Tom Hazard esconde un secreto: puede que parezca un hombre de unos cuarenta años pero, debido a una rara enfermedad, lleva vivo desde hace varios siglos.
De hecho, tiene aproximadamente cuatrocientos años y, entre otras muchas cosas, ha actuado con Shakespeare, ha explorado el mar con el capitán Cook y ha compartido cócteles con Scott Fitzgerald.
Tom debe cambiar a menudo de país y de identidad para preservar su secreto. De este modo, ha sido testigo y protagonista de grandes momentos históricos. Ahora sólo desea sentirse un hombre más. Así,
se instala en Londres tratando de llevar una vida corriente y empieza a trabajar en un instituto como profesor de Historia, donde enseña a los niños sobre guerras y sucesos de los que ha sido testigo de primera mano.
Una historia de amor eterno sobre un hombre perdido en el tiempo, la mujer que podría salvarlo y las vidas necesarias para aprender a ser feliz.
Hoy os cuento mi opinión sobre una novela que me ha gustado mucho y la primera que leo de Matt Haig “Cómo detener el tiempo”. Sin tener nada que ver con un libro como “La mujer del viajero en el tiempo”, una película como “Los inmortales” o una serie como “Forever”, su lectura me ha traído a la memoria varias veces todas esas historias que tanto me gustaron y quizás por eso también he disfrutado muchísimo con la lectura de la novela.
Tom Hazard aparenta tener unos cuarenta años, pero en realidad tiene algo más de cuatrocientos. Ni es inmortal, ni viaja en el tiempo. Simplemente vive la vida que le ha tocado como todo el mundo, solamente que su tiempo es mucho más largo que el de la mayoría y digo la mayoría porque Tom no es el único que tiene lo que se ha denominado como anageria. Tom Hazard nació en un château francés en 1581 y hasta los trece años aproximadamente creció como un niño más, pero a partir de ahí dejó de envejecer al ritmo de los demás. “La velocidad a la que envejecen los que tienen anageria fluctúa un tanto, pero por lo general la proporción es de uno a quince”.
Imaginaros la situación y más en el siglo XVI. Con dieciocho años y la cara de un niño de trece pronto los rumores empiezan a correr. La gente no dudaba en ver tras lo que no comprendía la mano de la brujería y pronto ocurrirá la primera desgracia de su vida. Tom comprende que no podrá quedarse demasiado tiempo en ningún sitio si no quiere que lo acaben matando, pero no contaba con enamorarse. Por supuesto le contará a Rose su “peculiaridad” pero eso no impedirá que la gente murmure a medida que pasa el tiempo y Rose envejece pero él no. De buena gana se hubiera matado él mismo de no ser por algo que le pide Rose y que será lo que le motive a vivir desde ese instante.
Tom vivirá durante muchos años una vida llena de peligros, será testigo de hechos históricos importantes, actuará con Shakespeare, viajará con el Capitán Cook, verá como el mundo va cambiando y en 1891 conocerá a Hendrich, alguien como él, aunque mucho mayor, que le explica que existe una Sociedad (Albatros) que busca a personas con anageria por todo el mundo y que los protege, porque si algo tiene claro Hendrich es que a pesar del paso del tiempo el peligro para los que son como ellos no ha disminuido. Antes eran los cazadores de brujas quienes los perseguían y ahora son los ciéntificos quienes tienen puesto en ellos su punto de mira. Tom se unirá a los Albatros que además le ayudarán en su búsqueda y los siglos irán pasando hasta que encontramos a un Tom, dando clases de historia en un Instituto de Londres.
Como os decía al principio he disfrutado muchísimo con el libro. Me ha encantado cómo se alterna la vida actual que lleva Tom con su pasado desde el día en que nació, cómo se fue adaptando a los momentos que le tocó vivir, las guerras, los avances científicos, tecnológicos o intelectuales. Me ha transmitido también mucha tristeza y soledad y entiendo que por momentos el protagonista sienta que lo que le ocurre es una maldición en lugar de una bendición, como sí lo ven otros "albatros".
Tom no encuentra lo que busca y se nota cansado. Cansado de cambiar de ciudad, de hacer lo que le pide la Sociedad, pero sobre todo de buscar y no encontrar por más que Hendrich le promete que lo siguen intentando. Siente que la vida se repite por ciclos. Sí, se avanza en el tiempo pero el ser humano vuelve a repetir los mismos errores una y otra vez.
