Las chicas de Manhattan (Gill Paul)

TÍTULO: Las chicas de Manhattan
AUTOR: Gill Paul
EDITORIAL: Maeva

Sinopsis Editorial: 

Nueva York, 1921. La vida nocturna y cultural de la ciudad es más frenética que nunca y el alcohol de contrabando circula de forma clandestina a pesar de la Ley Seca. En este ambiente se cruzan los destinos de cuatro mujeres extraordinarias. 

Dorothy Parker, una mente brillante que esconde su fragilidad detrás de comentarios mordaces. Jane Grant, primera mujer reportera de The New York Times y The New Yorker. La actriz de Broadway Winifred Lenihan, en busca del papel de su vida. Y Peggy Leech, secretaria durante el día y brillante novelista por la noche.

Las cuatro comparten experiencias, se consuelan y se apoyan en los contratiempos. Pero su mayor reto será mantener a su querida amiga Dorothy a salvo de sí misma.


“Las chicas de Manhattan” es el primer libro que leo de esta autora y tengo que reconocer que me ha gustado mucho tanto la historia como su estilo narrativo.

La novela nos traslada al Nueva York de principios de los años veinte. La Ley Seca está en plena vigencia, pero ya se sabe que la escasez agudiza el ingenio y, con más o menos dificultades, el alcohol no faltará en las fiestas y eventos culturales a los que asistiremos de la mano de cuatro mujeres, de las cuales debo reconocer yo solamente conocía a Dorothy Parker, aunque apenas de oídas y no por leer sus obras.

Estas cuatro mujeres, Dororthy (Dottie), Jane Grant, Peggy Leech y Winifred Lenihan, nos van a abrir las puertas de sus vidas y nos invitarán a ser testigos de su amistad y sus circunstancias presentes y pasadas.

La novela, que está narrada en tercera persona, se divide en 48 capítulos que llevan por título el nombre de cada una de las protagonistas, siempre en este orden Jane, Dottie, Winifred y Peggy y en mi opinión es una historia que va claramente de menos a más.

Me ha gustado mucho que al no ser invitadas a formar parte del club de póker (creado solo para hombres) que se reuniría una noche a la semana en el Hotel Algonquin, lugar frecuentado con asiduidad por periodistas, artistas y escritores, ellas decidieran crear su particular Club de Bridge en sus propias casas alternándose como anfitrionas. Eso nos abrirá las puertas de sus hogares y las iremos conociendo con más detalle mientras cotillean de todo, a la vez que se ofrecen cariño, amistad y consuelo cuando hace falta en un mundo dominado claramente por los hombres y donde hacerse un hueco es complicadísimo, pero sobre todo vigilarán a Dottie pues su estado de ánimo es como una montaña rusa y no están dispuestas a perderla.

La verdad es que todas me han gustado mucho. Son cuatro mujeres muy diferentes pero eso es lo que hace que se complementen estupendamente:

Dorothy Parker reconozco que me ha sorprendido. No conocía su historia y ver que era tan caótica en lo personal, tan vulnerable, tan deseosa de ser amada y tan dependiente de su marido y amigos, me chocaba con su brillante mente y su forma de ser y de hablar tan “afilada y ácida”. Aunque en apariencia me parecía una mujer fuerte, se muestra como la más débil de las cuatro, pero ahí estarán sus amigas, cada una de ellas también con su propia lucha interna.

Jane Grant, primera reportera del New York Times, felizmente casada o al menos esa es la sensación que da a los demás. Trabajadora incansable, a la que no le importa sacrificarse en lo personal para lograr sus sueños… fundar la revista “The New Yorker”.


Peggy Leech, una mujer insegura, que no confía demasiado en sí misma, incapaz de encontrar una pareja (y poquito obsesionada con ese tema). Trabaja por las mañanas como asistente en una revista, pero por las noches escribe sin mucha confianza en que la acaben publicando.

Winifred Lenihan, una joven y bellísima actriz, que representa a las mujeres que debían soportar insinuaciones, cuando no directamente manoseos descarados (y cosas peores), si querían tener una oportunidad laboral. 

También ha habido un personaje que me ha parecido odioso directamente y que no entiendo cómo podían considerar “amigo” porque con amigos así, quién quiere enemigos. Me refiero al crítico teatral Alexander (Alec) Wookcott. No sé cómo era en realidad, pero por lo poco que he leído creo que la autora no hace un mal retrato de él.

Siempre digo que me gustan los libros que despiertan mi curiosidad y me hacen buscar información adicional en internet y este ha sido uno de ellos, además ponerle cara a las protagonistas y a algunos de los personajes que las rodean, me he dado un paseo por el “Gonk” y por las calles de Nueva York lo que ha hecho que me sintiera más conectada con la novela. Gill Paul consigue que uno retroceda en el tiempo y se sienta parte de la historia.

Me ha gustado esta novela, no solo porque las cuatro protagonistas finalmente consiguen grandes cosas en su vida, sino por cómo nos lo cuenta la autora. Me ha resultado una lectura sencilla, que fluye muy bien y que refleja fielmente una época tocando diferentes temas, ese machismo instaurado en todo y del que todavía queda mucho presente en nuestro día a día, el alcoholismo, el juego, las agresiones sexuales, el suicidio… y también es muy interesante el Epílogo histórico que aparece tras los agradecimientos, donde la autora nos da más detalles sobre cómo construyó esta historia.

En definitiva, he disfrutado esta lectura y repetiría con la autora sin dudarlo.

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