de la vejez, del paso del tiempo y las consecuencias de un diagnóstico de afasia (nunca había leído nada sobre esto), de los lazos que nos unen a otras personas aunque no sean de la misma sangre y de dar las gracias de verdad… una emotiva lectura que te dejará con una sonrisa en la boca. Tengo que investigar más a esta autora.
A veces conviene aceptar el vacío que deja la pérdida. Renunciar a la distracción. Aceptar que ya no hay nada que decir. Permanecer sentado, a su vera. Cogiéndola de la mano
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