Valentina o cómo ser feliz sin magdalenas (Pilar G. Cortés)

TÍTULO: Valentina o cómo ser feliz sin magdalenas
AUTOR: Pilar G. Cortés
EDITORIAL: Autopublicado 

Sinopsis:

¿Qué harías si un día te despiertas y te das cuenta de que no eres feliz?Valentina se tiene que enfrentar a este dilema cuando se reencuentra con su primo, y no puede evitar comparar su vida con la de él. Y ve que sale perdiendo. Valentina creía que era feliz, pero se estaba engañando. ¿Qué harías si un día te despiertas y te das cuenta de que no eres feliz?Valentina, renunciar a sus magdalenas.

Cuando terminé esta novela, ya os comenté a tráves de los "stories" de Instagram que estaba convencida de que el "Chick lit" ya no era mi género. Con el tiempo uno va cambiando de lecturas, o al menos a mí me pasa, y aunque cuando Bridget Jones se cruzó en mi vida me aficioné mucho a este tipo de libros, al final los fui dejando de lado y salvo las novelas de Marian Keyes (a quien sigo siendo fiel) ya hacía muchísimo tiempo que no leía nada de este tipo.

Os preguntaréis entonces (o no) por qué me animé con "Valentina". Pues muy fácil, porque conozco a Pilar hace ya unos años, aunque nos vimos por primera vez en persona el año pasado en la Feria del Libro de Madrid, y me apetecía mucho darle mi opinión sobre la novela. Confieso que por otro lado me daba un poquillo de "reparo" precisamente porque hacía mucho que no leía este género, pero no sé, quizás por eso mismo ha sido toda una sorpresa. A lo mejor haber estado tanto tiempo sin leer "Chick lit" ha hecho que disfrutara tanto del libro. Hacía mucho que no me encontraba con unos personajes tan divertidos y entrañables. Bueno y también con alguno odioso, pero tiene que haber de todo en la viña del Señor.

Portada del libro
Saved by cakes de Marian Keyes
La protagonista de esta novela es la encantadora Valentina, una chica de veinticinco años, buena gente donde las haya. Vive en Madrid, en un pequeño piso de su propiedad, tiene un trabajo que le gusta y además lo hace muy bien. En principio todo perfecto. De hecho Valentina está convencida de que es feliz. Cada mañana desayuna cuatro o cinco magdalenas para afrontar el día a día en su oficina, donde debe lidiar con el acoso de una de una de sus compañeras (la "encantadora" Ángela) y prácticamente las risas que todos los demás corean cuando la pobre Valentina es humillada. Aún así, ella siente que es feliz, o al menos es lo que cree hasta que un fin de semana, de regreso al pueblo a casa de sus padres, se reencuentra con su primo Paco (¡Ay Paco, que te como! ¡cómo me has gustado!). Paco es casi un hermano para Valentina. De pequeños ambos eran "rechonchitos", pero el espectacular cambio que ha dado su primo y sus palabras, dejan a Valentina pensando si realmente es tan feliz como cree.
Al principio me quería morir. Pero estaba decidido. Mi vida tal como era no me hacía feliz. Comía y comía y seguía estando vacío. Ahora no hago una dieta estricta, pero casi todo lo que como es sano. Y el deporte me llena como no lo hacía la comida. Y lo más importante: me miro en el espejo y me reconozco y me quiero. 

Hablar con su primo, hace que algo cambie dentro de ella. Quizás también pueda dar un giro en su vida, pero no solo en el aspecto físico, sino en otros muchos. Además ahora que tiene un nuevo jefe, le apetece verse mejor. Como por algún sitio hay que empezar se pone manos a la obra y sus amigos estarán ahí para lo que haga falta. Su buena amiga Rebeca la asesorará en lo que a "trapitos" se refiere y Paco le ayudará y dirigirá en el aspecto deportivo de su "cambio", pero tendrá que salir de ella dar los pasos necesarios para cambiar otras cosas, por ejemplo, no dejarse avasallar en el trabajo, responder sin miedos a los "ataques" o hacer valer su opinión y sus deseos delante de su madre, que la sigue tratando como una niña o le impone cosas que no quiere, que se mete hasta en su gusto decorando su hogar o le enchufa en su piso (sin dejarle cobrar ni un duro, claro) a "Bertita", la hija de unos vecinos "chupópteros" e interesados que está en Madrid "estudiando".

