AUTOR: Lucy Maud Montgomery
ILUSTRADOR: Antonio Lorente
La vida de Ana Shirley, huérfana desde los dos años, nunca ha sido fácil, pero un inesperado error la llevará a encontrar el hogar que nunca tuvo junto a los hermanos Cuthbert en su granja de Tejas Verdes. Ya entrados en años, los Cuthbert esperaban recibir del orfanato a un chico que aliviase el peso delas labores agrícolas, pero en su lugar llegó Ana.
Tras el rechazo inicial, ambos quedan fascinados por la viva imaginación de esta pelirroja de 11 años y la riqueza de su personalidad. Así pues, abandonan su objetivo inicial de contar con alguien que les ayude, al encontrar en Ana a alguien a quien cuidar.
En el año 85 (si no estoy equivocada) vi en televisión la serie "Ana de las Tejas verdes". Por aquel entonces no tenía ni idea de que estaba basada en una serie de libros, pero desde el momento en que me enteré siempre pensé en leerlos, sin embargo por una u otra razón nunca se cruzaron en mi camino, o quizás simplemente no los busqué lo suficiente, o ¡quién sabe!, es posible que mi cuerpo serrano estuviera esperando a que Edelvives publicara esta maravillosa edición ilustrada por Antonio Lorente, pero el caso es que en cuanto mis ojos lo vieron no tuve la más mínima duda de que el libro era para mí.
¿Qué os puedo decir? Me ha encantado. ¿Quién no conoce esta historia publicada por primera vez en 1908? La historia de Ana es ya un clásico que han leído generaciones y generaciones de lectoras (y lectores supongo) de todo el mundo e incluso sin haberla leído, hay basada en ella película, dibujos animados e incluso Netflix tiene en su catálogo la adaptación más reciente de esta historia que comienza por culpa de un malentendido, y es que es así como llega Ana Shirley a casa de los hermanos Matthew y Marilla Cuthbert, cuando lo que ellos habían solicitado era un niño huérfano que les ayudara con las tareas de la granja.
Cuando Matthew llega a la estación de tren se encuentra con esta espabilada y charlatana pelirroja esperando en el andén y aún sabiendo lo que Marilla le va a decir, se lleva a la niña a casa. Durante el trayecto creo que Matthew ya se va encariñando con la personalidad tan arrolladora de Ana y aun cuando la intención de Marilla es solucionar el entuerto y cambiar a Ana por un niño, al final deciden darle una oportunidad, sin saber que con ese pequeño acto, la vida de todos ellos cambiará de un modo que ninguno podía imaginar.
Los comienzos no serán fáciles, ya que Marilla llevaba hasta ese momento una vida muy tranquila, quizás excesivamente tranquila y Ana es un torbellino parlanchín hiperactivo con una imaginación desbordante que en más de una ocasión pone a prueba su paciencia, pero poco a poco se irá ganando el corazón de los Cuthbert porque además también es un buena niña (aunque ella esté empeñada en lo contrario), trabajadora, sincera, amante de la naturaleza, a veces un poco "dramas" ¡ja,ja! pero con un gran corazón y además muy inteligente. Marilla reconocerá en la niña un poco de aquella joven que una vez fue ella misma, pero cuyos sueños, y deseos nunca se cumplieron o es que quizás no supo tener el arrojo y atrevimientos que Ana sí tiene.
La verdad es que he disfrutado de la lectura desde la primera página. Esta simpática pelirroja enfadada con la vida por el color de su pelo, me ha hecho pasar unas horas encandilada con su historia y su simpatía y aunque reconozco que por momentos me he solidarizado con Marilla y he pensado que de estar en su lugar le hubiera puesto un corcho en la boca a esta muchacha para que descansara de su desmedida verborrea, ha sido un gustazo de lectura.
Al final acaba uno encariñado con todos los personajes, ya sean principales o secundarios y es maravilloso ver no sólo como crece Ana y el agradecimiento eterno que siempre tendrá hacia Marilla y Matthew, sino como la propia Marilla sufre una evolución espectacular desde el momento en que decide convertir a esa niña en casi su propia hija. Pasa de estar en el mundo sin más, a ser una mujer que poco a poco amará a esta niña y será amada por ella, Marilla, como se dice en el epílogo, aporta las salvadoras gotas de zumo de limón a esta historia y es lo que da equilibrio y estabilidad a Ana. Marilla no es una mujer que muestre sus sentimientos y quizás por eso mismo los último capítulos son tan emotivos y emocionantes.
Es una delicia de libro y en concreto esta edición ilustrada una auténtica maravilla que os recomiendo muchísimo, tanto para vosotros como para hacer un regalo. Además de la propia historia de Ana, viene con un epílogo escrito por Margaret Atwood y unas páginas finales con notas sobre la autora, su vida, la historia de libro y muchas fotografías.
En definitiva, yo creo que esta es una lectura que disfrutarán tanto lector@s de 12 años, como de 20, de 40 ó de 80. Maravilla absoluta con la que es imposible fallar.
Marilla amaba a la jovencita mucho más de lo que había amado a la niña, pero tenía conciencia de una extraña y triste sensación de pérdida. Y aquella noche, cuando Ana se hubo ido con Diana a la reunión de la iglesia, Marilla, sentada sola en medio del crepúsculo invernal, se permitió la debilidad de llorar. Matthew, que llegaba con un farol, la sorprendió, y se quedó mirándola con tal consternación, que Marilla tuvo que reír en medio de sus lágrimas.
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