Con esto y un bizcocho (Amara Castro Cid)

TÍTULO: Con esto y un bizcocho 
AUTOR: Amara Castro Cid
EDITORIAL: Maeva

Sinopsis Editorial: 

«Con esto y un bizcocho, hasta mañana a las ocho» es la frase que pronuncia el doctor Morales, el psicólogo al que acude Mariana Nogueira para combatir los fantasmas del pasado. 

A pesar de llevar una vida independiente y vivir en Madrid, la joven abogada acaba de regresar a casa de su familia tras sufrir un accidente de coche que le ha dejado graves secuelas en una pierna. Pero mucho peor que las heridas físicas son las psicológicas, pues el joven que conducía el coche ha fallecido y ella se siente muy culpable.

Así comienza un largo camino de recuperación en el que la acompañan su padre, sus tres hermanos, sus amigas y la cariñosa Cecilia, la mujer que la ha cuidado desde pequeña. Cuando una llamada inesperada aflora sentimientos del pasado, Mariana empieza finalmente a ver la luz al final del túnel y a recuperar las ganas de vivir.

Tenía pendiente hace mucho tiempo la lectura de la primera novela de Amara Castro y por fin llegó su momento, y aunque me gustó más “El tiempo suficiente” tengo que reconocer que este libro también me ha gustado.

La novela narra la historia de Mariana, que tras un accidente de coche, donde muere su amigo Samuel, vuelve a su casa en Vigo para recuperarse de sus lesiones, rodeada de su familia y amigos. El problema es que esta muerte trae a Mariana el recuerdo de otra por la que se siente culpable, la de Lázaro, un amigo que acabó suicidándose.

Poco a poco conoceremos a la familia de Mariana, a su padre Sergio, viudo de Olga, a la que siempre tienen presente, a sus hermanos mayores, Enrique, Pilar y Francisco y a sus amigas más íntimas. Entre todos y la ayuda de un psicólogo que tras cada fin de sesión se despide de ella con un “Con esto y un bizcocho…” intentarán que Mariana se recupere, mientras paseamos por las calles más conocidas de Vigo.

Amara Castro
Foto www.maeva.es
La novela es como un cuento en el que sabes que todo acabará más que bien, donde el dolor y la tristeza que pesa tanto al principio va abriendo poco a poco espacio a la luz. Una historia de prosa sencilla y ágil, que nos habla de lo importante que es apoyarse en la familia en momentos complicados sin olvidar a quienes ya no están, que nos habla del duelo, de la culpa, de dejar atrás el pasado, de soltar lo que nos hace daño para poder permitirnos seguir adelante y ser felices y también de saber perdonar.

Quizás no todas las familias sean tan “guais” como la de este libro (ojalá todas fueran así) y quizás resulten todos demasiado perfectos, hasta el perro o la cocinera, pero ¡qué caray! es una novela y a veces me encanta que las historias acaben tan estupendamente como esta y para esta época es una lectura que pega fenomenal.

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