AUTOR: Jean Kwok
EDITORIAL: Maeva
EDITORIAL: Maeva
ISBN: 978-84-15120-09-4
PAG: 285
PRECIO: 19€
PAG: 285
PRECIO: 19€
SINOPSIS:
Escrita con una voz inolvidable, esta novela relata las experiencias de una joven inmigrante china en el Brooklyn de los años setenta, que crece rodeada de una lengua y un mundo que sólo puede entender a medias, y siempre a caballo entre el amor a su tradición y el deseo de avanzar hacia un futuro mejor.
Hoy traigo la reseña de una preciosa novela a la que muchos habéis confesado que le tenéis ganas. Lo digo por la cantidad de comentarios que dejasteis en una entrada donde lo había colocado como una de las novedades que me interesaban. Está claro que es un libro atractivo a golpe de vista, pero lo cierto es que por dentro es más bonito todavía. Una historia preciosa que no pude soltar desde el momento en que la empecé.
Esta es la historia de Kim (Kimberly desde que llega a Estados Unidos) y su madre. Cuando Kim tiene once años emigra con su madre desde Hong Kong a Nueva York. Su padre murió cuando ella tenía tres años y ahora que Hong Kong pasa del dominio británico a pertenecer a la China comunista su madre decide que es hora de comenzar una nueva vida con mejores oportunidades en otro país. En Estados Unidos vive una tía de Kim, Paula, que muy “amablemente” las ayudará alojándolas en su casa durante su primera semana en el país y buscándoles un piso donde puedan residir, además le ofrecerá a la madre de Kim trabajo en la fábrica de ropa que ella y su marido dirigen en Chinatown. El único problema serio que parecen tener es el idioma, pero nada es tan fantástico como suena.
La tía Paula es una mujer amargada y resentida, que se encargará de recordarles durante años lo que ha hecho por ambas, cobrándose hasta el último dólar del dinero que tuvo que gastar para sacarlas de Hong Kong.
Los problemas a los que se enfrentan son mil, pero ante todo este libro es una historia de supervivencia y superación y es que si para algo ha nacido Kim es para destacar en los estudios. Era la mejor de su clase en Hong Kong y ahora, a pesar de sus dificultades con el idioma, se aplicará desde el principio, porque sabe que sólo así lograrán mejorar su situación. Cada día tras salir de clase debe ayudar a su madre en el trabajo que tiene en el taller de confección, donde en realidad son explotadas, como tantas otras personas, para finalmente volver a un piso sin calefacción y lleno de cucarachas y ratas.
A pesar de todo esto, Kim intentará mejorar cada día en sus tareas escolares y poco a poco irá destacando entre sus compañeros, y aunque ella quisiera relacionarse más con ellos le es totalmente imposible. Aparte de la miseria en la que viven, o de la vergüenza de tener que llevar a alguien a su casa, no tiene un minuto libre y los pocos que le quedan los emplea en estudiar hasta caer rendida.
Se conformará con la sincera amistad de Anette en el colegio y de Matt en el taller de confección. Dos personajes que me han encantado en los que encontrará mucho apoyo.
Hoy traigo la reseña de una preciosa novela a la que muchos habéis confesado que le tenéis ganas. Lo digo por la cantidad de comentarios que dejasteis en una entrada donde lo había colocado como una de las novedades que me interesaban. Está claro que es un libro atractivo a golpe de vista, pero lo cierto es que por dentro es más bonito todavía. Una historia preciosa que no pude soltar desde el momento en que la empecé.
Esta es la historia de Kim (Kimberly desde que llega a Estados Unidos) y su madre. Cuando Kim tiene once años emigra con su madre desde Hong Kong a Nueva York. Su padre murió cuando ella tenía tres años y ahora que Hong Kong pasa del dominio británico a pertenecer a la China comunista su madre decide que es hora de comenzar una nueva vida con mejores oportunidades en otro país. En Estados Unidos vive una tía de Kim, Paula, que muy “amablemente” las ayudará alojándolas en su casa durante su primera semana en el país y buscándoles un piso donde puedan residir, además le ofrecerá a la madre de Kim trabajo en la fábrica de ropa que ella y su marido dirigen en Chinatown. El único problema serio que parecen tener es el idioma, pero nada es tan fantástico como suena.
