Balvanera (Francisco Narla)

TÍTULO: Balvanera
AUTOR: Francisco Narla
EDITORIAL: Edhasa

Sinopsis Editorial: 

LA PUTA BEATA, EL FRAILE DESCREÍDO, EL INDIO COJO Y EL HIDEPUTA HONRADO.

Su madre era puta. Su padre, inglés. No tenía apellido cuando el apellido era lo único que espantaba el hambre. Aún así, iluso, Camacho se empeñó en ganarse el pan con el único mérico de ser honrado, y todo se fue al carajo.

A la fuerza ahorcan.

Una puta beata, un indio mudo, un fraile descreído y ese hideputa honrado intentarán robar el mayor cargamento de la historia de la flora de indias.

Al otro lado de la mar océana, en aquella Nueva España de un imperio donde no se pone el sol, en un Yucatán donde la lluvia tropical borraba las misericordias, las bodegas de la Balvanera se estaban llenando con la mercancía más valiosa de su tiempo: el palo de tinte. Y, mientras, la Parca buscaba cobrarse sus deudas...

Desde que “Assur” se cruzó en mi vida, he seguido la pista a todas las novelas (anteriores y posteriores a esta) publicadas por Francisco Narla y siempre me alegro cuando nos anuncia la publicación de un nuevo libro.

Me reservé la lectura de “Balvanera” hasta mediados de agosto para llevarla fresca a la presentación del libro que fue el pasado 22 de Agosto en Bueu, gracias una vez más a la Librería Miranda y a sus libreros Fernando y Maribel. Como siempre, fue un placer volver a escuchar al autor contándonos cómo nació esta historia, protagonizada por un personaje fantástico, de esos con los que el lector empatiza desde la primera página y que como no podía ser de otra manera me ha hecho disfrutar de sus aventuras y desventuras durante unos cuantos días.

Nos encontramos en el Yucatán del siglo XVI, una época en la que, como bien dice la sinopsis, el apellido era lo único que espantaba el hambre, y eso es lo que nuestro protagonista desea más que nada, ganarse honradamente su apellido y que lo reconozcan como Isidoro Bernal y no como Camacho, hijo de la puta Camacha.

Camacho tiene planes, sueños por cumplir y para ello lleva toda una vida de sacrificio ahorrando hasta la última moneda para labrarse un futuro honrado, pero cuando todo parecía indicar que ese momento había llegado, una traición cambia el rumbo de su destino y de repente la única opción que le queda es la que siempre había esquivado: delinquir.

Fotografía Facebook autor
Pero no estará solo en esta nueva aventura, le acompañarán Catalina, una puta beata, Gundemaro, un franciscano al que le gusta más retozar en el lupanar de la Brava que predicar y un indio cojo, que como dice Catalina, habla menos que una alpargata. Su plan: robar parte de la carga a bordo de la nao Balvanera antes de que parta con destino final a Sevilla más cargada que nunca con el preciado palo de tinte con el que el mundo ha empezado a teñir sus telas de negro, todo un proyecto que se presenta casi imposible… ¿o no?

No os cuento más sobre el argumento de la novela porque sería una pena, pero os voy decir por qué vale la pena leer esta y cualquier otra novela de Francisco Narla. 

Primero os diré que si buscáis un libro de esos que se devoran en poco más de dos tardes, este NO es vuestro libro. Francisco Narla escribe para que disfrutes de cada palabra, de cada línea, su vocabulario es tan apabullante que te sorprenderá sin duda. Yo cuento con ello cada vez que me embarco en una de sus historias y aún así no deja de sorprenderme.

Crea a todos sus personajes, sean los principales o no, con un detalle tan minucioso tanto en lo físico como en lo emocional, que los hace reales logrando que los veamos delante de nuestros ojos, y los pone en todo tipo de tesituras que van sorteando con más o menos fortuna, mientras el lector tiene el corazón en un puño preguntándose cuántos llegarán al final de esa travesía.

Daban ganas de llamarlo Gabriel o Rafael, como los mismos arcángeles. Al menos, hasta que abría la boca y se veía la ruina que habitaba allí dentro. Toda la belleza de aquel rostro angelical se malograba con dientes escasos, negros y picados que se desbarataban en todas direcciones y que, quizá, eran la causa del hediondo aliento que siempre lo precedía. Para disimular los malos dentados se dejaba largos bigotes y perilla, pero el mal tufo tendía a escaparse.

Lo mismo ocurre con los escenarios y la época en la que transcurre la novela, consigue trasladarnos a ese complicado Yucatán con sus descripciones de lugares, clima, personajes, objetos, comidas, olores… de verdad, una genialidad que transmite muy bien cómo era vivir en aquella época, tanto del lado de quienes nada tenían y vivían prácticamente en la miseria, como por el lado de quienes todo lo acaparaban (por no decir directamente “robaban”).

Quizás he echado en falta algún fiel compañero “canino” para Camacho y aunque en esta ocasión la acción no transcurra en tierras gallegas, no por ello Galicia no está presente. Hasta el maese de la Balvanera es de “la muy leal Cangas del Morrazo”.

En definitiva, no puedo más que recomendaros esta lectura, sobre todo si os apetece una historia para leer con calma, para disfrutar de la elegancia y minuciosidad de un autor como Narla, que se preocupa por cada mínimo detalle y como ya he dicho en otras ocasiones, quizás el lenguaje utilizado ralentice un poco la lectura, pero cuando te sumerges en la historia te das cuenta de que es el perfecto y necesario para cada historia y su momento histórico. Yo reconozco que en muchos momentos no conozco el significado de algunas palabras, pero el propio contexto me ayuda a imaginar a qué se refiere y en todo caso, al menos a mí, tirar de diccionario (o buscar imágenes en google) tampoco me da pereza y siempre se aprende algo.

2 comentarios:

  1. Del autor solo he leído Assur, que me gustó mucho, pero no he vuelto a leer nada suyo. Y creo que también disfrutaría mucho con esta lectura, pero a ver si los pendientes que tengo en la estantería me dejan animarme... Mira que intento reducirlos, pero no hay manera... Aumentan!
    Besotes!!!

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    1. "Assur" fue mi primer Narla y también me gustó muchísimo, así que poco a poco he ido leyendo todas sus novelas y asistiendo a todas sus presentaciones (si tienes un día oportunidad de ir a alguna, ni lo dudes). Lo de reducir "pendientes" es imposible 😂😂 por cada uno que sale entran dos.
      Un besote.

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