SINOPSIS:
Elmer y Rose han creado una familia perfecta entre los enormes cactus de un remoto paisaje desértico, un hogar lleno de amor para sus cinco hijas, todas con nombres de flor: Edelweiss, Iris, Melissa, Dahlia y Daisy.
Pero la inesperada llegada de Rick, un excursionista en busca de refugio, revoluciona a las hermanas. Y cuando Elmer y Rose descubren que el muchacho no es quien dice ser, el enfrentamiento que librarán -una lucha entre la verdad y la mentira, la justicia y el crimen- destapará terribles secretos que cambiarán para siempre la vida de todos ellos.
Ficha del libro: aquí
Mis lecturas 2018 han empezado estupendamente. “La casa entre los cactus” es una historia que me ha gustado mucho, al igual que ya lo hicieran las dos anteriores del autor, una de las cuales (El Aviso) en breve aparecerá en los cines. Os dejo el trailer al final.
Esta es una novela que compré sin leer la sinopsis y sin leer la sinopsis la empecé. No tenía ni idea de por dónde iban a ir los tiros. Un matrimonio y sus cuatro hijas viven en algún lugar del Desierto de Baja California en México, aislados, a horas de cualquier otra alma, pero aparentemente son una familia unida y feliz, aunque las dos hijas mayores empiezan a sentir la necesidad de hablar con otras personas. Iris que tiene 16 años y que tras la muerte de su hermana mayor Edelweiss, ha pasado a ocupar su lugar, sueña con conocer a un chico. Los clásicos románticos le encantan y está deseando encontrar ese amor que tan fácil parece en los libros y tan complicado es de hallar en la vida real. Melissa, con trece años, es el personaje más tierno de esta historia. Es quien más necesita el contacto con otras personas que no sean su familia. Le habla a los cactus, los viste como si fueran espantapájaros, le pone cara a las piedras y charla también con ellas y es la que más disfruta con las clases que les da Socorro, una profesora que va cada día a su casa. Por último están las gemelas, que tienen 6 años y que de momento tiene suficiente con tenerse una a la otra y no sienten que les falte nada.
Otra cosa que llama la atención es que ninguna de ellas habla nada de español y los padres prefieren que siga siendo así y que cuando su padre va al pueblo a comprar lo que necesitan solamente llevan a una de las hijas mayores. Nunca a las dos juntas.
Esto, claramente, me llevaba a pensar en que había algo que ocultar, pero sinceramente no podía imaginar qué. Todo explota con la llegada de un “chico”, Rick. Un chico que no es quien dice ser y que hará que todo el organizado y planificado mundo en el que esta familia vive, se vaya a tomar viento y la realidad de lo que allí ocurre nos estalla en la cara.
Llegados a este punto de la novela, soltarla es casi imposible y cuando llegas al final, un final que tampoco es el que esperaba y que me ha parecido perfecto, te quedas pensando si es correcto que acabe así o no. Sientes rechazo por los actos de algunos de los personajes y tristeza, mucha tristeza por las consecuencias que derivan de esos actos en las vidas de otros, pero en el fondo es el final adecuado. Hacerlo más peliculero le hubiera restado puntos.
Como siempre Paul Pen es un acierto seguro.
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