TÍTULO: La salvación de una santa
AUTOR: Keigo Higashino
EDITORIAL: Ediciones B
Sinopsis Editorial:
Un asesinato que parece imposible, tan meticuloso como terrible, cometido por unos motivos aún más estremecedores. La víctima, Yoshitaka Mashiba, un rico empresario de Tokio, muere un domingo cuando está solo en su casa. Ha sido asesinado con una taza de café envenenado. Estaba a punto de abandonar a su esposa, Ayane Mashiba, que se convierte en la principal sospechosa. Pero Ayane tiene una férrea e irrefutable coartada: cuando su esposo murió ella estaba a más de cien kilómetros de distancia.
¿Cómo llegó, pues, el veneno a la taza de café?
El profesor Yukawa deberá utilizar todo su talento para ordenar las pistas y encontrar la verdad, a través de una atmósfera cautivadora, claustrofóbica y a la vez extremadamente pulcra y ordenada, que nos sumerge en un «crimen doméstico» donde los elementos de la cultura japonesa emergen en su vertiente más fría, calculadora y pura.
Este libro, que llevaba cuatro años en mis estanterías, me ha servido para el #Reto20Pecera durante el mes septiembre, dentro de la
Categoría “Un libro ambientado en Japón, anfitrión de los JJOO en 2020”, algo que finalmente no ha ocurrido, pero… ¿quién se lo podía imaginar? En fin, elegí esta lectura además, porque yo ya había leído previamente “La devoción del sospecho X” hace un tiempo y me había gustado, pero en esta ocasión no he disfrutado igualmente de la lectura. Ha sido un libro que se me ha hecho largo y algo lento.
Una vez que lo comienzas, no es que pase mucho tiempo para que el lector descubra quién será la víctima, quién el verdugo y cual será el método que se utilizará para su asesinato, tan solo diez páginas.
Tampoco es que haya muchos personajes de los que sospechar, pero será la policía quien tendrá que averiguar cuál de las personas, en principio, más sospechas, es la culpable. El caso lo llevarán la detective Kaoru Utsumi, que sospecha de Ayane Mashiba, la viuda de la víctima (aunque se encontraba a más de 100 km, de distancia el día de la muerte de su marido) y el detective Kusanagi, que parece más inclinado a sospechar de Hiromi Wakayama, una amiga de la pareja.
Parece que la víctima, el señor Mashiba, estaba solo cuando murió y todo hace pensar que ha muerto envenenado tras beber una taza de café. Parece que no hay mucho de dónde tirar y aquí es donde entra en escena el profesor Yukawa, que por lo visto ya aparecía en la otra novela que había leído, pero que yo no recordaba para nada. En todo caso entre todos intentarán descubrir lo que realmente ocurrió, pero a mí todo el proceso se me ha hecho largo y repetitivo. Tenía la sensación de tener entre mis manos mucho libro para tan poco “caso”. Sí me ha gustado la forma de pensar de la detective Utsumi y en general el retrato de los pocos personajes que aparecen en el libro, pienso que su forma de actuar, tanto por parte de la policía como por los personajes que no lo son, refleja muy bien el carácter nipón. También debo decir que está bien escrito, pero en general, a mí me ha dejado bastante indiferente, me ha faltado ritmo, más intriga, lo he encontrado algo plano y sinceramente estaba deseando terminarlo.
No creo que repita con este autor, la verdad. Puedes leer un fragmento de "La salvación de una santa"
AQUÍ
TÍTULO: A veces estoy contenta, pero tengo ganas de llorarAUTOR: Jens Christian Grøndahl
EDITORIAL: Tusquets
Sinopsis Editorial:
Una novela breve pero llena de una enérgica serenidad, encarnada en una mujer, que habla del perdón, del amor y de la relación con quienes nos rodean.
Cuando Ellinor, a los casi setenta años, vuelve a quedarse viuda, decide que ha llegado el momento de ajustar cuentas. Al menos con Anna, la que fuera su mejor amiga, y con cuyo marido Ellinor se casó. Y quizá, también, ha llegado el momento de volver la vista atrás y reconsiderar algunas decisiones que tomó en el pasado. Lo hará en una larga carta dirigida a esa gran ausente, Anna. Desde el presente —sus hijastros, las mujeres de éstos y los nietos; el cambio de casa, que no es sino un regreso a sus orígenes, a barrios más humildes—, Ellinor va remontándose hasta su propia infancia y hasta su madre, quien vivió una hermosa pero arriesgada historia de amor que la marcó, a Ellinor y a su madre, hasta límites insospechados.
Esta es una novela que te lees sin darte cuenta. Apenas tienen 150 páginas y viene genial para intercalar entre lecturas más espesas y complejas.
“Ahora tu marido también está muerto, Anna. Tu marido, nuestro marido. Me habría gustado que yaciera junto a ti, pero tienes vecinos, un abogado y una señora que enterraron hace un par de años. El abogado llevaba tiempo allí cuando llegaste tú. Encontré una tumba libre para Georg en la calle siguiente; desde tu tumba se ve la parte trasera de su lápida".
Así comienza esta novela, con Ellinor, que acaba de quedarse viuda de Georg, escribiendo una íntima y personal carta a Anna, la primera mujer que tuvo su marido, también amiga de ella y que murió inesperadamente hace ya más de cuarenta años, dejando a su marido el cuidado de sus dos hijos pequeños. Poco tiempo después Ellinor y Georg se casaron y ahora que se ha quedado viuda decide, en una intimista carta, hacer un repaso de su vida, esa que Anna no llegó a vivir ni pudo disfrutar.
La historia que nos cuenta Ellinor me ha parecido tan personal y privada, que en lugar de sentirme en el lugar de Anna como destinataria de la carta, me sentía como una especie de fisgona cotilla escuchando algo que no era para mí. Aunque la protagonista de la novela dirige su relato hacia alguien que ya no está, no resulta por ello ser una novela triste, es simplemente un paseo por la vida de Ellinor, que nos habla de su infancia, de la relación que tuvo con su propia madre, la que tuvo con su primer marido, recuerda cómo llegó a conocer a Anna y Georg y como acabó finalmente convirtiéndose en la "madre" de unos niños que no eran suyos. La novela también aprovecha para hablar de temas cotidianos como la familia, la educación de los hijos, el aborto, la infidelidad, la amistad... Es una novela en la que parece que no pasa gran cosa y sin embargo pasa toda una vida, la de Ellinor, sus pensamientos, sentimientos, sensaciones...
La verdad es que me ha gustado bastante, sin llegar a ser una de mis lecturas favoritas de este año. Creo que está escrito con elegancia, que es una lectura agradable y la protagonista me ha parecido un interesante personaje.
Puedes leer un fragmento de "A veces estoy contenta, pero tengo ganas de llorar"
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