AUTOR: Rocío Carmona
EDITORIAL: Duomo Ediciones
Sinopsis Editorial:
Mia acaba de romper con Álex y se enfrenta al verano barcelonés con el corazón roto. Una situación a la que se suma la pérdida de su empleo, lo que la sumerge en una gran tristeza. Poco a poco, Mia emprende un viaje que le permite descubrir un mundo nuevo ante ella. Durante la travesía, se adentra en su propia soledad para vivir la apasionante aventura de descubrirse, atravesar el dolor y mirarse con valentía. Mientras recorre distintos estados emocionales, vive momentos mágicos con personas entrañables y divertidas, personajes muy reales con algo en común: un corazón roto que sin embargo, mantiene el deseo de soñar en lo que puede suceder después.
No soy una lectora de género romántico. Tuve mi época hace muchos años y ahora prácticamente es un género que descarto. Cuando empecé a ver esta novela en las redes sociales me llamó la atención su preciosa portada, pero no acaba de decidirme a leerla. ¿Y si era precisamente una historia demasiado romántica para mi gusto o aún peor, un dramón de los de no soltar el pañuelo? No tenía nada claro qué hacer, pero lo cierto es que últimamente me gusta intercalar entre tanta lectura “negra” historias que no tengan nada que ver con ese género y al final me decidí, además ¿A quién no le han roto el corazón alguna vez o ha sido el culpable de habérselo roto a alguien? Sonaba a historia actual y entretenida y efectivamente ha sido ambas cosas.
La historia de Mía me enganchó desde el principio, de hecho cuando me di cuenta me había leído la mitad de la novela en una tarde. Enseguida me gustó su protagonista, una joven que acaba de romper con su pareja, Alex, un actor en ciernes, pero además amigo desde sus años de instituto, alguien con quien ya visualizaba su futuro, alguien en quien confiaba ciegamente y con quien se sentía tan unida que ahora es como si le faltara una parte y estuviera rota.
Mía es un alma en pena, la tristeza la envuelve y se siente perdida. No sabe qué ha hecho mal, no entiende por qué Alex la ha engañado con otra, no comprende por qué su relación siempre se tuvo que mantener en secreto porque “era lo mejor” para el futuro profesional de él y ahora le ha faltado tiempo para publicar a los cuatro vientos su nueva relación. Mía no sabe qué hacer, pero como dice el dicho no hay mal que por bien no venga y el mismo día que la despiden de la agencia inmobiliaria donde trabaja, Lola, la última clienta a la que le enseña un dúplex (que por cierto no consigue venderle) reconoce en Mía a un mujer herida y le ofrece un nuevo trabajo.
La historia de Mía es la historia de tantas personas… es tan real que no es difícil conectar con ella desde el principio y pasar con ella por todas esas etapas de (vamos a llamarle “duelo”) que uno pasa cuando le dejan. Para ello la novela se divide en cinco partes:
Mía pasará de estar confusa, a estar enfadada, a sufrir una depresión y por supuesto a acabar aceptando la situación, pero nosotros la iremos acompañado en cada una de esas fases a la vez que una serie de interesantes personajes que empiezan a formar parte de su vida y que le enseñan que vale mucho más de lo que ella imagina, y es que de eso trata un poco esta historia, de aprender a enfrentarse a los malos momentos, de superar la tristeza encarándose con ella y descartar un poco consejos del tipo “olvídate de él y a otra cosa mariposa, ya se sabe que un clavo saca otro clavo”.
El personaje de Mía me ha parecido estupendo. He deseado desde el principio que se diera cuenta de lo fantástica que era, tan espontánea, tan natural y sincera cuando haciendo caso a su psicóloga se vacía sin filtros en esas cartas que escribe a Alex, sin intención de mandárselas. No hay como la seguridad de que no te leerán para decir todo lo que sientes sin miedo, y al lector le servirán para conocer su relación desde que se conocen en el instituto hasta su ruptura.