La tía Paula es una mujer amargada y resentida, que se encargará de recordarles durante años lo que ha hecho por ambas, cobrándose hasta el último dólar del dinero que tuvo que gastar para sacarlas de Hong Kong.
Los problemas a los que se enfrentan son mil, pero ante todo este libro es una historia de supervivencia y superación y es que si para algo ha nacido Kim es para destacar en los estudios. Era la mejor de su clase en Hong Kong y ahora, a pesar de sus dificultades con el idioma, se aplicará desde el principio, porque sabe que sólo así lograrán mejorar su situación. Cada día tras salir de clase debe ayudar a su madre en el trabajo que tiene en el taller de confección, donde en realidad son explotadas, como tantas otras personas, para finalmente volver a un piso sin calefacción y lleno de cucarachas y ratas.
A pesar de todo esto, Kim intentará mejorar cada día en sus tareas escolares y poco a poco irá destacando entre sus compañeros, y aunque ella quisiera relacionarse más con ellos le es totalmente imposible. Aparte de la miseria en la que viven, o de la vergüenza de tener que llevar a alguien a su casa, no tiene un minuto libre y los pocos que le quedan los emplea en estudiar hasta caer rendida.
Se conformará con la sincera amistad de Anette en el colegio y de Matt en el taller de confección. Dos personajes que me han encantado en los que encontrará mucho apoyo.
Poco a poco veremos a Kim hacer equilibrios para vivir entre dos mundos. Se esforzará por encajar en una cultura tan diferente a la suya pero que le puede ofrecer un futuro mucho mejor del que podía soñar en Hong Kong, pero también se esforzará por conservar y respetar la suya, aquello que le enseñaron en su país de origen, sobre todo por respeto a su madre que le recuerda que nunca debe olvidar sus orígenes.
Jean Kwok |
Debo decir que la madre de Kim me ha dado mucha pena, porque para ella el esfuerzo es mucho mayor. No es capaz de aprender el idioma, sus costumbres están tan arraigadas que le cuesta entender muchas cosas a las que ahora su hija se enfrenta día a día, pero a pesar de todo la unión de ambas es maravillosa.
Esta novela está basada en la propia experiencia de la autora, ya que ella también llegó a Nueva York siendo una niña que no hablaba ni una palabra de inglés y su familia también tuvo que trabajar en los talleres de confección de Chinatown, descritos, por cierto de forma estupenda en este libro. Es realmente impresionante cómo llega a describir el ambiente de trabajo en esos míseros talleres, sientes el calor del vapor de esas planchas, la dificultad para respirar en ese ambiente tan cargado. El esfuerzo de cada trabajador apenas recompensado con un sueldo miserable. La mayoría de ellos necesitaban la ayuda de sus hijos para cumplir con las entregas en los pedidos y se les pagaba por pieza trabajada, no por horas. Es increíble como Kim se acostumbra a calcular el valor de las cosas en número de faldas empaquetadas.
Durante años, calculé si algo era muy caro convirtiendo su precio a faldas. En aquellos días, el billete de ida y vuelta para ir de casa a la fábrica en metro costaba cien faldas, un paquete de chicles costaba siete faldas, un perrito caliente costaba cincuenta faldas. Incluso llegué a medir la amistad en faldas. Descubrí que una estaba obligada a comprar regalos de Navidad y de cumpleaños a los amigos, regalos que costaban varios miles de faldas. Menos mal que mi única amiga era Annette.
Muchas cosas me han gustado de este libro además de la historia en general. Conocer un poquito más la cultura china, sus tradiciones, sus remedios para algunas cosas, sus expresiones, y un recurso que ha utilizado la autora sobre todo al principio, cuando Kim todavía no entiende muchas palabras y aparecen escritas como ellas las escucha (distorsionadas) "Al fondo ti'es las-caleras, sube un pan de pisos, primera puerta her-mano izquierda".
En definitiva esta es la historia de una niña que debe dejar de serlo cuanto antes, una historia de superación, de trabajo y esfuerzo y también una bonita historia de amor. Del amor de una hija hacia su madre y del que irá naciendo entre Kim y Matt. Una historia de decisiones, a veces complicadas.
