El hombre que nunca le haría daño a nadie (Roger Rubio)

TÍTULO: El hombre que nunca le haría daño a nadie
AUTOR: Roger Rubio
EDITORIAL: Ediciones B

Sinopsis Editorial:

El hallazgo del cadáver de una prostituta en un céntrico piso de Barcelona es el arranque de una extraña cadena de asesinatos. Un hombre se ha entregado a la policía autoinculpándose de este y otros crímenes, pero las cosas no están tan claras: el presunto asesino, adicto a la novela negra, se entretiene imaginando crímenes perfectos y estudiando hasta los más mínimos detalles, pero lo hace como puro entretenimiento y sin la menor intención de llevar sus planes a la práctica. Lo sorprendente es que sus «víctimas», esas cuyos crímenes imagina, han empezado a aparecer efectivamente muertas del modo exacto que él había previsto...

La semana pasada llegó a casa "El hombre que nunca le haría daño a nadie". Su sinopsis me llamó la atención y aunque no conocía de nada a Roger Rubio, confieso que una de las cosas que me animó a leerlo fue saber que su autor tiene una larga carrera escribiendo para algunos programas de televisión, que sé que será justo lo que a otros les eche para atrás, pero después de haber leído novelas de otros autores que también tienen experiencias en guiones televisivos como Agustín Martínez, o Santiago Díaz Cortés y de haber disfrutado tanto con sus historias ni lo dudé. Sabía que como mínimo iba a encontrarme con una historia muy visual y seguramente con bastante ritmo, que es algo que me encanta. Aunque me pilló en medio de otra lectura, decidí ojear las primeras páginas y cuando me dí cuenta ya me había merendado medio libro. También tengo que decir que no es muy extenso, la verdad, así que ha sido una lectura muy rápida y que he disfrutado mucho.

Como indica la sinopsis, en esta historia hay un hombre (ese que nunca le haría daño a nadie) que disfruta planeando hasta el más mínimo detalle la muerte de algunas de las personas de su entorno. Es un aficionado a las novelas negras y juega a imaginar el crimen perfecto, pero eso sí, sin llegar a cometerlo jamás.

... ojeó ejemplares de más de cincuenta libros, los sacó de sus estantes y los cargó encima recordando su ubicación original para poder devolverlos a su sitio en caso de encontrar una opción mejor. Mankel, Simenon, Hammett, Hill, Camilleri, Läckberg, Katzenbach, Ware, Miloszewski... Suficiente información sobre procesos criminales como para que le convaliden a uno la carrera de Criminalística, pensó. Al fin, tras los inevitables descartes fueron ciento ochenta y siete euros con ochenta céntimos...

Para cada una de sus potenciales víctimas abre un cuadernito negro en el que va a anotando hasta el más mínimo detalle de su vida, horarios, costumbres... e imagina la forma de matarlas, pero solo eso, lo imagina, así que cuando una de sus víctimas muere de verdad (el subdirector de un banco), no puede con la culpa y confiesa ser el autor del crimen. Para él una cosa es fantasear con la muerte de alguien y otra muy diferente es tener la sangre fría para llevarlo a cabo, así que aunque llega a la comisaría contando su historia, poco menos que lo tachan de "pobre loco" y lo mandan de vuelta a su casa, hasta que los cadáveres empiezan a amontonarse.

El primer cadáver que aparece en escena, sin embargo, no es el del subdirector del Banco, sino el de Brenda una prostituta, que nos servirá para situarnos en el tiempo, ya que los capítulos llevan un pequeño título que nos sitúa unas horas o días, antes o después de la muerte de Brenda.

Roger Rubio
Sobre el argumento ya no os cuento más. Solo os diré que atrapa y que poco a poco te vas formando una idea en la cabeza en la que tienes muy claro qué puede estar pasando, hasta que de repente... deja de estar tan claro. Me han gustado mucho los giros y las sorpresas que esconde esta historia y también la pareja protagonista, que son los encargados de llevar a cabo la investigación y que a medida que esta avanza, van a ir respetándose y entendiéndose mejor.

Por un lado tenemos al Inspector Domingo Campos, divorciado y padre de un adolescente. Lleva demasiado tiempo haciendo un trabajo que ya no le llena y tiene la curiosa capacidad de abstraerse durante unos breves minutos a lo largo del día y en diferentes situaciones e imaginarse haciendo otro tipo de trabajo que nada tiene que ver con el suyo (locutor de radio, taxista, pianista, profesor, médico...)


Por otro lado está la Subinspectora Begoña Ortiz, que en un principio creyó que sería la encargada de llevar el caso hasta verse relegada tras la llegada de Campos. Es tenaz y trabajadora, con fama entre sus compañeros (hombres, claro) de ser ambiciosa y adicta al trabajo y no resulta especialmente simpática. Me ha gustado mucho este párrafo que refleja realmente la situación real de cómo son las cosas todavía hoy en muchos trabajos en lo que a las mujeres se refiere.

Ortiz tenía fama de ser ambiciosa y adicta al trabajo. Pero Campos sabía perfectamente que en un mundo de machos como había sido siempre el de la policía, a los hombres que se tomaban en serio su trabajo se les llamaba "comprometidos" y a las mujeres "ambiciosas"; si un hombre le echaba más horas de la cuenta, se le tildaba de "trabajador incansable" y a un mujer de "adicta al trabajo". Pequeñas perversiones del lenguaje con las que pequeños machimos que aún sobrevivían se las ingeniaban para salir a flote sin ser demasiado evidentes.

Otra de las cosas más interesantes de la novela es el escenario de toda la trama y es que el autor nos lleva de paseo por las calles de Barcelona continuamente. Me puedo imaginar a cualquier lector que conozca bien la ciudad disfrutando mucho al reconocer todos los escenarios.

Sinceramente, la novela se devora. Además de tener un ritmo que no baja en ningún momento, te va dando pistas que te hacen pensar que ya está todo el pescado vendido desde la mitad del libro, para acabar sorprendiendo al lector con un final que me ha encantado. Es una historia que va al grano, no pierde el tiempo en descripciones que no van a aportar nada a la historia y que creo puede tener mucho que ver con la experiencia del autor a la hora de trabajar en televisión. Desde luego ha sabido crear una historia muy ágil y visual con la que he disfrutado desde la página uno.

No sé si es el principio de una serie o no, pero no me importaría volver a encontrarme con Campos y Ortiz en un nuevo caso, aunque siendo sincera, empiezo a preferir los libros autoconclusivos, la verdad.

Puedes leer las primeras páginas de esta novela AQUÍ

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