Me ha gustado mucho esta historia, que además tiene una banda sonora muy actual, una lectura muy amena en la que casi todo el mundo se podrá ver reflejado. Se lee de una forma muy ágil, tiene sus momentos tristes pero también hay mucho sentido del humor, es una historia de segundas oportunidades, de aprendizaje, de reconocer que el valor de uno mismo no lo da el tener o no pareja y además durante todo el proceso a veces podemos encontrar a personas que de otro modo nunca habríamos conocido.
No soy una lectora de género romántico. Tuve mi época hace muchos años y ahora prácticamente es un género que descarto. Cuando empecé a ver esta novela en las redes sociales me llamó la atención su preciosa portada, pero no acaba de decidirme a leerla. ¿Y si era precisamente una historia demasiado romántica para mi gusto o aún peor, un dramón de los de no soltar el pañuelo? No tenía nada claro qué hacer, pero lo cierto es que últimamente me gusta intercalar entre tanta lectura “negra” historias que no tengan nada que ver con ese género y al final me decidí, además ¿A quién no le han roto el corazón alguna vez o ha sido el culpable de habérselo roto a alguien? Sonaba a historia actual y entretenida y efectivamente ha sido ambas cosas.
La historia de Mía me enganchó desde el principio, de hecho cuando me di cuenta me había leído la mitad de la novela en una tarde. Enseguida me gustó su protagonista, una joven que acaba de romper con su pareja, Alex, un actor en ciernes, pero además amigo desde sus años de instituto, alguien con quien ya visualizaba su futuro, alguien en quien confiaba ciegamente y con quien se sentía tan unida que ahora es como si le faltara una parte y estuviera rota.
Mía es un alma en pena, la tristeza la envuelve y se siente perdida. No sabe qué ha hecho mal, no entiende por qué Alex la ha engañado con otra, no comprende por qué su relación siempre se tuvo que mantener en secreto porque “era lo mejor” para el futuro profesional de él y ahora le ha faltado tiempo para publicar a los cuatro vientos su nueva relación. Mía no sabe qué hacer, pero como dice el dicho no hay mal que por bien no venga y el mismo día que la despiden de la agencia inmobiliaria donde trabaja, Lola, la última clienta a la que le enseña un dúplex (que por cierto no consigue venderle) reconoce en Mía a un mujer herida y le ofrece un nuevo trabajo.
La historia de Mía es la historia de tantas personas… es tan real que no es difícil conectar con ella desde el principio y pasar con ella por todas esas etapas de (vamos a llamarle “duelo”) que uno pasa cuando le dejan. Para ello la novela se divide en cinco partes:
- Lo que sucedió cuando no quería ver.
- Lo que sucedió cuando te odié.
- Lo que sucedió cuando quise volver atrás.
- Lo que sucedió cuando caí.
- Lo que sucedió justo después.
“Y me odiaba a mí misma porque aún necesitaba entenderlo, por haberle querido tanto, y también por no haber sido lo suficientemente guapa, lo suficientemente lista, lo suficientemente delgada, elegante, apropiada… lo suficientemente nada. Sentía tanta rabia que me temblaba todo el cuerpo.”Pasar por una mala experiencia es muchas veces necesario porque de todo se aprende, nos da la oportunidad de conocernos mejor y lo más importante de querernos más, que es por donde hay que empezar realmente.
Fotografía extraída de Inmagazine.es |
Me ha gustado mucho esta historia, que además tiene una banda sonora muy actual, una lectura muy amena en la que casi todo el mundo se podrá ver reflejado. Se lee de una forma muy ágil, tiene sus momentos tristes pero también hay mucho sentido del humor, es una historia de segundas oportunidades, de aprendizaje, de reconocer que el valor de uno mismo no lo da el tener o no pareja y además durante todo el proceso a veces podemos encontrar a personas que de otro modo nunca habríamos conocido.
“… pensé en lo extraño que resulta que personas casi desconocidas se hagan un hueco en nuestra vida de forma repentina, y cómo, en cambio, personas que crees conocer mucho más y por las que sentías que lo darías todo desaparecen del mapa de tu existencia sin más.”Puedes leer las primeras páginas: AQUÍ
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