AUTOR: Katarina Bivald
EDITORIAL: Planeta
Sinopsis:
Tras dos años intercambiando cartas y pasión por los libros, Sara decide viajar a un pueblecito de Iowa para conocer a su anciana amiga Amy, pero cuando llega, ésta ha muerto, dejando una vieja casona y miles de libros.
Sola en este alejado rincón, se da cuenta de que gracias a las cartas de Amy conoce bien a los habitantes del pueblo. Así, cuando se embarca en la locura de montar una original librería con los ejemplares de Amy se da cuenta de que hay un libro destinado a cambiar la vida de cada uno de ellos. Pero al hacerlo también cambiará la suya.
"La librería de los finales felices" es otra de esas novelas que ya llevaba un tiempo en las estanterías de casa. Me pareció un título ideal cuando lo compré y una opción estupenda para leer en Semana Santa, sin embargo no ha sido exactamente lo que yo esperaba.
Es cierto que como buena devoralibros me dejo conquistar con títulos como el de este libro o cualquier otro cuyo argumento tenga que ver con libros, librerías y lectores, así que cuando se publicó no me lo pensé demasiado, entonces... ¿qué me ha fallado? Pues ahora os cuento...
La novela comienza con la llegada de Sara, una joven sueca, a Broken Wheel en Iowa, donde vive Amy, una anciana con quien lleva un par de años escribiéndose y hablando sobre todo de libros, pero también de los amigos y vecinos de Amy. El problema es que Amy estaba enferma y nunca se lo dijo a Sara. Quizás esperaba tener tiempo para poder conocerla en persona, pero lamentablemente cuando Sara llega a Broken Wheel, Amy ya ha muerto. Los amigos de Amy no tienen tiempo de avisar a Sara que ya estaba de viaje rumbo a Iowa, así que cuando llega todos la acogen con cariño porque eso es lo que Amy hubiera querido y por supuesto se alojará en casa de la difunta porque eso es lo que Amy también hubiera querido, pero ¿qué hacer en Broken Wheel sin ella? Sara no parece una persona especialmente atrevida o emprendedora. Es cierto que se animó a salir de Suecia, pero yo creo que si no llega a ser porque se quedó sin trabajo en la librería en la que llevaba años trabajando tampoco se hubiera animado demasiado a hacer ese viaje y ahora que está allí se siente un poco perdida.
Los primeros días conocerá a todas aquellas personas de las que Amy le fue hablando durante sus años de correspondencia y de las que a excepción de su aspecto físico conoce ya muchas cosas. A Tom, sobrino de Amy, a Grace, dueña de la cafetería "Amazing Grace", a Caroline, exprofesora en paro, a Andy y Carl dueños de "The Square" el único bar de la urbe, al "Pobre" George que se convierte sin que nadie le consulte en el chófer de Sara y algunos más... Todos son más o menos amables con ella pero en Broken Wheel no parece que haya demasiado que hacer, así que cuando descubre en casa de Amy montones y montones de libros decide utilizarlos para abrir la Librería El Roble, donde todo el mundo encontrará el libro que necesita.
Y eso realmente es así. Esta es una novela en la que si os ponéis a apuntar todos los títulos que aparecen no vais a parar, y lo mejor de todo es que hay para todos los gustos. Poesía, narrativa, novela negra, thriller, chick lit, novela erótica, narrativa gay, romántica... de todo y para todos.
Nos encontraremos a Stieg Larsson al lado de Bridget Jones, a Paul Auster, Toni Morrison, Terry Pratchett, Sophie Kinsella,o Joyce compartiendo estanterías, títulos como "Orgullo y prejuicio", "Tomates verdes fritos", "Un paseo para recordar", "Tiempo de matar", "Las uvas de la ira" o "El abuelo que saltó por la ventana y se largó" esperando el lector adecuado. Además Sara tiene un gran bagaje lector y aunque hay libros que reconoce que no le han gustado o que directamente no son buenos, sabe que siempre habrá un lector adecuado para ellos.
Y la verdad es que todo esto que os he contado, que tampoco es mucho, aunque lo parezca, debería ser lo suficientemente atractivo para construir una historia que atrape, pero lo cierto es que no atrapa demasiado. Es una lectura que se hace lentita. Tampoco estás deseando tener un momento libre para ponerte a leer y supongo que en ese sentido me ha decepcionado un poco.
Para ser una novela catalogada con "feel good", le ha faltado chispa. La protagonista es una chica maja, pero poco más, y Brooken Wheel no es un sitio al que te irías a vivir precisamente, parece más bien un lugar bastante solitario y feucho. Las vidas de todos los personajes que rodean a Sara no son especialmente interesantes, al menos no todas y algunas historias me han parecido metidas con calzador (no me creo la historia de Caroline, así de repente, por ejemplo) por no hablar de la solución que encuentran en el pueblo para que su querida Sara no regrese a Suecia.
Es evidente cómo va a terminar el libro, para eso es una novela feel good, así que no puede terminar mal, pero no me ha acabado de convencer demasiado. Si os apetece una buena historia feel good de esas que lees con una sonrisa en la boca, con personajes entrañables, una localización ideal o una bonita librería, yo os recomiendo por ejemplo "La librería del señor Livingston", "El noviembre de Kate", o "Un hotel en ninguna parte" de Mónica Gutierrez.
No diré que esta es una mala novela, pero desde luego esperaba que me atrapara mucho más con la historia. Quizás lo mejor del libro es que refleja muy bien el amor que Sara siente por los libros, eso y la correspondencia que mantiene con Amy, ya que el lector irá leyendo las cartas que Amy le envió a Sara y en ellas también encontraremos mucho amor por los libros.