Una lectura interesante y emocionante, escrita con un ritmo ágil que no decae en ningún momento, con personajes muy ricos por los que, a pesar de lo mal que lo llegan a pasar y de todas las dificultades a las que se enfrentan, en lugar de sentir pena, sólo puedes sentir admiración.
(Libro cortesía de Maeva y marcapáginas utilizado mientras leía el libro, cortesía de Isi)
Fotografías utilizadas:
- del libro (en inglés): http://jeankwok.net/book.shtml
- de la autora: http://www.chinadaily.com.cn/cndy/2010-05/07/content_9820092.htm
Confirmo la primera impresión con este libro, no solo tiene una portada preciosa sino que tu reseña confirma que su lectura merece mucho la pena. Espero tenerlo pronto en mi estantería para disfrutar de esa maravillosa historia. Besos
ResponderEliminarHola, tiene bastante buena pinta este libro. Un saludo
ResponderEliminarEa, pues si ya le tenía ganas ahora me dan ganas de salir corriendo a la librería, jeje
ResponderEliminarEl marcapáginas es muy bonito también.
bsos!
Yo la tengo apuntada también y la verdad es que has hecho que sume puntos. De Maeva tengo en casa Siempre el mismo día y Amigas entre fogones. Cuando los lea igual cae este. Un beso grande.
ResponderEliminarJejeje me alegro de que uses mi marcapáginas :)
ResponderEliminarEncaunto al libro, tengo ganas de leerlo desde que lo vi, aunque (esto me pasa a menudo últimamente), pensaba que era más largo, y me parece como que una historia que gusta tanto debería de tener más páginas... Pero bueno, no pasa nada, puede ser breve y bueno también ;)
Pues creo que le haré un hueco porque seguro que me gustará. Qué propio queda, por cierto, ese marcapáginas con la portada del libro. :-)
ResponderEliminarPensé que tenía muy buena pinta cuando lo vi aquí por primera vez, y ahora con tu reseña lo confirmas, me gustan mucho este tipo de libros, nos enseñan cómo la vida no es nada fácil para algunos . Un beso
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo contigo, la novela es preciosa y emotiva. La tía a mi me sacó de mis casillas y la madre de la niña me dió mucha pena por lo que has dicho.
ResponderEliminarEspero que se publique algo más de la autora que me ha gustado mucho su estilo :)
Un saludo
Dácil
La portada es preciosa y si encima en contendio lo supera, hay que apuntarla en la lista de la compra. Me ha gustado mucho tu reseña!
ResponderEliminarFeliz lunes
Mer!! Acabo de llegar de China!! así que esta reseña me viene al pelo, jajajaj!! la verdad es que dan ganas de leerla! y además trabajo en un periódico especializado en inmigración, así que me la apunto definitivamente!! besos!!!!!!!
ResponderEliminarMuy buena la reseña y si ya me apetecia el libro ahora me apetece mucho más, anda que no tienen mimada, chiquilla, el marcapaginas tambien es precioso...
ResponderEliminarMuy, muy, muy interesante!! Me voy a volver loca de apuntar tanto buen libro!!
ResponderEliminarChaoo!!
PD: He avanzado en "La cena" y mi pronóstico no está siendo muy favorable, a ver si se enmienda la cosa.
pues ahora tengo más ganas de encontrarme con el libro para hincarle el ojo ¡oye, que es un peligro venir a visitarte! y por más que trato de no tener una lista -que no se diga que no quiero seguir tu ejemplo...querer, quiero- ¡no puedo!
ResponderEliminarEstas historias un poco autobiográficas donde todo termina bien, me chiflan.
un beso,
Ale.
Gracias por la reseña, me lo apunto.
ResponderEliminarSalu2 y nos leemos.
Si ya le tenía ganas al libro, ahora tras leer tu reseña... Con que ganitas de leerlo me has dejado. Apuntadito queda y en un sitio destacado en mi listita de pendientes.
ResponderEliminarBesotes!!!
Yo soy una de esas a las que le llamaba la atención. Ahora estoy convencida del todo
ResponderEliminarMe lo apunto, porque ahora que lo has reseñado, creo que el libro vale mucho la pena.
ResponderEliminarGracias por tu opinión.
Saludos!!!
