AUTOR: Maria Nikolai
Evidentemente, dos mujeres como son Judith y su hija Viktoria lucharán por sostener y mantener un legado que con tanto trabajo han construido, pero quizás también sea hora de abrirse a otros horizontes y aquí entra en juego Andrew Miller, un americano, nieto de otro fabricante de dulces que en su momento hizo negocios con Victor y que quizás pueda ser la solución a sus problemas, pero aunque Andrew parece un hombre noble y honrado, su empresa, SweetCandy, tampoco parece estar en su mejor momento, así que antes de tomar arriesgadas decisiones, quizás sea mejor analizar la situación desde Nueva York y quién mejor para hacerlo que Viktoria.
La tercera novela protagonizada por la familia Rothmann pone fin a la saga de La mansión de los chocolates, y transcurre entre Stuttgart, Berlín y Nueva York mientras el mundo vive tiempos inciertos.
En junio de 1936, Viktoria debe abandonar su formación en Francia y regresar a Stuttgart para asistir al funeral de su padre, Victor, que ha fallecido de forma repentina. Los tiempos son inciertos y el régimen nazi quiere apartar a Judith Rothmann, madre de Viktoria, de la dirección de la fábrica de chocolate, pero ella está decidida a proteger la empresa.
Mientras la familia aúna fuerzas para luchar con todos los medios a su alcance, Andrew Miller, un apuesto norteamericano, llega a Stuttgart. Este fabricante de golosinas no solo perturba la vida emocional de Viktoria, sino que también ofrece a los Rothmann una solución a sus problemas. Pero ¿es en realidad quien dice ser? Cuando los acontecimientos se precipitan, sale a la luz un secreto familiar largamente guardado
Tras "La mansión de los chocolates" y "Los años dorados", llega "Los años inciertos", la novela que cierra la trilogía más dulce y olorosa que he tenido el gusto de leer y aunque confieso que iba con un poquito de "miedo" porque el segundo libro no me había gustado tanto como el primero, tengo que reconocer que me ha encantado el final de esta historia. Son novelas que, además, han tenido el acierto de llegar siempre en épocas de frío, así que en las tres ocasiones las he leído acompañada de un buen chocolate a la taza y en este caso además, con el calorcito de la chimenea a pleno rendimiento.
Como siempre, me gusta avisar de que al ser un libro perteneciente a una trilogía, es probable que en la reseña encuentres algún spoiler a las novelas anteriores, por lo que si te apetece leer la serie te invito a visitar (de momento), la reseña del primer libro "AQUÍ"
La novela nos sitúa en 1936, y la primera sorpresa que nos llevamos nada más comenzar la lectura es que Víctor Rheinberger ha muerto y ahora la fábrica de chocolates está bajo la dirección de su viuda Judith. Para ayudar a su madre a dirigirla, Viktoria abandona su formación en la Chocolatería Bonnat en Voiron, Francia y regresa a Stuttgart, sin embargo los tiempos son inciertos, la ideología nazi está en alza y el ambiente es cada vez más opresivo sobre todo para los judíos, y ni siquiera la propia fábrica parece estar a salvo ya que el nuevo régimen nazi empieza a crear grandes dificultades a Judith y es que en tiempos del Führer pensar que una empresa pueda estar dirigida por una mujer, es algo inadmisible que no piensan tolerar.
Se trata del orden natural, que determina que a una mujer decente no le corresponde otra cosa que proporcionar a su marido un buen hogar, engendrar niños para el Führer y educarlos en la mentalidad apropiada.
Maria Nikolai Fotografía web autora |
"Los años inciertos" ha sido una novela que he leído sin darme cuenta. Creo que mucho ha tenido que ver en ello el momento histórico en el que se sitúa la historia, que literariamente me gusta bastante y sobre todo que al conocer ya a la mayoría de los personajes te sientes como en casa y entre "amigos".
Viktoria es un personaje que me ha encantado y me ha recordado mucho a su madre, a la Judith del primer libro, una mujer con las ideas claras, y mil planes bullendo en su cabeza, pero esta vez sin tener al lado, como le ocurrió a Judith, un padre que no aprobaba su iniciativa, y sí con una madre que confía en ella y la apoya en todas sus decisiones, muy sensatas, por cierto. Y Andrew también es un personaje que me ha gustado mucho. Es un hombre íntegro, de gran corazón para quien la familia también es importante y que tendrá mucho peso en esta historia.
También me ha gustado encontrar en esta novela a Martin, el hijo mayor de Judith, tan desaparecido en el segundo libro y por supuesto a los hermanos gemelos de Judith, Karl y Anton, ambos con sus respectivas familias. Se nota que a pesar de no vivir ya todos juntos siguen siendo una familia unida en la que todo se habla y en la que todos aportan y deciden y que la mansión familiar sigue siendo ese refugio para todos ellos
Otra cosa que me gusta de esta autora es que siempre "salpica" sus novelas con datos históricos y personajes reales que enriquecen la lectura y la ambientación de la narración, por poner un par de ejemplos, en Alemania nos encontramos en plena época del nacionalsocialismo y justo en el año en que en Alemania se celebran los Juegos Olímpicos y el veloz Jesse Owens gana cuatro medallas de oro delante de los bigotes del Fürher. Y en el Nueva York de los años treinta, nos encontraremos con Eleanor Jarrett, casada en ese momento con Art Jarrett, un conocido músico y director de banda. Eleanor era una nadadora americana que fue suspendida justo antes de los Juegos Olímpicos alemanes pero que viajó a Berlín como reportera y llegó a reunirse con el mismísimo Hitler y que luego, y esto ya es pura ficción, será muy importante para Viktoria.
La verdad es que este ha sido un libro que me ha gustado mucho, muy ágil y fácil de leer, es cierto que hay subtramas que son previsibles y que se ven venir, pero bueno, esto no es un thriller en el que eso te pueda restar interés, además es una lectura muy visual y al igual que los dos libros anteriores muy, pero que muy aromático. No es que yo sea muy fanática de los dulces, pero desde luego (aunque me las he imaginado perfectamente) no me hubiera importado ver de verdad cada una de las dulces creaciones que la cabeza de Viktoria hacía realidad y hasta las hubiera probado, incluso ese chocolate con aroma a lavanda.
Una trilogía ideal para regalar en Navidad ahora que ya está completita.
Ohh ya la portada es 😍😍😍 fabulosa reseña
ResponderEliminarA mi madre le han encantado los dos primeros, así que este se lo van a traer los Reyes, ¡je, je! He pasado de puntillas por tu reseña porque puede que yo también me anime con la trilogía, pero qué gusto encontrar unos libros que te hacen disfrutar tanto, que te los "bebes" sin darte cuenta.
ResponderEliminarOtra novela de una autora alemana que ha publicado Maeva hace poco y tiene muy buena pinta es "Luces y sombras en Berlín", de Anne Stern. Si la lees ya nos contarás.
¡Besos·