23 oct 2020

La puerta (Manel Loureiro)

TÍTULO: La puerta
AUTOR: Manel Loureiro
EDITORIAL: Planeta de Libros

Sinopsis Editorial: 


Un crimen ritual. Una mujer desesperada por salvar a su hijo. Manel Loureiro sorprende con un thriller ambientado en la misteriosa y legendaria Galicia.

El hallazgo del cadáver de una joven, asesinada mediante una antigua forma ritual a los pies de la mítica Puerta de Alén, desconcierta a sus investigadores. La agente Raquel Colina es una recién llegada a ese rincón perdido de Galicia para tratar de salvar a su hijo, al que la medicina ya no puede curar. Sin otra alternativa, y llena de dudas, Raquel había recurrido a una menciñeira local, que prometía su sanación.

Sin embargo, la misteriosa desaparición de la curandera y el descubrimiento de la víctima de la Puerta hacen sospechar a Raquel que ambos casos pueden estar relacionados. Con la complicidad de su compañero, en un ambiente mágico y rural que no acaba de comprender y donde todo el mundo parece guardar un secreto, la agente comenzará una desesperada cuenta atrás para resolver el caso y así hallar la última tabla de salvación que le queda a su hijo.

Si algo le voy a agradecer a esta novela es haberme hecho desconectar del mundo y del dolor de mi lesión intercostal durante las horas que me pasé leyéndola, porque se podrán decir muchas cosas de "La puerta", pero entretenida es un rato.

Tengo que decir que yo soy poco creyente en todos los sentidos, directamente si no lo veo no lo creo, así que tenía que cambiar el "chip" un poco para adentrarme en esta historia y lo primero que hice fue  ponerme en la piel de la protagonista. Y sí, cuando todas las puertas se te van cerrando en las narices y la respuesta de todo el mundo es la misma ("no hay nada que hacer") una busca hasta debajo de las piedras la forma de intentar salvar a un hijo y si te dicen que hay que ir allí donde Cristo perdió las sandalias porque hay una "menciñeira" llamada Ramona Valongo que puede curar el cáncer a un niño al que apenas le auguran tres meses de vida, pues te vas escopetada a conocer a esa señora y luego pides un traslado en el trabajo. Y eso un poco es lo que hace Raquel Colina, dejar su exitoso trabajo en Madrid en el Equipo Central de Inspecciones Oculares de la Guardia Civil, un grupo de élite que reúne a los mejores y que cuenta con lo último en tecnología para trabajar y trasladarse hasta Arufe, donde quedó con Ramona, un pueblo que al llegar encuentra literalmente abandonado.
La Galicia rural es vasta, verde, profunda, boscosa… y llena de ancianos. Apenas nos cruzamos con tres o cuatro personas por el camino y ninguna de ellas bajaba de los sesenta años de edad.
Antes de tomar ninguna decisión Raquel acude al puesto de la Guardia Civil en Viascón, su nuevo lugar de trabajo, donde su jefe inmediato, el sargento Nogueira, muy amablemente le ayudará con el tema del alojamiento para que no tenga que ir y venir cada día desde Pontevedra hasta Viascón. Su nuevo hogar será la que se conoce como la Casa Grande de Fosco, un típico pazo que le queda muy grande a su única moradora, Ágata, una encantadora señora de sesenta años, y que encandila a su hijo Julián en cuanto la ve. En Viascón Raquel tendrá un único compañero, Juan Vilanova, que tras años destinado en Barcelona, cambió el estrés de la ciudad por la calma del rural.

