Sinopsis Editorial:
Un hombre inocente fue condenado por asesinato hace veintidós años. Su abogado no parará hasta verle libre. Pero quienes le encerraron ya mataron una vez. Y están preparados para volver a hacerlo.
En la pequeña ciudad de Seabrook, Florida, un prometedor abogado llamado Keith Russo fue asesinado a tiros una noche mientras trabajaba hasta tarde en su despacho. El culpable no dejó pistas. No hubo testigos, nadie tenía un motivo. Pero la policía pronto sospechó de Quincy Miller, un joven negro que había sido cliente de Russo.
Miller fue juzgado y condenado a cadena perpetua. Durante veintidós años languideció en prisión, manteniendo su inocencia sin que nadie lo escuchara. Desesperado, escribe una carta al Ministerio de los Guardianes, una pequeña organización sin ánimo de lucro liderada por el abogado y sacerdote episcopaliano Cullen Post. Post viaja por el país luchando contra sentencias injustas y defendiendo a clientes olvidados por el sistema. Sin embargo, en el caso de Quincy Miller encuentra obstáculos inesperados. Los asesinos de Keith Russo son personas poderosas y despiadadas, y no quieren que Miller sea exonerado. Mataron a un abogado hace veintidós años, y matarían a otro sin pensarlo dos veces.
Cuando desde Babelio contactaron conmigo para preguntarme si me apetecía leer la última novela de John Grisham, la verdad es que automáticamente contesté que sí. Solo tocaba esperar a ver si había seleccionada para la lectura y ¡bingo!, la suerte me acompañó, así que aquí os cuento lo que me ha parecido esta lectura.
Primero os diré que he sido una asidua lectora de Grisham durante años, luego, sin saber muy bien por qué, fui dejando de leer sus novelas y si no estoy equivocada lo último que leí de este autor, fue "La herencia" hace uno 5 ó 6 años, que por cierto me gustó mucho. El caso es que he seguido comprando algunos de sus libros y ahí siguen, esperando que los lea, pero bueno, vamos a lo que vamos.
"Los guardianes" ha sido un libro que me ha gustado y me ha parecido super interesante. No ha sido una lectura de esas que hacen que te comas las uñas con la intriga, pero sí ha logrado mantener mi interés hasta la última página.
En esta historia conoceremos el Ministerio de los Guardianes, una pequeña organización sin ánimo de lucro (a veces tieen que agudizar el ingenio para conseguir dinero) que se dedica a revisar casos de personas que permanecen en prisión acusadas de delitos, la mayoría gravísimos, que no han cometido. Este Ministerio está compuesto por su fundadora, Vicki Gourley, Mazy Ruffin, abogada, madre de familia, cerebrito del grupo y la única con una nómina fija a fin de mes, Frankie Tatum, primer inocente que consiguieron sacar de prisión y que finalmente se unió a ellos para poder ayudar a otras personas en sus mismas circunstancias y por último Cullen Post, narrador de esta historia, abogado y predicador episcopaliano, que trabaja como voluntario y se pasa el noventa por ciento de su tiempo en carretera de una cárcel a otra, entrevistándose con los presos y con todas las personas relacionadas con sus casos, aunque no siempre lo consigue.
John Grisham. Fotografía de /www.post-gazette.com |
El caso de Miller, acusado de asesinar al abogado que llevó su divorcio, nos llevará a conocer con detalle los hechos por los que él acabó en prisión, los testimonios de los testigos en el estrado durante el juicio que no dejaron lugar a dudas de su culpabilidad y las declaraciones de los expertos que ¿analizaron? las pruebas contra el acusado que finalmente acabaron con una sentencia a cadena perpetua.
En el Ministerio no dudan de la inocencia de Quincy pero demostrar este tipo de errores judiciales es un trabajo que lleva muchísimo tiempo, a veces años y sobre todo mucho dinero, pero una vez que aceptan los casos se entregan a fondo. Me ha parecido increíble, la paciencia que requiere un trabajo como este, bueno, no solo la paciencia sino también el tacto que tienen que tener para acercarse a algunas de las personas que saben con seguridad que testificaron en falso en el juicio porque después de veinte años, la mayoría ya no son los mismos y en muchas ocasiones las personas con las que han formado sus familias desconocen los hechos. A veces, es simplemente la vergüenza y el remordimiento que sienten lo que les impide hablar y en otras ocasiones, ni siquiera aceptan encontrarse con Post.
La novela nos cuenta con todo detalle el trabajo del Ministerio y a mí me ha gustado muchísimo. Hay que pensar que es un trabajo que en muchas ocasiones resulta peligroso. Por lógica si un inocente está en prisión es porque el culpable sigue viviendo de rositas por ahí y aunque dependiendo del tiempo que haya pasado, algunos de los implicados pueden estar ya muertos, en otras ocasiones no es así y a los culpables no les suele interesar que se remuevan las cosas.
Otra cosa de la que deben estar seguros en el Ministerio es que en caso de lograr la libertad de sus "clientes" estos no se vengarán de ningún modo de las personas que estuvieron implicadas en su encierro. Esto es sumamente importante para ellos y no siempre es fácil convencer a un acusado/inocente de ello.
"Los guardianes" no se va a convertir en mi novela favorita de este autor, pero he disfrutado mucho su lectura que además está basada, como explica el autor al final, en un par de casos reales. Pensar en cumplir una condena de por vida, cuando no estar sentenciado a morir por un crimen que no se ha cometido es terrible y creo que Grisham consigue que nos pongamos en la piel de Miller, que nos avergoncemos de la tranquilidad e impunidad con la que algunos testigos mentían en el estrado sin pensar ni un segundo en las terribles consecuencias de todo ello.
A pesar de tratarse de una novela judicial es de ágil lectura y muy comprensible en todos los aspectos. Está escrita de un modo bastante ágil y en ningún momento se hacen pesadas las explicaciones que los personajes nos van ofreciendo.
Creo que si te gusta el autor, disfrutarás de su lectura tanto como yo y si no, pues tampoco es una mala novela para adentrarte en las historias de Grisham.
Este oficio puede ser un tanto turbio. Nos vemos obligados a tratar con testigos que han mentido, policías que han colocado pruebas, peritos que han engañado a los miembros del jurado y fiscales que han sobornado a testigos para que cometan perjurio. Nosotros, los buenos de la película, a menudo nos encontramos con que ensuciarnos las manos es la única forma de salvar a nuestros clientes.
Puedes empezar a leer "Los guardianes" AQUÍ
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