Comentario, Crítica, Opinión
Terminada esta segunda novela de Domingo Villar y mis más sinceras felicitaciones.
Si "Ojos de agua" es un libro entretenido, éste es mil veces mejor. No sólo es mucho más completo, sino que sigue llevándonos por estas tierras gallegas a través de descripciones tan reales que es como estar presente en el momento que las cuenta.
Esta es una novela en la que hay que afinar, ojos (para su lectura), nariz (para los aromas que desprende tanto de la tierra como de sus platos) y oído (porque si la buscas, te quedarás enganchado al sonido que silbaba "el Rubio").
Si "Ojos de agua" es un libro entretenido, éste es mil veces mejor. No sólo es mucho más completo, sino que sigue llevándonos por estas tierras gallegas a través de descripciones tan reales que es como estar presente en el momento que las cuenta.
Esta es una novela en la que hay que afinar, ojos (para su lectura), nariz (para los aromas que desprende tanto de la tierra como de sus platos) y oído (porque si la buscas, te quedarás enganchado al sonido que silbaba "el Rubio").
"La playa de los ahogados" huele a mar y a Galicia por los cuatro costados, una forma (imagino) que tiene el autor para no sentir morriña de una tierra de la que pasa mucho tiempo fuera.
Es un paseo por sus costumbres marineras, por sus puertos y lonjas, por sus tristemente noticias de naufragios, por sus tierras, por sus cepas de vino blanco, por sus acantilados, por sus magníficas vistas (como las que se aprecian desde Monteferro (en la foto)), por su gastronomía. Porque huele a platos de taberna caseros, sabrosos, porque si alguien no sabe hacerlo, aquí aprenderá cómo se deben preparar unos percebes y además de todo esto, es una novela con la mejor intriga que uno puede pedir, durante esa época que a mi es la que más me gusta, la otoño-invernal.
Cuando las playas vuelven a pertenecer a quienes las ven todo el año. Cuando la calma vuelve a los pueblos después del verano. Cuando la niebla invade casi a diario las mañanas.
Es un paseo por sus costumbres marineras, por sus puertos y lonjas, por sus tristemente noticias de naufragios, por sus tierras, por sus cepas de vino blanco, por sus acantilados, por sus magníficas vistas (como las que se aprecian desde Monteferro (en la foto)), por su gastronomía. Porque huele a platos de taberna caseros, sabrosos, porque si alguien no sabe hacerlo, aquí aprenderá cómo se deben preparar unos percebes y además de todo esto, es una novela con la mejor intriga que uno puede pedir, durante esa época que a mi es la que más me gusta, la otoño-invernal.
Cuando las playas vuelven a pertenecer a quienes las ven todo el año. Cuando la calma vuelve a los pueblos después del verano. Cuando la niebla invade casi a diario las mañanas.
En fin, la época ideal para que aparezca en una playa (la Madorra (en la foto)) el cadáver de un hombre.
ESTE ES SU ARGUMENTO:
Una mañana, el cadáver de un marinero es arrastrado por la marea hasta la orilla de una playa gallega. Si no tuviese las manos atadas, Justo Castelo sería otro de los hijos del mar que encontró su tumba entre las aguas mientras faenaba. Sin testigos ni rastro de la embarcación del fallecido, el lacónico inspector Leo Caldas se sumerge en el ambiente marinero del pueblo, tratando de esclarecer el crimen entre hombres y mujeres que se resisten a desvelar sus sospechas y que, cuando se deciden a hablar, apuntan en una dirección demasiado insólita.
Un asunto brumoso para Caldas, que atraviesa días difíciles: el único hermano de su padre está gravemente enfermo y su colaboración radiofónica en Onda Vigo se está volviendo insoportable. Tampoco facilita las cosas el carácter impulsivo de Rafael Estévez, su ayudante aragonés, que no acaba de adaptarse a la forma de ser del inspector.
Una mañana, el cadáver de un marinero es arrastrado por la marea hasta la orilla de una playa gallega. Si no tuviese las manos atadas, Justo Castelo sería otro de los hijos del mar que encontró su tumba entre las aguas mientras faenaba. Sin testigos ni rastro de la embarcación del fallecido, el lacónico inspector Leo Caldas se sumerge en el ambiente marinero del pueblo, tratando de esclarecer el crimen entre hombres y mujeres que se resisten a desvelar sus sospechas y que, cuando se deciden a hablar, apuntan en una dirección demasiado insólita.
Un asunto brumoso para Caldas, que atraviesa días difíciles: el único hermano de su padre está gravemente enfermo y su colaboración radiofónica en Onda Vigo se está volviendo insoportable. Tampoco facilita las cosas el carácter impulsivo de Rafael Estévez, su ayudante aragonés, que no acaba de adaptarse a la forma de ser del inspector.
Una historia con la que además de pasar un buen rato, hice más cábalas que en una quiniela, con una banda sonora que no fui capaz de resistirme a buscar, la canción que continuamente silbaba "El Rubio", la canción de Solveig. Si alguien la quiere oír que la busque en la columna de la derecha. Está añadida con dos versiones distintas en mi espacio musical.
Si os animais yo creo que puede ser una más que aconsejable lectura veraniega.
Acabo de terminar el libro. Me lo leí de un tirón, no podía dejarlo. Como tu dices ¡Huele a mar! No me enrollo porque quiero dedicarle mi entrada del mes de novela policiaca, donde por supuesto te enlazaré.
ResponderEliminarAprovecho para darte la enhorabuena por el premio y coincidir con Elwen. Me encanta la frase sobre la amistad.
Nos leemos.
Ains voy a ver si lo encuentro y le doy un vistazo a este autor que me estas haciendo la boca agua....
ResponderEliminarhola!!
ResponderEliminarwow me parece genial tu blog, y me sorprende tmbn los libros que lees!..bueno, yo apenas empiezo cn el mio.. http://librosdevida.blogspot.com/ a ver si te pasas por ahi, que el tuyo ya esta en mis favoritos..
y este es el siguiente libro que voy a leer, se ve muy bueno!
que estes bien!
Me lo estoy leyendo y me parece genial, tiene todos los componenetes de una buena novela pilicíaca y describe en pocos trazos el paisaje y la forma de ser de galicia.
ResponderEliminarBeatriz
Por casualidad acabo de descubrir tu blog, y tengo que decirte que me parece fascinante! Soy un gran fan de domingo Villar, y estoy esperando como loco que por fin nos digan la fecha definitiva de la publicación de "cruces de pedra". Un bico.
ResponderEliminarResulta curioso que en todos los blogs que he mirado al respecto de esta obra se repita lo mismo: el carácter impulsivo de su ayudante Rafael Estévez que no acaba de adaptarse a la forma de ser del inspector. Primero carácter impulsivo o no tanto, claro que cuando pones una persona que sabe donde va frente a otras que no sabes si van o vienen... Y segundo, que su ayudante no acaba de adaptarse a la forma de ser del inspector o al revés, que adaptarse es cosa dos, o no.
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