"Cómo detener el tiempo" me ha parecido una novela sÚper original que está muy bien escrita, hasta el punto de darme la sensación de estar leyendo la biografía de alguien real, y es que es Tom quien nos va contando su vida en primera persona. Es un personaje con el que he conectado enseguida aunque también es cierto que a veces parece que solamente ha sufrido a lo largo de los siglos y te contagia un poco esa sensación, pero en general he empatizado con él y entendía su sufrimiento y esa lucha interna por querer confiar en los demás y poder contarles quién es de verdad, por desear vivir una vida normal, aunque eso implique al final la soledad.
Es una novela que se lee rápido, y que me ha parecido curiosa y muy entretenida. Repetiré con Matt Haig sin duda porque como narrador me ha encantado.
Hoy os cuento mi opinión sobre una novela que me ha gustado mucho y la primera que leo de Matt Haig “Cómo detener el tiempo”. Sin tener nada que ver con un libro como “La mujer del viajero en el tiempo”, una película como “Los inmortales” o una serie como “Forever”, su lectura me ha traído a la memoria varias veces todas esas historias que tanto me gustaron y quizás por eso también he disfrutado muchísimo con la lectura de la novela.
Tom Hazard aparenta tener unos cuarenta años, pero en realidad tiene algo más de cuatrocientos. Ni es inmortal, ni viaja en el tiempo. Simplemente vive la vida que le ha tocado como todo el mundo, solamente que su tiempo es mucho más largo que el de la mayoría y digo la mayoría porque Tom no es el único que tiene lo que se ha denominado como anageria. Tom Hazard nació en un château francés en 1581 y hasta los trece años aproximadamente creció como un niño más, pero a partir de ahí dejó de envejecer al ritmo de los demás. “La velocidad a la que envejecen los que tienen anageria fluctúa un tanto, pero por lo general la proporción es de uno a quince”.
Imaginaros la situación y más en el siglo XVI. Con dieciocho años y la cara de un niño de trece pronto los rumores empiezan a correr. La gente no dudaba en ver tras lo que no comprendía la mano de la brujería y pronto ocurrirá la primera desgracia de su vida. Tom comprende que no podrá quedarse demasiado tiempo en ningún sitio si no quiere que lo acaben matando, pero no contaba con enamorarse. Por supuesto le contará a Rose su “peculiaridad” pero eso no impedirá que la gente murmure a medida que pasa el tiempo y Rose envejece pero él no. De buena gana se hubiera matado él mismo de no ser por algo que le pide Rose y que será lo que le motive a vivir desde ese instante.
Tom vivirá durante muchos años una vida llena de peligros, será testigo de hechos históricos importantes, actuará con Shakespeare, viajará con el Capitán Cook, verá como el mundo va cambiando y en 1891 conocerá a Hendrich, alguien como él, aunque mucho mayor, que le explica que existe una Sociedad (Albatros) que busca a personas con anageria por todo el mundo y que los protege, porque si algo tiene claro Hendrich es que a pesar del paso del tiempo el peligro para los que son como ellos no ha disminuido. Antes eran los cazadores de brujas quienes los perseguían y ahora son los ciéntificos quienes tienen puesto en ellos su punto de mira. Tom se unirá a los Albatros que además le ayudarán en su búsqueda y los siglos irán pasando hasta que encontramos a un Tom, dando clases de historia en un Instituto de Londres.
Matt Haig. Fotografía de The York Press |
Tom no encuentra lo que busca y se nota cansado. Cansado de cambiar de ciudad, de hacer lo que le pide la Sociedad, pero sobre todo de buscar y no encontrar por más que Hendrich le promete que lo siguen intentando. Siente que la vida se repite por ciclos. Sí, se avanza en el tiempo pero el ser humano vuelve a repetir los mismos errores una y otra vez.
"Cómo detener el tiempo" me ha parecido una novela sÚper original que está muy bien escrita, hasta el punto de darme la sensación de estar leyendo la biografía de alguien real, y es que es Tom quien nos va contando su vida en primera persona. Es un personaje con el que he conectado enseguida aunque también es cierto que a veces parece que solamente ha sufrido a lo largo de los siglos y te contagia un poco esa sensación, pero en general he empatizado con él y entendía su sufrimiento y esa lucha interna por querer confiar en los demás y poder contarles quién es de verdad, por desear vivir una vida normal, aunque eso implique al final la soledad.
Es una novela que se lee rápido, y que me ha parecido curiosa y muy entretenida. Repetiré con Matt Haig sin duda porque como narrador me ha encantado.
Cuanto más se vive, más se da uno cuenta de que no hay nada duradero. Todo el mundo acabará siendo un refugiado si vive lo bastante. Todo el mundo se daría cuenta de que su nacionalidad no significa gran cosa a largo plazo. Todo el mundo vería sus puntos de vista puestos en duda y rebatidos. todo el mundo se daría cuenta de que lo define a un ser humano es ser humano.Puedes leer la primeras páginas de esta novela AQUI.
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