La granja (Tom Rob Smith)

Sinopsis:

Apenas han pasado unas horas desde que la vida de Daniel ha sufrido un vuelco radical. Esa misma mañana, mientras regresaba a casa del supermercado, una llamada inquietante ha roto el hilo de sus pensamientos: Chris, su padre, le informa de que su madre ha sido ingresada en un sanatorio, presa de delirios. Antes siquiera de sobreponerse al impacto, otra llamada igualmente perturbadora estalla en sus oídos. Esta vez es la voz temblorosa de su madre, Tilde, asegurándole que Chris es un mentiroso, que ella no está loca, que ha salido del centro por su propio pie, pero que teme por su vida y se encuentra de camino a Londres para verlo y explicárselo todo.

Así, en cuestión de horas, Daniel escuchará dos versiones opuestas de la crisis. Con una creciente sensación de horror, descubrirá que bajo la faz de una apacible vida de jubilados, la relación entre sus padres es de una tensión y una paranoia insoportables. Ante su asombro, surgen del pasado secretos familiares, incluso posibles crímenes, y un retrato aterrador de sus seres más queridos, que lo fuerzan a descifrar la verdad y lo emplazan a la difícil decisión de tomar partido por uno de ellos. ¿A quién creer? ¿Cómo evitar caer en un juicio equivocado? ¿Acaso su vida ha sido una gran mentira? A Daniel no le queda otro remedio que volar a Suecia e investigar por su cuenta, aunque su propia identidad pueda salir dañada por la verdad.

Pues ya he terminado de leer “La granja”. La verdad es que me ha durado un suspiro y eso que no es que sea una lectura de esas trepidantes. Es cierto que mantiene la intriga, pero no la he devorado como sí hice con “El niño 44” del mismo autor, que fue el motivo por el que me animé a comprar esta novela, aunque tuve mis dudas, porque la continuación de “El niño 44” la dejé mucho antes de llegar a la mitad de puro aburrimiento, pero bueno, me alegra decir que esta sí la he terminado y me ha gustado bastante.

La verdad es que el argumento es francamente interesante. Un matrimonio aparentemente feliz (Tilde y Chris), decide jubilarse e irse a vivir a Suecia de donde ella es originaria, mientras su hijo Daniel se queda viviendo en Londres. Todos se llevan bien, se comunican de vez en cuando y el hijo promete visitarlos en breve, pero antes de que esto ocurra, Daniel recibe una llamada de su padre diciéndole que su madre no está bien y que está ingresada en un psiquiátrico. Por supuesto la noticia lo deja totalmente descolocado y cuando ya tiene casi un pie en el avión que debe llevarlo a Suecia recibe una llamada de su madre diciéndole que todo es mentira, que ella está bien, y que le espere en el aeropuerto para poder contarle qué está pasando.

El pobre Daniel está hecho un lío, pero espera a su madre y a partir de aquí ella le contará una historia absolutamente difícil de creer. Poco a poco y en obsesivo orden cronológico le irá contando todo lo que ha pasado desde que no se ven, la gente que han conocido en su nuevo hogar, la forma de ser de algunas de esas personas, sus sospechas de que algo terrible llevan entre manos y desde luego monta una historia de lo más intrigante e increíble, pero ¿y si dice la verdad?

El dilema para Daniel es no saber a quién hacer caso y ponerse en su lugar es muy difícil. Si lo que dice su madre es cierto, la cosa es realmente seria. Si no lo es, probablemente su padre tenga razón y la pobre esté “¿loca?”.

Además independientemente de la historia que Tilde ha vivido en Suiza, Daniel empieza a descubrir que las cosas antes de que ellos se marcharan tampoco eran como él creía. Ni la relación afectiva, ni la situación económica, y puestos a no ser sinceros, él no le ha contado a sus padres nada sobre su vida sentimental. Mentiras maquilladas para que nadie sufra por nada.

En “La granja” atreverse a conocer la verdad es un reto porque de ello dependen otras cosas y sobre todo continuar hacia adelante. Decidir si Tilde dice la verdad o no. Pensar que si toma parte por su madre perderá a su padre y al revés es el dilema al que se enfrenta Daniel. Un dilema que Tom Rob Smith resuelve de forma muy interesante y que hace que el lector constantemente se ponga en su piel y piense “si yo fuera Daniel, ¿a quién creería, a mi padre o a mi madre?” Yo lo pasaría fatal.

FICHA DEL LIBRO: Aquí

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