La hija de la criada (Barbara Mutch)

TITULO: La hija de la criada
AUTOR: Barbara Mutch
EDITORIAL: Alianza Editorial

Sinopsis Editorial: 

Corre el año de 1919. Cathleen se traslada a Suráfrica, al duro y desértico Karoo, para casarse con su prometido al que no ha visto en cinco años. Pero el matrimonio no va a resultar como había soñado. Aislada en un entorno inhóspito, Cathleen encuentra consuelo en escribir su diario y en criar a sus dos hijos, Philip y Rose. También a Ada, la hija de su criada, a la que enseña a leer y a tocar el piano, a amar a Chopin. Todo se verá alterado cuando Ada descubre que está embarazada, que espera un hijo mulato en un país que no admite las relaciones entre blancos y negros. "La hija de la criada" es una novela cargada de sentimientos que retrata con hondo detalle el drama de dos mujeres de valor inquebrantable. 

Hoy vengo con “La hija de la criada” que tras cinco años en la estantería esperando su turno, ya le iba tocando.

La verdad es que me ha gustado esta historia que abarca varias décadas de la vida de sus protagonistas y que transcurre en Sudáfrica, a donde en 1919 llega Cathleen procedente de Irlanda para casarse con su prometido al que no ve hace cinco años. Cuando la novela comienza Cathleen ya lleva años viviendo allí. Ha tenido dos hijos con su marido y ha creado unos lazos de amistad tan grandes con Miriam, la criada negra que ya estaba en la casa cuando ella llegó, que siempre ha considerado a Ada, la hija de Miriam, casi como una hija más, a pesar del color de su piel y de que el trato como iguales entre negros y blancos no estaba bien visto. 

Ada es la hija que da título a este libro. Si algo demuestra desde niña, es que además de saber cumplir con sus labores ayudando a su madre en el trabajo diario de la casa, también es una niña muy inteligente y Cathleen estará encantada de enseñarle cosas que de otro modo jamás estarían a su alcance (leer, escribir, tocar el piano…) Ada es como una esponja y se siente querida por Cathleen y su hijo Phil, aunque en absoluto por su hija Rosemary, que es altiva, prepotente, muy consciente de su estatus social y del de Ada.

Algo ocurrirá en la casa que hará que Ada se marche y es entonces cuando abrirá los ojos a la realidad. La autora consigue retratar el contraste de la vida que Ada ha llevado hasta ese momento con la de sus nuevas amistades y eso le hará darse cuenta de lo afortunada que había sido. Ahora su vida no será tan fácil, siente que no encaja ni entre los blancos ni entre los negros y tendrá que luchar para salir adelante mientras en Sudáfrica las cosas se van complicando con la llegada del Apartheid.

La verdad es que es una novela muy bonita. Me ha gustado que estuviera narrada en primera persona a través de la voz de Ada ya que nos va mostrando su personalidad curiosa, sus ganas de aprender, aunque al principio me resultaba un personaje demasiado "inocente", pero luego no le queda más remedio que cambiar, sin perder nunca esa bondad innata en ella. También me ha gustado que aparecieran partes del diario de Cathleen, a lo largo de la narración donde nos muestra sus dudas desde que sale de Irlanda y después pensamientos sobre su vida y sus sentimientos hacia su familia y la de Ada.

A lo mejor cuesta creer que en aquella época una persona como Ada, estuviera tan “integrada” en una familia blanca, pero a medida que avanza el libro la historia se hace más real. También es muy bonito “ver” a través de la voz de Ada el desierto del Karoo y conocer un poco más sobre la historia de Cradock, escenario de esta historia que cuenta con su propio episodio negro tras el asesinato de varios activistas que luchaban contra el Apartheid. 

En fin, una novela recomendable, que me ha llevado a un escenario que no suelo visitar mucho (literariamente hablando) y me ha dejado buen sabor de boca.

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