Los lobos del centeno (Francisco Narla)

TÍTULO: Los lobos del centeno
AUTOR: Francisco Narla
EDITORIAL: Edhasa

Sinopsis Editorial:

La vida en el idílico y recóndito valle de una Galicia olvidada es tranquila, casi bucólica. Son los albores del siglo pasado, atemporales, como místicos... Pero, de repente, las leyendas cobran vida. Los delirios macabros de las noches de pesadilla han salido de entre los bosques camuflados en las mandíbulas hediondas de una bestia sin corazón. Todo se descarna y se cubre de sangre, mal y muerte.

Entre el dolor y la desesperación, un hombre el molinero del lugar, lucha por olvidar su atribulado pasado al tiempo que trata de guarecerse de tan inquieto presente.

"Los lobos del centeno", que fue la primera novela de Francisco Narla, narra con precisión y colorismo las vidas de sus protagonistas, pero también la muerte, la brutalidad, el engaño y la tristeza del alma. Con técnica propia del clasicismo costumbrista, saca a la luz los horrores velados que la tradición hubiese preferido dejar para excesos noctámbulos de aguardiente. Una obra que, con sus luces y sombras narrativas, seduce al lector y nos vislumbra al gran escritor que vino para quedarse.  

Me gustan las novelas de Francisco Narla y en más de una ocasión me he declarado "Narlista" en las redes sociales, pero tenía una asignatura pendiente y era la lectura de su primera novela. Me costó encontrar un ejemplar de aquella primera edición de "Los lobos del Centeno", pero lo conseguí y sin embargo no acababa de animarme a leerlo, así que cuando el año pasado durante la presentación de "Laín el bastardo" el autor nos confirmó que se iba a volver a reeditar, pues ya era una novela imposible de conseguir pero muy solicitada por los lectores, supe que sería esa la edición a la que yo le hincaría el diente y eso he hecho durante unos días del mes de agosto.

Evidentemente no puedo hacer comparaciones con la primera edición, aún teniendo en casa un ejemplar, porque yo solo he leído la nueva que ha sido revisada por el autor, pero sí he podido leer las opiniones de algunos lectores de aquel primer libro que tachaban el texto de farragoso, recargado y demasiado descriptivo (entre otras cosas). Curiosamente en una Nota del Autor antes del comienzo de la novela, reconoce que al tener de nuevo el texto delante de sus ojos y con la experiencia que dan diez años escribiendo historias, estaba claro que la novela necesitaba una revisión, porque la base de la historia era muy buena, pero necesitaba una limpieza de "perífrasis enrevesadas, de comparaciones interminables y de adjetivos cargantes", y así han llegado a las librerías estos "lobos", aunque según sus palabras todavía podría ser mejorable.

Aún a riesgo de parecer poco objetiva, por mi "Narlismo" declarado, la novela me ha gustado un montón. La dividí para leerla en cinco días y no hice Lectura Conjunta por estar desconectada de las redes sociales, pero también se animó a leerla conmigo otra "Narlista" de pura cepa, Sonia y os puedo asegurar que ambas la hemos disfrutado mucho, porque nos enganchó desde el principio, lo que no significa que crea que sea una lectura cinco estrellas.

Con Francisco Narla y Sonia, mi compi
de presentaciones y lecturas
La historia de "Los lobos del centeno" es muy oscura. Creemos que es su novela más gallega, más tétrica, con escenas más truculentas y desagradables, pero a la vez un homenaje a la tradición oral, a esas historias y leyendas que contaban los mayores, que poco a poco van desapareciendo y que cualquiera disfrutaba escuchando por muy "oscuras" que fueran. Es un libro profundamente costumbrista ambientado en una aldea gallega cualquiera a principios del siglo XX que yo personalmente mientras leía, he imaginado siempre oscura, en penumbra, quizás vagamente iluminada de fondo con la luz de unas velas y candiles.