Manel Loureiro, delante del primer escenario que aparece en la novela:
Portalén o Porta do Alén (Puerta del Más Allá)
Fotograma extraído del  artículo publicado por www.elindependiente.com

En principio sus problemas inmediatos se van solucionando, salvo que nadie parece conocer a Ramona Valongo y el tiempo corre en su contra, pero no podrá pararse a pensar demasiado en ello ya que antes de que le dé tiempo a deshacer las maletas tendrá que investigar con su compañero un caso de doble homicidio ocurrido en el monte Seixo donde ha aparecido el cuerpo de una joven a los pies de lo que todos conocen como la "Porta do Alén" (Puerta del Más Allá) y el cadáver de un operario del servicio de mantenimiento del parque eólico que todo apunta fue testigo de algo que no debía ver. A partir de aquí se abrirá una investigación que durante toda la narración estará salpicada de misterio, magia, leyenda, elementos paranormales y situaciones que hacen dudar a Raquel de su cordura y que sin embargo encajan bien dentro de esta historia oscura, fría, lluviosa y neboenta, donde el paisaje y el clima son casi un personaje más y es que a veces no hay moverse muy lejos del lugar donde uno vive para encontrar el escenario perfecto para esa historia que llevas dentro.

Personalmente me apetecía mucho leer la nueva novela de Manel Loureiro. He leído todo lo que ha publicado hasta el momento y aunque sigo siendo una fiel fan de su trilogía "Z", todos sus libros me han entretenido siempre mucho y siempre digo lo mismo, Manel sabe arrancar sus historias como nadie, todos los primeros capítulos de sus libros son de los que te hacen quedar pegada al asiento y te invitan a seguir leyendo, luego ya te gustarán más o menos las tramas de cada novela, pero en eso es un genio y con esta novela lo ha vuelto a hacer.

Para mí ha sido un libro muy entretenido, como he dicho al principio, una novela "alivio" porque he pasado unos días (y en ello sigo, aunque menos) con mucho dolor y leer para mí siempre es curativo, pero tiene que ser algo que me atrape, ligero, que no me haga pensar demasiado e incluso como en este caso, con hechos durante la trama que tendría que vivirlos para creerlos, pero que literariamente los acepto. En realidad a la protagonista le pasa un poco como a mí, es bastante racional y creer algunas cosas para ella es muy complicado, empezando porque una buena señora cure el cáncer de su hijo, pero está dispuesta a todo y lo demostrará con creces, aunque las respuestas para algunas de las preguntas que se hace no tengan el más mínimo sentido. Ella es un personaje muy interesante, pero a mí el que más me ha gustado es Juan Vilanova, una persona buena, humana, un gran compañero que enseguida congenia con Raquel y que no dudará en hacer lo que haga falta para ayudarla.

Fotografía Diario de Pontevedra
Uno de los puntos fuertes del libro, además de lo sencilla que hace la lectura la prosa de Manel, es la ambientación de esa Galicia de leyenda, de meigas, de Santa Compaña, de tradiciones que pasan de generación en generación... quizás porque conoce todo esto de primera mano y por eso consigue trasladarnos a todos a esos lugares por los que transita la historia. Imagino a más de uno y de dos, buscando por internet algunos de estos escenarios pensando en visitarlos a pesar de que no deja de llover prácticamente en ningún momento (yo creo que ya no llueve tanto en Galicia Manel, pero bueno... se te perdona porque a mí la lluvia me encanta).

En resumidas cuentas ha sido un libro que me ha gustado, aunque también os confieso que esperaba más (empezando por más páginas). No me han sorprendido los derroteros que iba tomando la historia y creo que se ve venir demasiado pronto lo que va a ocurrir, al menos en líneas generales y el final... que no sé si me ha convencido demasiado (tengo este problema con los finales de Manel)  podría servir para seguir tirando del hilo si él quisiera en un futuro (que no digo yo que lo vaya a hacer). En fin... que no se va a convertir en mi novela favorita de Manel, pero aquí seguiré esperando su siguiente libro y sobre todo esperando poder verlo en alguna otra presentación para que me lo firme (es el que me falta, claro).

Eso sí que os lo recomiendo un montón. Además de hacer una presentaciones sumamente entretenidas (ya sea de sus novelas o  acompañando a otros autores), tiene anécdotas para parar un tren y siempre pasas un rato muy divertido.

Puedes leer un fragmento de "La Puerta" AQUÍ

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