Es cierto que como buena devoralibros me dejo conquistar con títulos como el de este libro o cualquier otro cuyo argumento tenga que ver con libros, librerías y lectores, así que cuando se publicó no me lo pensé demasiado, entonces... ¿qué me ha fallado? Pues ahora os cuento...
La novela comienza con la llegada de Sara, una joven sueca, a Broken Wheel en Iowa, donde vive Amy, una anciana con quien lleva un par de años escribiéndose y hablando sobre todo de libros, pero también de los amigos y vecinos de Amy. El problema es que Amy estaba enferma y nunca se lo dijo a Sara. Quizás esperaba tener tiempo para poder conocerla en persona, pero lamentablemente cuando Sara llega a Broken Wheel, Amy ya ha muerto. Los amigos de Amy no tienen tiempo de avisar a Sara que ya estaba de viaje rumbo a Iowa, así que cuando llega todos la acogen con cariño porque eso es lo que Amy hubiera querido y por supuesto se alojará en casa de la difunta porque eso es lo que Amy también hubiera querido, pero ¿qué hacer en Broken Wheel sin ella? Sara no parece una persona especialmente atrevida o emprendedora. Es cierto que se animó a salir de Suecia, pero yo creo que si no llega a ser porque se quedó sin trabajo en la librería en la que llevaba años trabajando tampoco se hubiera animado demasiado a hacer ese viaje y ahora que está allí se siente un poco perdida.
Los primeros días conocerá a todas aquellas personas de las que Amy le fue hablando durante sus años de correspondencia y de las que a excepción de su aspecto físico conoce ya muchas cosas. A Tom, sobrino de Amy, a Grace, dueña de la cafetería "Amazing Grace", a Caroline, exprofesora en paro, a Andy y Carl dueños de "The Square" el único bar de la urbe, al "Pobre" George que se convierte sin que nadie le consulte en el chófer de Sara y algunos más... Todos son más o menos amables con ella pero en Broken Wheel no parece que haya demasiado que hacer, así que cuando descubre en casa de Amy montones y montones de libros decide utilizarlos para abrir la Librería El Roble, donde todo el mundo encontrará el libro que necesita.
Brooken Whell se sentiría mucho mejor, de eso estaba convencida, en cuanto sus habitantes comenzaran a leer.
Y eso realmente es así. Esta es una novela en la que si os ponéis a apuntar todos los títulos que aparecen no vais a parar, y lo mejor de todo es que hay para todos los gustos. Poesía, narrativa, novela negra, thriller, chick lit, novela erótica, narrativa gay, romántica... de todo y para todos.
Nos encontraremos a Stieg Larsson al lado de Bridget Jones, a Paul Auster, Toni Morrison, Terry Pratchett, Sophie Kinsella,o Joyce compartiendo estanterías, títulos como "Orgullo y prejuicio", "Tomates verdes fritos", "Un paseo para recordar", "Tiempo de matar", "Las uvas de la ira" o "El abuelo que saltó por la ventana y se largó" esperando el lector adecuado. Además Sara tiene un gran bagaje lector y aunque hay libros que reconoce que no le han gustado o que directamente no son buenos, sabe que siempre habrá un lector adecuado para ellos.
Siempre había opinado que el aire del otoño y los libros combinaban bien, que de alguna forma ambos encajaban perfectamente con mantas, sillones cómodos y grandes tazas de café o té, y nunca lo había sentido con tanta claridad como allí, en su propia librería. Suya y de Amy.
Y la verdad es que todo esto que os he contado, que tampoco es mucho, aunque lo parezca, debería ser lo suficientemente atractivo para construir una historia que atrape, pero lo cierto es que no atrapa demasiado. Es una lectura que se hace lentita. Tampoco estás deseando tener un momento libre para ponerte a leer y supongo que en ese sentido me ha decepcionado un poco.
Para ser una novela catalogada con "feel good", le ha faltado chispa. La protagonista es una chica maja, pero poco más, y Brooken Wheel no es un sitio al que te irías a vivir precisamente, parece más bien un lugar bastante solitario y feucho. Las vidas de todos los personajes que rodean a Sara no son especialmente interesantes, al menos no todas y algunas historias me han parecido metidas con calzador (no me creo la historia de Caroline, así de repente, por ejemplo) por no hablar de la solución que encuentran en el pueblo para que su querida Sara no regrese a Suecia.
Katarina Bivald |
Es evidente cómo va a terminar el libro, para eso es una novela feel good, así que no puede terminar mal, pero no me ha acabado de convencer demasiado. Si os apetece una buena historia feel good de esas que lees con una sonrisa en la boca, con personajes entrañables, una localización ideal o una bonita librería, yo os recomiendo por ejemplo "La librería del señor Livingston", "El noviembre de Kate", o "Un hotel en ninguna parte" de Mónica Gutierrez.
No diré que esta es una mala novela, pero desde luego esperaba que me atrapara mucho más con la historia. Quizás lo mejor del libro es que refleja muy bien el amor que Sara siente por los libros, eso y la correspondencia que mantiene con Amy, ya que el lector irá leyendo las cartas que Amy le envió a Sara y en ellas también encontraremos mucho amor por los libros.
En los libros podía convertirse en quien quisiera. Podía ser chula, bella, elegante, se le podía ocurrir la réplica perfecta en el momento adecuado, y podía… vivir cosas. Cosas de verdad. Cosas que les pasaban a las personas de verdad.
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