AUTOR: Natasha Solomons
Sinopsis Editorial:
EDITORIAL: Alianza editorial
Sinopsis Editorial:
En la primavera de 1938, Viena ha dejado de ser un lugar apacible tras la llegada al poder de los nazis. Hija de familia acomodada, Elise Landau consigue salir de Austria, pero sólo por medio de un anuncio de trabajo: en la mansión isabelina de Tyneford, en la lejana y antipática Inglaterra. Hija de familia acomodada, mimada desde su infancia, Elise, quien siempre tuvo servicio en casa, tendrá que trabajar de camarera. Sobre el mundo se ciernen nubes oscuras y en Tyneford se enfrentará a los celos y las envidias, a las humillaciones clasistas. Pero también descubrirá el amor.
Lo bueno de los retos literarios es que para muchas de sus premisas sirven libros que llevan en la estantería mucho tiempo. Este es el caso de "La viola de Tyneford house", que llevaba conmigo más de siete años y que elegí para el el #Reto20Pecera en la categoría "Un libro con más de veinte letras".
Recuerdo perfectamente cuando llegó a casa esta novela y también por qué. En aquel momento algunos de los blogs que seguía (y todavía sigo) lo recomendaban bastante, así que me animé a comprarlo y ¿para qué?, para que adornara mis estanterías hasta este final de 2020. En fin...
La verdad es que ha sido un libro que no me va a dejar huella. Esperaba una historia mucho más emocionante y quizás empatizar algo más con los personajes, sobre todo con Elise, su protagonista. De todas formas debo decir que ha sido una agradable lectura, pero pronto la olvidaré por completo.
La historia nos cuenta cómo Elise Landau, judía y austríaca de nacimiento, hija de un conocido escritor y una cantante de ópera, debe dejar Viena ante el preocupante cariz que está tomando la situación debido al auge del nazismo. Su hermana mayor y el marido de esta pronto se marcharán a Estados Unidos y en cuanto los padres de Elise tengan sus visados al día también. El plan es que una vez se establezcan en Estados Unidos, puedan reclamar la vuelta de su hija pequeña, pero antes quieren ponerla a salvo y de momento debe partir hacia Inglaterra donde dejará de ser la niña mimada y consentida que era en Austria para convertirse en doncella en la mansión de Tyneford, donde viven el Sr. Rivers y su hijo Kit.
El choque que sufre Elise con ese cambio de vida tan radical es tremendo, y comienza en cuanto llega a Inglaterra con lo poco que se ha llevado de su casa y una viola donde su padre ha metido algo que ella debe guardar. En Inglaterra se da cuenta de que muchas chicas de buena posición también han optado por la misma vía para escapar de un país donde más pronto que tarde las cosas se iban a complicar mucho. El problema es que ni encaja entre los miembros del servicio de la mansión ni entre la clase alta y encontrar su sitio le costará un poco. Pasar de que te sirvan a ti a ser tú quien debe servir a otros no será fácil.
Natasha Solomons Fotografía de www.dailymail.co.uk |
En cuanto a los personajes, ninguno me ha parecido demasiado especial. Elise al principio no me gustaba demasiado hasta que vas viendo poco a poco su evolución y como se va ganando a todo el mundo. El Sr. Rivers sí me pareció un hombre interesante y bondadoso, aunque algo solitario y su hijo Kit es un poco la luz de Tyneford, cuando está él todo es diferente. Creo que también están bastante bien retratados tanto el mayordomo, el señor Wrexham, más estirado que cuerda de guitarra y el ama de llaves, la señora Ellsworth, mucho más encantadora, dónde va a parar. Entre todos ellos la relación irá evolucionando dando un giro completo a lo largo de la narración.
"La viola de Tyneford House" es una novela agradable de leer, escrita con un estilo sencillo y narrada en primera persona por Elise (por cierto no ha dejado de chocarme durante toda la lectura que cuando habla de sus padres, les llame por su nombre, Julian y Anna), que nos cuenta cómo se siente en relación a su familia directa y a la gente con la que ahora convive. Es una pena que no haya logrado conectar más con esta historia. Para mí se queda corta en muchos aspectos (saber más sobre la situación en Austria, los efectos de la guerra en Inglaterra, incluso más sobre Tyneford House) y es una pena porque prometía bastante, o simplemente es un problema personal mío. En todo caso tampoco me arrepiento de haberla leído.
Así comienza "La viola de Tyneford House"
Cuando cierro los ojos veo Tyneford House. En la oscuridad, al tumbarme a dormir, veo la fachada de piedra de Purbeck en el resplandor de última hora de la tarde. La luz del sol destella en las ventanas de arriba, y el aire está cargado de un aroma de magnolia y sal. La hiedra trepa por la arcada del porche, y una urraca picotea el liquen que cubre las losas de piedra caliza del suelo. Despide humo una de las grandes chimeneas, y las hojas de la avenida de tilos sin cortar tienen un verde de mayo y sus sombras hacen dibujos en el camino de entrada. Todavía no hay hierbajos que asomen en las hileras de lavanda y tomillo, y el césped es terciopelo segado que se extiende en tiras muy verdes. No hay marcas de disparos agujereando el antiguo muro del jardín, y las ventanas del salón están abiertas de par en par; los cristales no están destrozados por los bombardeos. Veo la casa como era entonces, aquella primera tarde.
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