AUTOR: Anne Jacobs
EDITORIAL: Plaza & Janés
Sinopsis Editorial:
Una poderosa familia.
Una guerra terrible.
Una mansión que esconde más de un secreto...
El destino de una familia en tiempos convulsos y un amor que todo lo vence.
Augsburgo, 1916. La mansión de la familia Melzer pasa a ser, por necesidad, un hospital militar. Las hijas de la casa, ayudadas por el servicio, se convierten en enfermeras que curan, cuidan y escuchan a los heridos en combate.
Entretanto, Marie, la joven esposa de Paul Melzer, se hace cargo de la fábrica de telas en ausencia de su marido. Sin embargo, recibe una terrible noticia: su cuñado ha caído en el frente y Paul es ahora un prisionero de guerra.
Marie se niega a que las circunstancias la venzan y lucha con todas sus fuerzas por preservar el patrimonio familiar. Pero, mientras no pierde la esperanza de volver a ver a Paul con vida y se deja la piel en la fábrica, el elegante Ernst von Klippstein aparece en la puerta de la mansión, empeñado en no perder de vista a la joven y bella mujer que tiene entre sus capaces manos el destino de la familia Melzer.
Quería leer esta novela antes de que saliera publicada el próximo once de abril "El legado de la villa de las telas", la tercera entrega de esta trilogía, para tenerla "fresquita" en mi memoria y hoy os traigo mi opinión. También está reseñado en el blog el primer volumen de la trilogía por si os interesa: "La villa de las telas",
Tengo que confesar que cuando empecé a leer "Las hijas de la villa de las telas" no me estaba entusiasmando demasiado, la verdad. Al final reconozco que me ha gustado, porque creo que es una novela que va de menos a más, pero espero mucho más de la tercera entrega de la trilogía.
Esta segunda parte de la historia de la familia Melzer comienza unos meses después del final de la primera entrega. Las cosas en la villa han cambiado un poco. Todos los hijos de los Melzer están casados y la familia va aumentando. Por otro lado la Primera Guerra Mundial también les toca de cerca y Paul debe partir al frente, dejando a Marie en la villa con sus padres. Las cosas en la fábrica de telas tampoco van bien, son tiempos difíciles y no hay forma de conseguir la materia prima de calidad con la que trabajaban por lo que la mayoría de las máquinas están paradas y apenas hay trabajo para nadie. Pero Paul no es el único que ha tenido que alistarse, también los maridos de Kitty y Elisabeth está luchando en la guerra, al igual que Humbert, uno de los criados de la villa. Durante varios años seremos testigos de las consecuencias de una guerra que todos pensaban que apenas duraría unos meses, de la transformación de los hombres que marcharon a luchar y la sombra de los que regresaron.
La autora nos irá intercalando los capítulos que se desarrollan en el frente, con los que ocurren en Augsburgo protagonizados por los distintos personajes que habitan en la villa sin centrarse especialmente en Marie y ya no digamos en Paul, que es un personaje prácticamente ausente en esta novela. Eso me ha resultado curioso y me ha sorprendido por ejemplo que le diera mucha más voz a un personaje como Humbert y a su particular situación. La verdad es que esperaba mucho más de Marie en esta historia. No acaba de tener el papel protagonista que intuía por la sinopsis. Se pasa más de medio libro intentando convencer a su suegro de que debe cambiar el "chip" si quiere tener una fábrica cuando la guerra termine. Si no se puede confeccionar telas con algodón, hay que adaptarse a las nuevas y horribles circunstancias, pero se pueden fabricar telas de papel que mantendrán la fábrica en funcionamiento y a la gente trabajando. Melzer sabe que su nuera tiene buenas ideas y mucha razón, pero le cuesta dar el brazo a torcer cuando los consejos vienen de una mujer.
Sobre el resto de la familia Melzer, diré que la Elisabeth que he encontrado en esta novela me ha gustado mucho más que la del primer libro, creo que es la que más madura de las hermanas, porque desde luego a Kitty hay que echarle de comer aparte. Me ha parecido un personaje bastante insoportable casi todo el libro, una cabeza hueca caprichosa, aunque es cierto que en algún momento tiene frases memorables, sobre todo cuando da su opinión sobre la familia política de su hermana, los von Hagemann. En cuanto a Alicia Melzer, también en este libro pasa casi a un segundo plano. Se ha convertido en abuelita y poco más. Por supuesto tampoco perdemos de vista al personal que trabaja en la villa (la señorita Schmalzle, Else, Hanna, Auguste, o la cocinera, la señora Brunnenmayer que es la que más se preocupa por el ausente Humbert) e incluso la repelente Maria Jordan, que se fue con Elizabeth cuando se casó, ya que no soportaba tener que recibir órdenes de Marie, tendrá su hueco en la historia.
Como dije antes, al principio no me estaba entusiasmando demasiado e incluso paré de leerlo para comenzar otras lecturas, pero luego al retomarlo me fue atrapando un poco más, sobre todo de la mitad del libro en adelante. En todo caso me ha parecido un libro algo lentito, algo desequilibrado en el sentido de que hay partes muy interesantes y otras todo lo contrario, por ejemplo, la parte de Humbert no me interesaba especialmente y esos primeros capítulos en los que el aparece me aburrieron bastante, pero bueno en general ha sido una lectura que tiene un aprobado y que, lógicamente, no podía dejar pasar si quería leer la tercer parte
Como siempre os dejo el enlace para leer las primeras páginas de esta novela AQUÍ
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