En esta pequeña aldea aparecen desollados y descuartizados los cerdos de la familia do Santo. Nadie entiende qué ha pasado, ¿lobos quizás?, el caso es que entre todo el pueblo ayudan para que la familia pueda volver a comprar nuevos cerdos. Sin embargo no será este el único hecho extraño que ocurra en la aldea. El caso es que cuando los puercos de la misma familia vuelven a aparecer muertos, la maledicencia de una vecina consigue convencer a los aldeanos de que el culpable debe ser el Molinero, un entrañable personaje, que después de quedarse viudo, ha cortado prácticamente la relación con todo el mundo, salvo quizás con don Belarmino, el cura.

La novela es muy cortita y no os quiero contar más de la trama, que por supuesto esconde mucho más que averiguar quién mató a los cerdos. Conoceremos la historia del Molinero, que consigue transmitirnos el amor que sentía hacia su esposa dotando de ternura esta historia con escenas como la que describe el cariño y la tristeza con la que prepara el cuerpo de su esposa tras su muerte que chocan con otras muy oscuras como lo que ocurre después de su entierro. Es un personaje que me ha encantado y me ha hecho dudar mucho por algunas cosas que le ocurren, que conste que hasta el propio Molinero duda de sí mismo. Yo le estaba echando mucha imaginación al asunto y ya tenía medio decidido qué le ocurría al pobre hombre. En fin... También veremos a unos aldeanos asustados, desconfiados, que no saben si buscar refugio y consuelo en las palabras del cura o en los hechizos de una meiga y también sabremos qué hay tras la historia de las dos meigas de esta novela (Berta y Maruxiña) y la de algún que otro vecino, así que el lector navega por diferentes hilos temporales que siendo sinceras, aunque no nos han impedido seguir la historia, en algún momento sí nos han resultado algo confusos.

"Los lobos del centeno" es un libro en el que Narla nos enseña aquello que siempre va a aparecer en sus novelas posteriores, su tierra, las descripciones de los bosques, los ríos, la naturaleza en general, la pesca, los animales... está llena de magia, mitos, leyendas, brebajes, meigas y meigallos. Es una novela con mucha sangre, con escenas bastante violentas y mira que hemos leído escenas duras en los libros de este autor, pero ¡caramba! esta no se queda corta tampoco.

Ilustración de Teresa Ramos.
Y por supuesto, está ese estilo narrativo tan característico que tiene el autor y que ha ido puliendo en sus publicaciones posteriores, esa riqueza del lenguaje, ese uso de palabras que muchas veces uno desconoce pero que aún así, logran no sacarnos de la lectura porque sin conocerlas entendemos qué quieren decir.

Sí me gustaría comentar algo que hemos echado de menos durante la lectura. Algo que a nosotras no nos hacía falta, pero que podría complementar la lectura de otros futuros lectores y es una traducción de las frases y palabras que aparecen en gallego a lo largo de la narración (aunque traducidos los "meigallos" pierdan fuerza) porque además suena todo a gallego antiguo, pero bueno, es simplemente una sugerencia.

Esta edición revisada tiene media docena de ilustraciones creadas por Teresa Ramos que son muy bonitas y acompañan al texto estupendamente. Está claro que Francisco Narla, ya apuntaba maneras a la hora de narrar sus historias y que cada vez lo hace mejor, pero claro para saber eso, hay que haber leído todos sus novelas y ahora ya puedo decir que lo he hecho.

Y la lluvia, siempre presente, hacía crecer los mitos. Así, curanderos, santeros, meigas, brujos y personajes varios se refugiaban en cuevas o casuchas de las montañas, donde la gente acudía a pedirles consejo, sanar sus dolores o conseguir malolientes y ponzoñosos tónicos. El sincretismo entre el más puro cristianismo católico y las más arraigadas supersticiones era inevitable. Así era Galicia. Bosques, piedra, ríos, pizarra y magia. Y, en sus tierras de lujurioso verde, vive la leyenda.
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