6 jun 2022

La gran serpiente (Pierre Lemaitre)

TÍTULO: La gran serpiente
AUTOR: Pierre Lemaitre
EDITORIAL: Salamandra

Sinopsis Editorial: 

Siempre hay que desconfiar de las señoras de mediana edad bien vestidas, con aspecto de jubiladas y acompañadas de un dálmata espantadizo, como Mathilde Perrin, una viuda de sesenta y tres años algo entrada en carnes bajo cuya apariencia anodina se esconde una pistolera a sueldo de gatillo fácil y nervios de acero. Experimentada y diligente en el manejo de armas de gran calibre, capaz de dar esquinazo a la policía y agotar a sus perseguidores, esta veterana heroína de la Resistencia ejecuta sin piedad los encargos de un misterioso comandante cuando no está cuidando su jardín de las afueras de París. Sin embargo, los frecuentes descuidos y el mal carácter de la antaño perfeccionista Mathilde, que la vuelven cada vez más incontrolable y perturbadora, empiezan a preocupar a las altas esferas, dispuestas a deshacerse de ella antes de que sea demasiado tarde. 

Brillante combinación de una trama ingeniosa y precisa con un ritmo trepidante, La gran serpiente es la primera novela negra escrita por Pierre Lemaitre. Un tablero de asesinatos encadenados cargado de diálogos mordaces, escenas impactantes y grandes dosis de humor cáustico y descarnado.

Hace un par de años leí una entrevista en La Voz de Galicia a Pierre Lemaitre (esta de AQUÍ) donde el autor decía que ya no escribiría más novela negra. ¡Qué chasco me llevé! y eso que también me gustan los libros del autor que no son novelas negras, aunque muchas veces no andan precisamente cortas de crímenes, así que cuando vi que se iba a publicar este libro lo compré en cuanto tuve oportunidad, pensando que muy sabiamente se había retractado.

Pues no. Ya en el prólogo del libro el autor se reafirma en lo que había dicho en la entrevista, pero también reconoce que se había ido sin despedirse del género y qué mejor que hacerlo con su primera novela negra, una historia escrita en 1985 que se quedó en un cajón hasta hoy. Tras un repaso "cosmético", como el autor nos cuenta, pero nunca estructural, "La gran serpiente" cayó en mis manos.

Lo primero que me gustaría decir es... ¿Pero por qué lo dejas mon chere Pierre? Con lo bien que se te da y con lo mucho que me has hecho disfrutar con todos los crímenes han salido de tu cabeza.

Está claro que ya apuntabas maneras con esta novela protagonizada por la inolvidable Mathilde Perrin, un personaje difícil de olvidar, porque decidme... ¿Cuántas novelas negras protagonizadas por asesinas sexagenarias habéis leído? Seguro que se cuentan con los dedos de una mano y sobran dedos. Pues como yo, pero además de por su edad, a Mathilde la recordaremos por otras muchas cosas... ¡madre mía!

La novela transcurre en 1985. Mathilde es una mujer viuda, que vive sola con Ludo, su perro dálmata que bien podría ser el de la portada, a las afueras de París, en una casita con jardín. Mathilde perteneció a la Resistencia y además tiene una medalla por ello. Durante el año hace dos ó tres trabajitos que básicamente consisten en eliminar a quien le ordenen y hasta el momento sus trabajos han sido impecables y, desgraciadamente para las víctimas, muy efectivos, peeero, la edad no perdona y aunque sigue siendo tremendamente efectiva, empieza a tener algunos descuidos y olvidos, se ha vuelto algo descuidada e imprevisible y muy pronto acabará sembrando de muertos la novela. ¿Quizá sea el momento de pensar en la jubilación de Mathilde? ¡Já!

Pierre Lemaitre
Fotografía de www.benzinemag.net
No quiero entrar en muchos más detalles, pero de verdad que me lo he pasado fenomenal leyendo esta novela plagada de humor negro.

Cuando tras su segundo "trabajito" vi por dónde iban a ir los tiros no imaginaba cómo iba a terminar esta mujer (ella tampoco, ya os lo digo 😂😂). 

Llega un momento en que Mathilde está totalmente desatada y es como una apisonadora. El error de todo el mundo ha sido subestimarla por ser una mujer mayor, pero a pesar de sus lapsus y olvidos, Mathilde tiene unos nervios de acero, es tremendamente inteligente e irascible y sabe anticiparse a casi todo, dando lugar a momentos delirantes. También es de gatillo fácil, todo hay que decirlo, el problema es que le gustan las armas de gran calibre, así que lo que se dice discreta, eso sí que no es. A sus víctimas casi hay que recogerlas en pedazos.

Otra cosa muy simpática de la novela es que al transcurrir en el año 1985 tiene un punto retro genial. No hay móviles, pero sí cabinas telefónicas, no hay GPS, pero sí mapitas de carreteras de los de toda la vida, y llega un momento en el que Mathilde se hace un lío descomunal, pero como es una mujer de recursos acaba saliendo airosa.

Evidentemente también hay una parte policial en esta historia, alguien tiene que buscar al sanguinario asesino de calibre 44 que no parece tener prisa por dejar de matar y para ello está el inspector René Vassiliev. El problema será encontrar un punto en común entre tantos y variados fiambres 😂😂

En fin, que me ha gustado muchísimo, una novela muy negra diferente, atípica, divertida y descarada que hará las delicias de los fans del autor y que también es fabulosa para conocer a Lemaitre dentro de este género si es que todavía no te has estrenado con él. De verdad, me ha parecido brillante.
Lo asombroso de Mathilde es que nunca duda. De hecho, ahí está, en plena noche, iniciando otra vuelta alrededor de la propiedad, caminando entre zarzas y arbustos, apartando las ramas con las dos manos, resoplando como una morsa, pero sin dejar de avanzar, palpando el muro, probando la firmeza de la reja... Esta mujer es una apisonadora.

¡IMPORTANTE!
Hay alguna escena con animales que a los más sensibles os puede llegar a molestar y doler

3 comentarios:

  1. Pues he leído varias del autor y me han gustado bastante, así que tomo buena nota de ésta, que no la conocía.
    Besotes!!!

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  2. ¡Cómo se nota que te ha gustado! De verdad, da gusto encontrar a un autor que nos despierta este entusiasmo, ¿verdad? :) Yo todavía tengo pendiente a Lemaitre, y la verdad es que me llama más la atención su trilogía histórica, así que empezaré por ahí. ¡Besos!

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