Me recuerda un poco a algunas de las novelas de Pearl S. Buck, en las que "enfrenta" el mundo chino con el mundo occidental mediante personajes que, de una manera u otra, se ven en la necesidad de vivir en uno de esos mundos pero sometidos a las costumbres y cultura del otro. Me encanta esta escritora, me encanta la descripción que hace de China y su gente, de modo que esta novela que presentas hoy tiene muchísimos puntos a su favor. Así que creo que esta semana cae este libro.
ResponderEliminarSaludos.
Estoy de acuerdo con el primer comentario, de Tatty.
ResponderEliminarLa portada me ha parecido preciosa y la reseña da realmente ganas de leer la novela =)
Besotes!
Me llama mucho la atención. Me recuerda un poco a "La hija del curandero" de Amy Tan (salvando las distancias). La apuntaremos!
ResponderEliminarUn besito!
Le tengo demasiadas ganas a este libro!!! Que historia más hermosa!!! Ya lo quiero leer!!! Besos!!!
ResponderEliminarCreo que me has convecido. Parece que hay eso que llaman choque de culturas (no me gusta nada la expresión, pero no se me ocurre otra).
ResponderEliminarY ya que la escritora vivió algo parecido, seguro que es de esas de autoficción.
Me has convencido :D
Un abrazo.
La editorial Maeva me gusta, y el marcapáginas de Isi, aún más (no quería pasar por alto ésto, así que he vuelto para decirlo).
ResponderEliminarDefinitivamente este va a caer de regalo para mi madre. Es el tipo de historias que le encantan (y que luego yo tomo prestadas jijiji)
ResponderEliminarPara tod@s:
ResponderEliminarPues sí, la primera impresión de que tenía buena pinta se cumplió en este libro de la primera a la última. Como dice Icíar, el choque de culturas se aprecia bastante bien, sobre todo en la madre de la protagonista que no parece adaptarse y en el esfuerzo de Kim por hacerlo. Yo os animo a leerla, es cortita y engancha muy fácilmente. Tiene momentos de vergüenza ajena, sobre todo cuando ves cómo se abusa de los trabajadores en Chinatown, pero el esfuerzo de la protagonista por superar todos esos baches hace que sea un placer la lectura.
El marcapáginas me pareció muy apropiado y por si no habéis pulsado sobre el nombre en rosa de Isi, ya os digo que podéis ver en directo cómo lo hizo (bueno no sé si este en concreto o uno parecido). Muy mañosa ella ¡je,je! Y...
¡¡¡Ismael!!! ¿Has estado en China? Ya puedes hacer una crónica en tu blog y poner fotitos. También qué casualidad la temática de este libro con tu regreso.
Un abrazo a tod@s
Pues como ya te dije en su momento me llamaba mucho la atención y tras leer tu reseña aún más.
ResponderEliminarPues yo no había pinchado en el nombre de Isi, no imaginaba que enlazaba un vídeo, jeje así que voy a ver ... :)
ResponderEliminarbsos!
Es el libro que estoy leyendo ahora y también me está gustando mucho (sin llegar al punto de encantarme). La historia atrapa enseguida y me gusta cómo a pesar de las circunstancias Kimberly consigue sacar fuerzas para darlo todo y más en el colegio. A mí también me da pena la madre, relegada al taller y sin conseguir aprender el idioma...
ResponderEliminarBesos.
Yo creo que no es una novela de 5 gusanitos. Para eso tendría que haberme contando algunas cosas con más detalle, pero no cabe duda de que es un buen libro, que engancha y que te acerca a unas situaciones que de otro modo a lo mejor no conoceríamos.
ResponderEliminarTiene una pinta estupenda, va directa a la larguííísima listas de futuras lecturas. Gracias.
ResponderEliminarJoooooo, haces unas reseñas tan chulas que me apetece leer casi todos lo que comentas y este no es una excepción. A mi también me ha recordado a Viento del Este Viento del Oeste de Pearl S. Buck, libro que me encantó, así que encuanto vea este, que por cierto tiene un título precioso, irá derechito a la saca ;-)
ResponderEliminarUn beso
Àngels
Pues que disfruteis de la lectura tod@s los que os animeis. Yo creo que en general gustara bastante.
ResponderEliminarMe llamaba la atención este libro, pero después de tu reseña tengo claro que ¡lo quiero! Es de esas historias que seguro me va a gustar.
ResponderEliminarMuy bonita la foto, y el marcapáginas de Isi, claro.
Un beso.