Mini-reseña 30 - La dependienta (Sayaka Murata)

TITULO: La dependienta
AUTOR: Sayaka Murata
EDITORIAL: Duomo

Sinopsis Editorial: 

Keiko Furukura tiene 36 años y está soltera. De hecho, nunca ha tenido pareja. Desde que abandonó a su tradicional familia para mudarse a Tokio, trabaja a tiempo parcial como dependienta de una konbini, un supermercado japonés abierto las 24 horas del día. Siempre ha sentido que no encajaba en la sociedad, pero en la tienda ha encontrado un mundo predecible, gobernado por un manual que dicta a los trabajadores cómo actuar y qué decir. Ha conseguido lograr esa normalidad que la sociedad le reclama: todos quieren ver a Keiko formar un hogar, seguir un camino convencional que la convierta, a sus ojos, en una adulta. Con esta visión hilarante de las expectativas de la sociedad hacia las mujeres solteras, Sayaka Murata se ha consagrado como la nueva voz de la literatura japonesa.

Cuando se publicó esta novela me llamó la atención, pero la dejé pasar porque es imposible acceder a todo y porque a veces no acabo de conectar con la literatura japonesa, la verdad, pero gracias a mi tocaya Merce que me la regaló por mi cumpleaños he podido leerla recientemente.

Ha sido una historia bien extraña y supongo que no he acabado de entender a su protagonista y aún así el libro me ha gustado. La protagonista se llama Keiko Furukura, tiene 36 años y es dependienta por horas en un konbini una especie de tienda abierta 24 horas donde se puede encontrar de todo.

Keiko siempre fue una niña diferente, “rara”. Cuando se dio cuenta de que su forma de ser difería mucho de la del resto, se volvió casi invisible. Su familia lleva toda la vida esperando que se “cure” y que se suba al carro de lo que se espera de ella, pero Keiko es feliz con su sencilla vida. Lleva 18 años trabajando en el mismo sitio, viviendo sola, sin pareja y simplemente así es feliz, pero nota que a los demás se le hace demasiado extraño, y aunque no se lo digan claramente siente su rechazo, así que intentará de la forma más peregrina ser como los demás quieren que sea. ¿Será una buena idea?

La verdad es que la historia tiene momentos bien simpáticos y otros absolutamente surrealistas. Es cierto que no he empatizado con Keiko, aunque me gusta que viva haciendo lo que a ella le hace feliz (ha habido un momento en que hasta yo he sentido que es un pecado llegar a una edad en Japón sin tener un marido ¡pero vamos hombre!), sin embargo su decisión con respecto a Shiraha, un personaje horrible, me dejó alucinada igual que el final, raro, pero raro, aunque eso sí, fiel a los pensamientos de Keiko.

En fin, un libro extraño, que de haber sido más largo no sé yo si hubiera disfrutado de la misma forma, pero entre que es bastante breve y que la pluma de la autora ayuda a hacer la lectura ligera, diría que es bastante recomendable.

Así comienza "La dependienta"
Las konbini1 están llenas de sonidos. La campanilla que suena cuando entra un cliente o la voz del cantante de moda que anuncia un nuevo producto por megafonía. Las voces de los dependientes que saludan a los clientes, el escáner de códigos de barras. Las cestas de la compra que se llenan, alguien que coge una bolsa de pan o unos tacones que recorren los pasillos. Esta amalgama de sonidos forma el «ruido de la tienda» que cada día me bombardea los tímpanos sin cesar. Alguien cogió una botella de plástico y la siguiente ocupó su lugar deslizándose por los rodillos del dispensador. El ligero traqueteo de la botella al rodar me hizo levantar la cabeza. Muchos clientes suelen coger una bebida fría cuando terminan de comprar, justo antes de pasar por caja, por eso me pongo alerta inconscientemente al oír ese ruido. Observé de reojo a la mujer que llevaba la botella de agua en la mano y comprobé que aún no tenía la intención de pagar, pues estaba buscando algo en la sección de postres. Así pues, bajé la cabeza de nuevo.

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