Malena es un nombre de tango (Almudena Grandes)/Los parques de atracciones también cierran (Ángeles Caballero)

TÍTULO: Malena es un nombre de tango
AUTOR: Almudena Grandes
EDITORIAL: Tusquets

Sinopsis Editorial: 

Malena tiene doce años cuando recibe, sin razón, y sin derecho alguno, de manos de su abuelo el último tesoro que conserva la familia : una esmeralda antigua, sin tallar, de la que ella nunca podrá hablar porque algún día le salvará la vida. A partir de entonces, esa niña desorientada y perpleja, que reza en silencio para volverse niño porque presiente que jamás conseguirá parecerse a su hermana melliza, Reina, la mujer perfecta, empieza a sospechar que no es la primera Fernández de Alcántara incapaz de encontrar el lugar adecuado en el mundo. Se propone entonces desenmarañar el laberinto de secretos que late bajo la apacible piel de su familia, una ejemplar familia burguesa madrileña. A la sombra de una vieja maldición, Malena aprende a mirarse, como en un espejo, en la memoria de quienes se creyeron malditos antes que ella y descubre, mientras alcanza la madurez, un reflejo de sus miedos y de su amor en la sucesión de mujeres imperfectas que la han precedido.

Había disfrutado tanto con la relectura de “El corazón helado” de Almudena Grandes que me lancé sin dudar a releer “Malena es un nombre de tango”. Las dos son mis novelas favoritas de la autora y siguen siéndolo, pero si la relectura de “El corazón helado” me gustó tanto o más que la primera vez, con Malena no me ha pasado lo mismo.

Esta fue mi primera lectura de la autora y de eso hace casi 30 años. No es lo mismo leer una novela con 23 que con 53, ni tampoco es el mismo el bagaje lector. Además para mí conocer a Almudena Grandes en aquel momento fue una maravilla. Yo era una lectora de libros más, vamos a decir “asequibles”, más sencillos, mucho menos literarios y me abrió un mundo nuevo en lo que a la literatura se refiere. A estas alturas he leído casi toda la bibliografía de la autora y aunque no todos los libros me han gustado, siempre he reconocido su talento literario, su genialidad a la hora de construir personajes, ese maravilloso vocabulario que maneja y todo esto está en esta novela, por eso hubiera deseado que Malena me gustara tanto como la primera vez.

Aunque no ha sido así, sigo pensando que es una gran novela. El personaje de Malena, y en realidad casi la totalidad de los que pivotan a su alrededor, están llenos de tantos matices que se sienten totalmente reales y puedo entender que a muchos lectores les parezca excesiva tanta descripción y que sientan que no aporta nada, pero, en general, a mí, es algo que me gusta de Almudena. Entender a Malena no siempre es fácil, pero supongo que es lo mismo que nos ocurre en el día a día con la gente que nos rodea. Siento que la primera vez que lo leí me atrapó de forma que aprovechaba cada momento que podía para leer y en esta segunda lectura ha habido momentos en los que estaba totalmente sumergida en la historia y otros en que me pasaba lo contrario. Digamos que ha sido una relectura con altibajos, aun así ha sido un placer leer este año cuatro novelas de la autora y lo mejor es que todavía me queda alguna pendiente.

TÍTULO: Los parques de atracciones también cierran
AUTOR: Ángeles Caballero
EDITORIAL: Arpa Editorial

Sinopsis Editorial: 

Esta es la historia de una familia normal en la España de los ochenta. Que no escucha a Joan Manuel Serrat ni a Luis Eduardo Aute, que tiene más revistas de corazón que libros en las baldas y que no vota a Felipe González. Que admira a Manuel Fraga y a Rocío Jurado. Que ríe a carcajadas con Lina Morgan y corea a Raphael en los conciertos.

Es la historia de la menor de la familia, una niña que, acostumbrada a ver siempre los toros desde la barrera, tendrá que digerir de adulta la hecatombe de los suyos. Es entonces cuando accede a toda la información que le había sido vetada por ser la más pequeña y se da cuenta de que el mundo se divide entre los que cuidan y los que son cuidados.

Los parques de atracciones también cierran es un relato en primera persona sobre el miedo, la vejez y la enfermedad, sobre cómo entregarse es gastarse. Sobre la enorme responsabilidad que implica convertirte en tutor legal de los que fueron tus padres y la cruda experiencia de perderlos.

¡Cómo me ha gustado este libro! Es inevitable leerlo y no pensar en nuestras propias familias, en nuestros propios padres y en el momento vital en que nos encontramos.

En este libro su autora nos habla sobre la vejez, sobre cómo pasó de ser la hija a ser la madre de sus padres velando por ellos continuamente y haciendo malabares con su propia familia y su trabajo.

No es una situación fácil, muchos ya habréis pasado por ella y como la autora, habréis tenido que tomar decisiones difíciles que habrán gustado o no, decisiones que a veces te hacen sentir culpable, pero todo está escrito con infinito amor y respeto. Es de esos libros que llegan al corazón y emocionan por lo que lees y por lo que posiblemente en algún momento vivirás.

Me ha parecido una lectura preciosa, entrañable, íntima, porque reconoces en los padres de la autora a esa generación de padres que sin estudios supo salir adelante, labrarse un futuro y dar a sus hijos lo que ellos no tuvieron. Yo soy una hija de unos padres parecidos a estos. Me ha hecho reír recordando cosas que he vivido en una época que parece a años luz de esta y también me ha arrancado más de una lágrima por lo mismo.

Me ha encantado.


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