Nadie sabe qué está sucediendo. La mayor parte de la humanidad se ha suicidado en pocas semanas, sin ningún motivo aparente ni conexión entre si, mientras el mundo colapsa en medio de un caos creciente. Entre los escasos supervivientes se encuentra Andrea, una chica de diecisiete años con recuerdos borrosos y un gran secreto que ni ella misma conoce.
Cuando años después, un desastre parecido amenaza con repetirse, Andrea y un grupo de jóvenes comienzan una crucial odisea para descubrir, a través de la ruinas de lo que un día fue la Humanidad, la solución a algo que nunca debería haber ocurrido.
Pero esta vez, el número 20 puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
Cuando años después, un desastre parecido amenaza con repetirse, Andrea y un grupo de jóvenes comienzan una crucial odisea para descubrir, a través de la ruinas de lo que un día fue la Humanidad, la solución a algo que nunca debería haber ocurrido.
Pero esta vez, el número 20 puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
Ficha del libro: AQUÍ
Sinceramente no sé qué esperaba antes de leer la última novela de Manel Loureiro, pero seguro que no era lo que al final me encontré, aún así me ha durado poco más de dos días porque otra cosa no, pero ritmo tiene bastante y la lectura avanza sin que te enteres. Confieso que la compré sin saber nada de su argumento. Manel es un autor que desde la primera entrega de su trilogía zombie “Apocalipsis Z” se ha quedado a vivir en mis estanterías, así que ni me molesté en leer la sinopsis del libro.
¿Y con qué me he encontrado? Pues con una de esas distopías que tan de moda están últimamente y claro, yo... pues no soy muy devoradora de distopías. Aún así, teniendo un hijo en casa en edad "distópica", he leído y visto alguna en televisión (Los juegos del hambre, Divergente, El corredor del laberinto, Between...) De hecho, a medida que leía, la historia me iba recordando a partes de otras historias leídas o vistas en películas (un poquito de una, otro poquito de otra…), y es que “Veinte” ha nacido precisamente como un proyecto televisivo y creo que como tal está escrito, así que es muy fácil imaginar los escenarios y las situaciones que describe Manel Loureiro.
A mí, entre otras, me han venido a la memoria retazos de historias como “El señor de las moscas” de William Golding (que ha tenido mucha importancia para Manel a la hora de escribir esta novela), la película “City of Ember: en busca de la luz”, la serie "Between" que no terminé de ver, pero sobre todo “El pasaje” de Justin Cronin, y es que justo me ha pillado haciendo una relectura de esta novela y ha habido muchas cosas que he encontrado muy parecidas, lo que no significa que sea algo malo, porque es lógico que ante lo que ocurre en ambas novelas, la población reaccione de forma similar. Sin embargo, es muy cierto eso de que hacer comparaciones es odioso, porque “El pasaje” es mucho “pasaje” pero tampoco creo que Manel haya querido hacer una obra tan enorme como es la trilogía de Cronin.
Pongámonos en situación. De la noche a la mañana la mayoría de la población mundial se suicida en masa (99 de cada 100 mueren), así que a los pocos que sobreviven no les queda más opción que reaccionar, reagruparse en un entorno que parezca “a priori” seguro y organizarse sin que domine una anarquía. Tras un par de capítulos muy potentes (aquí me gustaría añadir, que Manel es un genio a la hora de hacer arrancar una novela) nos encontramos con que han pasado 200 años y quienes sobreviven en ese entorno de seguridad que se ha llamado "La Lanza" y que crearon los supervivientes de aquella plaga de suicidios, son sus descendientes y unos pocos personajes especiales sobre los que no quiero decir nada. La población de La Lanza vive casi como si fuera la Edad Media y no pueden disfrutar de muchos de los avances que había en lo que ellos llaman El Tiempo antes del Colapso porque la obsolescencia programada de muchas cosas las dejó inservibles y porque no quedó la suficiente población viva que supiera hacer el mantenimiento de la tecnología que todavía funcionaba. Ni siquiera pensaron en la posibilidad de almacenar el mayor número de conocimientos posible porque no dudaban de que "Colapso" terminaría pronto y alguien vendría a buscarlos.
Así pues, el modelo de sociedad ha cambiado, pero todo está de nuevo en peligro porque lo que ocurrió hace 200 años parece que tiene toda la pinta de volver a repetirse, con alguna ligera modificación. Será el momento de entender qué significa el número "Veinte" (algo que sospechaba desde el principio (¡maldita sea mi estampa!), precisamente por culpa de alguna de esas distopías que ya había visto).
Aún así, la lectura me ha resultado muy entretenida. Me gusta como escribe Manel y aun no siendo un género que me emocione su estilo me invita a seguir leyendo. Quizás me ha dado la sensación de que está más dirigido a un público juvenil, lo cual me parece perfecto, porque eso ampliará su círculo de lectores. Los fieles leerán su nueva obra y los nuevos, si esta les gusta, se animarán con novelas anteriores.
A mí personalmente lo que más me ha gustado del libro ha sido que aunque nos cuenta una historia un tanto apocalíptica, nos da una explicación y un porqué para todo lo que ocurrió al principio de la novela y lo que parece que volverá a repetirse. Me ha gustado que todo o casi todo quede bien cerrado. Me ha gustado el detalle con el que ha creado "La Lanza", su distribución, su organización...
Me ha gustado cómo ha llevado al límite a sus personajes y me ha gustado mucho que algunos de ellos no hayan llegado al final de la novela, no porque se lo merecieran, en realidad me ha dado pena perder a algunos, pero los finales no siempre son de color rosa y eso es un detalle realista por muy distópica que sea la novela, así que sí, no todos llegarán al final, pero tranquilos que Manel todavía no es George R. R. Martin.
