La apariencia de las cosas (Elizabeth Brundage)

TÍTULO: La apariencia de las cosas
AUTOR: Elizabeth Brundage
EDITORIAL: Duomo

Sinopsis Editorial:

EL RETRATO INQUIETANTE DE UN MATRIMONIO Y DE LAS HERIDAS QUE MARCAN A UNA COMUNIDAD

En un anochecer frío, el profesor de universidad George Clare llama a la puerta de su vecino con una noticia terrible: acaba de regresar del trabajo y ha encontrado en la cama de matrimonio a su mujer, Catherine, muerta. Alguien la ha asesinado mientras Franny, la hija de tres años que tienen en común, jugaba sola en su habitación al otro lado del pasillo. No hace mucho que se han trasladado a aquella casa situada en una pequeña comunidad.

Una casa que, según los habitantes del lugar, está encantada y que en el pasado fue el escenario de una siniestra vivencia.

Tengo claro que la lectura de esta novela no va a ser lo que muchos esperaban. Para muchos será una sorpresa, eso sí, no sé si para bien o para mal, pero lo que está claro es que quien se adentre entre sus páginas pensando encontrar un thriller “page-turner” de esos que se devoran en dos sentadas donde la sencillez de la prosa invite a leer sin parar se van a quedar con la boca abierta.

Confieso que teniendo en cuenta la sinopsis de la novela, yo misma espera algo de ese estilo, pero lo que me he encontrado ha sido un novelón, en el que, es cierto que me costó un poco entrar, pero que al final me ha gustado muchísimo. Este thriller, además de esconder una trama fantástica y unos personajes espectacularmente trazados, destila literatura por los cuatro costados y eso, a veces, a quienes nos merendamos esas novelas “page-turner” que antes he mencionado y que soy la primera en confesar que me encantan, hace que nos demos cuenta de que a veces vale la pena leer a ritmo más lento y disfrutar de una historia con más sustancia, más profundidad y riqueza y eso es exactamente lo que yo he hecho. Me he dejado llevar por esta historia, que aún teniendo algún “pero” me ha seducido completamente.

Antes de nada os cuento los dos “peros” que yo he encontrado en el libro, uno al principio y otro al final. El primero tiene que ver con la forma en que está escrita la novela. Ya lo comenté por las “stories” de Instagram y os preguntaba si como a mí, la ausencia de guiones de diálogo (que no de diálogos, porque diálogos hay muchísimos en esta historia) os resultaba extraña y hacía que vuestra lectura se ralentizara. A mí al principio me ocurrió. Me daba la sensación de que el texto estaba “amontonado” y me costó hacerme a ello, pero una vez superada esta pequeña barrera me sumergí de lleno en la historia. El segundo pero tiene que ver con el final de la historia, algo de lo que no puedo hablar sin soltar spoilers como una casa, pero que me ha dejado, vamos a decir “insatisfecha”, o al menos no todo lo satisfecha que me hubiera gustado. Yo quería otro final, pero me temía que algo así podría ocurrir. Apenas me quedaban 60 páginas y ya le dije a mi marido “espero que esto no termine como me estoy temiendo porque las páginas se me acaban y esto no está tomando el rumbo que yo quiero”. En fin… no todas las novelas terminan como una desea y si no fuera por esos dos “peros” le daría 5 estrellas sin dudarlo.

Elizabeth Brundage.
Fotografía de The Bookloft. 
Y ahora os cuento sobre todo lo demás.

La novela, tal como dice la sinopsis comienza con la muerte de Catherine Clare. Cuando su marido George vuelve del trabajo se encuentra a su mujer muerta en la cama y a la hija de ambos jugando sola en su habitación. Acto seguido se dirige a casa de sus vecinos para pedir ayuda y llamar al sheriff, que en cuanto hace acto de presencia y se dirige al hogar de los Clare comprueba que Catherine ha sido brutalmente asesinada con un hacha. A partir de aquí uno cree que la narración nos hablará de la investigación para saber quién mató a Catherine, pero no, resulta que en esta novela eso no es lo más importante. Lo que hace la autora es llevarnos a la granja de los Clare cuando en ella vivían los Hale, una familia (matrimonio y tres hijos) que también vivió una desgracia en la casa, de hecho, la granja no tiene muy buena fama por ello y aunque George Clare la compró sabiendo lo que allí había ocurrido, se cuida muy mucho de decírselo a Catherine, que una vez instalada en su nuevo hogar no acaba de sentirse cómoda en él en ningún momento y donde además nota una “presencia” continuamente, aunque tranquilos, eso no convierte a esta novela en una historia de fantasmas.

El caso es que vas leyendo y no acabas de entender por qué tienes que saber la historia de los Hale, pero poco a poco y a medida que vamos conociendo más a fondo a los Clare te das cuenta de que todo es importante en la novela. No sólo los personajes que antes vivieron allí, sino los vecinos que los conocían y que ahora son vecinos de los Clare. La autora también nos introducirá en el mundo laboral de George y nos presentará a algunos de sus compañeros de trabajo, pero supongo que lo más importante de todo es ver cómo funcionan los Clare como familia, sobre todo como matrimonio y es que Catherine es una esposa de manual, fue educada para ser una buena esposa y una buena madre. La perfecta ama de casa, vamos. Además es muy creyente, todo lo contrario que George. Catherine prácticamente no sale de la granja y enseguida entabla una muy buena relación con los tres hermanos que vivían allí antes, aunque al principio ella no sabe eso.

Tanto los personajes de los hermanos, como el matrimonio Clare y en general todos los que aparecen en la novela semejan ser de carne y hueso de lo estupendamente desarrollados que están, aunque habría que destacar a George por encima de todos, un personaje lleno de matices que es magistral. Personalmente también me han encantado Cole Hale, Justine, Mary Lawton, Willis...

Me ha gustado muchísimo (y a la vez es lo que me hacía rabiar), tener tanta información sobre los personajes porque claro,  lo que perciben unos personajes sobre otros solamente es una parte, la parte que ellos ven o creen ver y a veces no están seguros de si lo que piensan es cierto o no, pero nosotros los lectores sí sabemos y sinceramente a medida que lees y la tensión va aumentando estás deseando que algunos, sobre todo Catherine, espabilen y actúen, pero claro, sabes que eso, al menos en su caso no pasará porque en las primeras páginas del libro ella ya está muerta.

Me he puesto también en la piel del sheriff y he sentido su frustración. Sentir que sabe lo que ha pasado, pero no tener las pruebas para demostrarlo, y si él estaba frustrado, yo lo estaba más porque pensaba que si juntaba a una serie de personajes y unía lo que cada uno de ellos sabía, tendría la solución. Lo cierto es que la autora ha sabido mantener la incertidumbre durante toda la narración y es algo que agradezco muchísimo.

La verdad es que hasta el último momento he estado atrapada dentro de esta novela, me he sentido trasladada a Chosen, esa pequeña comunidad rural de Nueva York en la década de los setenta donde se desarrolla esta historia que nos habla de la familia, de las relaciones entre amigos y vecinos, del maltrato, de las miserias que esconden  algunas personas y que pasan desapercibidas para unos y no tanto para otros, y solo puedo decir que he disfrutado muchísimo con su lectura.

Puedes leer la primeras páginas de esta novela AQUI.

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