Evidentemente poco más os voy a contar, pero sí os diré que una vez que empecéis a leer, va a ser casi imposible que dejéis sola a Valentina, porque se empatiza con ella desde el minuto uno. "Valentina o como ser feliz sin magdalenas" es la historia de una evolución, de una superación personal. Valentina aprenderá a quererse a sí misma desde el mismo momento en que se da cuenta de que se lo merece. Poco a poco su autoestima irá creciendo y será capaz incluso de decirle a su madre cuatro cositas que tenía que haberle dicho mucho tiempo atrás.
Valentina no había tenido suerte con las amistades, a decir verdad. En el colegio se llevaba bien con casi todo el mundo, pero siempre había sido la rara y nadie quería un trato demasiado cercano, para que no le llamaran raro también. A medida que fue creciendo esa sensación de aislamiento se fue disipando un poco, pero no era una niña a la que invitaran a muchos cumpleaños. Cuando se fue haciendo algo más mayor, y empezaba el instituto, decidió que mejor sola que mal acompañada, ya que sus amigas solo lo eran por temporadas y por conveniencia. 

Me ha encantado ver a Valentina decidir por sí misma, que se planteara retos y que intentara cumplirlos, que por fin se viera con los ojos de quienes más la quieren y no a través de los de una persona hueca como Ángela. En el fondo todos nos hemos podido sentir como Valentina en algún momento y no me refiero a tener una talla 44 (que por cierto, tampoco me parece para tanto) y creo que por eso es tan fácil quererla.

Pilar G. Cortés
Pero ya os digo que no sólo os enamoraréis de ella, sino también de otros estupendos personajes, como Paco, que después de hacer también muchos cambios en su vida, aún debe dar un último paso importante y por supuesto ahí estará Valentina para ayudarle o Rebeca y su pareja Sonia, dos mujeres la mar de divertidas, que han sido su apoyo en todo momento.

Me he divertido, pero muchísimo , con la madre de Valentina. Confieso que durante la primera parte de la novela he querido coger a la señora y darle el meneo que debería haberle dado su hija, pero es que luego me ha encantado, de verdad.

Efrén, el nuevo jefe de Valentina, es otro estupendo personaje. Un hombre decente, tanto laboral como personalmente. Me ha gustado mucho el cambio que propone cuando llega a su nuevo puesto de trabajo, cómo organiza a su personal y el buen ambiente que genera en el trabajo, aunque por supuesto luego tenemos a Ángela, muy divina ella, pero solo por fuera. Es como huevo podrido, por fuera tiene una cáscara perfecta, pero por dentro... Lo peor es pensar en trabajar con alguien que te trate como ella trata a Valentina.

En fin, no sé qué más contaros para animaros a leer esta novela. Si sois fans del género seguro que os gusta, si lo habíais olvidado un poco, como yo, sin duda también. Me parece una lectura ideal para desconectar de lecturas más intensas o para cuando quieres simplemente pasar un rato divertido leyendo y bajarte del mundo un par de días. Además Pilar ha escrito un libro muy fácil de leer, lleno de diálogos ingeniosos, una historia fresca y muy amena, donde habla de la amistad, la familia, los amigos, aunque también deja sitio para el acoso laboral, o los peligros "nocturnos" con los que debemos lidiar las mujeres y ahí lo dejo.

Es cierto que es su primera novela, pero no su primer libro. El año pasado ya reseñé en el blog su primer libro, una historia muy personal titulada Mamá en apuros contra el cáncer, pero también os recomiendo Vamos a contar mentiras. Cuatro relatos a cerca del engañouna lectura muy interesante porque son cuatro historias, pero también contadas a través de cuatro géneros diferentes.

Si os apetece acompañar a Valentina, solamente tenéis que pinchar AQUÍLa encontrarás tanto en papel como en ebook.

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