"Veinte" es una novela que te invita a pensar si realmente no estamos yendo por el camino equivocado, si al final no acabaremos por vivir una distopía de estas en nuestras carnes más pronto que tarde y si aún haciéndolo no volveríamos a tropezar con la misma piedra.
En fin, si eres fan de este género no lo dudes, pasarás un muy buen rato con "Veinte". Yo repetiré con Manel, aunque esta no sea mi novela favorita, está claro.
Sinceramente no sé qué esperaba antes de leer la última novela de Manel Loureiro, pero seguro que no era lo que al final me encontré, aún así me ha durado poco más de dos días porque otra cosa no, pero ritmo tiene bastante y la lectura avanza sin que te enteres. Confieso que la compré sin saber nada de su argumento. Manel es un autor que desde la primera entrega de su trilogía zombie “Apocalipsis Z” se ha quedado a vivir en mis estanterías, así que ni me molesté en leer la sinopsis del libro.
¿Y con qué me he encontrado? Pues con una de esas distopías que tan de moda están últimamente y claro, yo... pues no soy muy devoradora de distopías. Aún así, teniendo un hijo en casa en edad "distópica", he leído y visto alguna en televisión (Los juegos del hambre, Divergente, El corredor del laberinto, Between...) De hecho, a medida que leía, la historia me iba recordando a partes de otras historias leídas o vistas en películas (un poquito de una, otro poquito de otra…), y es que “Veinte” ha nacido precisamente como un proyecto televisivo y creo que como tal está escrito, así que es muy fácil imaginar los escenarios y las situaciones que describe Manel Loureiro.
A mí, entre otras, me han venido a la memoria retazos de historias como “El señor de las moscas” de William Golding (que ha tenido mucha importancia para Manel a la hora de escribir esta novela), la película “City of Ember: en busca de la luz”, la serie "Between" que no terminé de ver, pero sobre todo “El pasaje” de Justin Cronin, y es que justo me ha pillado haciendo una relectura de esta novela y ha habido muchas cosas que he encontrado muy parecidas, lo que no significa que sea algo malo, porque es lógico que ante lo que ocurre en ambas novelas, la población reaccione de forma similar. Sin embargo, es muy cierto eso de que hacer comparaciones es odioso, porque “El pasaje” es mucho “pasaje” pero tampoco creo que Manel haya querido hacer una obra tan enorme como es la trilogía de Cronin.
Pongámonos en situación. De la noche a la mañana la mayoría de la población mundial se suicida en masa (99 de cada 100 mueren), así que a los pocos que sobreviven no les queda más opción que reaccionar, reagruparse en un entorno que parezca “a priori” seguro y organizarse sin que domine una anarquía. Tras un par de capítulos muy potentes (aquí me gustaría añadir, que Manel es un genio a la hora de hacer arrancar una novela) nos encontramos con que han pasado 200 años y quienes sobreviven en ese entorno de seguridad que se ha llamado "La Lanza" y que crearon los supervivientes de aquella plaga de suicidios, son sus descendientes y unos pocos personajes especiales sobre los que no quiero decir nada. La población de La Lanza vive casi como si fuera la Edad Media y no pueden disfrutar de muchos de los avances que había en lo que ellos llaman El Tiempo antes del Colapso porque la obsolescencia programada de muchas cosas las dejó inservibles y porque no quedó la suficiente población viva que supiera hacer el mantenimiento de la tecnología que todavía funcionaba. Ni siquiera pensaron en la posibilidad de almacenar el mayor número de conocimientos posible porque no dudaban de que "Colapso" terminaría pronto y alguien vendría a buscarlos.
Así pues, el modelo de sociedad ha cambiado, pero todo está de nuevo en peligro porque lo que ocurrió hace 200 años parece que tiene toda la pinta de volver a repetirse, con alguna ligera modificación. Será el momento de entender qué significa el número "Veinte" (algo que sospechaba desde el principio (¡maldita sea mi estampa!), precisamente por culpa de alguna de esas distopías que ya había visto).
Aún así, la lectura me ha resultado muy entretenida. Me gusta como escribe Manel y aun no siendo un género que me emocione su estilo me invita a seguir leyendo. Quizás me ha dado la sensación de que está más dirigido a un público juvenil, lo cual me parece perfecto, porque eso ampliará su círculo de lectores. Los fieles leerán su nueva obra y los nuevos, si esta les gusta, se animarán con novelas anteriores.
Manel Loureiro, en la presentación de la novela de su amigo Pablo Núñez en Bueu. |
Me ha gustado cómo ha llevado al límite a sus personajes y me ha gustado mucho que algunos de ellos no hayan llegado al final de la novela, no porque se lo merecieran, en realidad me ha dado pena perder a algunos, pero los finales no siempre son de color rosa y eso es un detalle realista por muy distópica que sea la novela, así que sí, no todos llegarán al final, pero tranquilos que Manel todavía no es George R. R. Martin.
"Veinte" es una novela que te invita a pensar si realmente no estamos yendo por el camino equivocado, si al final no acabaremos por vivir una distopía de estas en nuestras carnes más pronto que tarde y si aún haciéndolo no volveríamos a tropezar con la misma piedra.
En fin, si eres fan de este género no lo dudes, pasarás un muy buen rato con "Veinte". Yo repetiré con Manel, aunque esta no sea mi novela favorita, está claro.