En un tranquilo barrio residencial de Nueva York, un barrio de calles arboladas y acogedoras familias, algunos hogares han recibido una nota anónima:
Un chico ha estado curioseando en las viviendas y en los ordenadores de sus dueños.
¿Quién es y qué ha descubierto? Mientras los rumores empiezan a circular y las sospechas aumentan, una mujer aparece asesinada y la tensión llega a un punto insostenible.
¿Están relacionados estos hechos? ¿Quién sabe más de lo que deja entrever? ¿Y hasta dónde están dispuestos a llegar estos simpáticos y apacibles vecinos para proteger sus secretos?
«Me resulta muy difícil escribir esta carta. Espero que no nos odie. Hace poco mi hijo entró en su casa cuando usted estaba fuera...»
Un chico ha estado curioseando en las viviendas y en los ordenadores de sus dueños.
¿Quién es y qué ha descubierto? Mientras los rumores empiezan a circular y las sospechas aumentan, una mujer aparece asesinada y la tensión llega a un punto insostenible.
¿Están relacionados estos hechos? ¿Quién sabe más de lo que deja entrever? ¿Y hasta dónde están dispuestos a llegar estos simpáticos y apacibles vecinos para proteger sus secretos?
Antes de empezar a hablar sobre esta novela, me gustaría decir que si los libros anteriores de esta autora no te gustaron demasiado, ya puedes olvidarte de leer "Alguien a quien conoces", porque seguramente te ocurrirá lo mismo, pero si como yo, ya conoces a la autora y disfrutaste con alguna de sus novelas (o con todas), prepárate porque en cuanto la empieces a leer no vas a poder soltarla. Me la he leído en un día y juro que no era mi intención, pero es que ¡¡no podía parar!! y eso que al principio la historia parecía bastante "simple", pero luego va tomando unos derroteros que vamos... te va dejando pasmada con la de cosas que los vecinos de este idílico barrio guardan "bajo llave".
La novela comienza con un brutal asesinato narrado en primera persona. No tardaremos mucho en saber quién es la víctima, aunque en principio (y a pesar de la denuncia de su esposo) su ausencia es tomada por la policía como una desaparición voluntaria.
Por otro lado Olivia Sharpe, vecina de la mujer desaparecida, descubre casualmente que su hijo Raleigh ha estado entrando en las casas de diferentes vecinos para curiosear sobre todo en sus ordenadores. Sus padres no se lo pueden creer y la sensación de decepción y malestar es tan grande que Olivia decide escribir una carta anónima a los dos vecinos afectados (suponiendo que realmente sean solo dos) por la intrusión de su hijo en sus hogares para pedirles disculpas. Una de esas casas es la de Amanda Pierce, cuya desaparición acaba de denunciar su marido.
¿Qué mal puede haber en escribir esas cartas? Olivia no da nombres, ni fechas, ni pistas... ¿quién puede descubrir que la escribió ella y que su hijo fue el intruso? Las cosas sin embargo empiezan a tomar otro cariz cuando el cuerpo de Amanda aparece y entonces Aylesford, ese encantador vecindario donde todos conviven en paz y armonía, donde todos más o menos se conocen y se relacionan, resulta ser un polvorín lleno de secretos que podrían estar a punto de salir a la luz.
¡Qué bien me lo he pasado leyendo esta novela! Además me hacía falta desconectar de todo y no he podido elegir mejor lectura.
Desde la página uno, la novela ya te atrapa, pero es que poco a poco van surgiendo subtramas que van enredando todo lo que ocurre. Desde el momento en el que aparece el cuerpo de Amanda, la policía comienza a interrogar a todo su entorno. Robert, su marido, como es habitual, parece el sospecho más probable, y su actitud no ayuda demasiado, pero enseguida se dan cuenta de que Amanda era una mujer que no dejaba indiferente a nadie. Era una mujer joven y muy bella y aunque llevaban poco tiempo viviendo en Aylesford, ya se había hecho notar sobre todo entre el resto de vecinos "masculinos".
Poco a poco los interrogatorios se irán sucediendo y la policía se da cuenta de que casi todo el mundo o miente o esconde secretos que no quieren que se descubran. A cada nuevo secreto que se va desvelando la bola de las mentiras va creciendo y por mucho que algunas cosas se quieran esconder llega un momento que es imposible. Los personajes tendrán que hacer frente a lo que saben, a lo que han hecho (o dejado de hacer), o a lo que han callado mientras todos empiezan a sospechar de todos y es que el que más y el que menos podría estar detrás de la muerte de Amanda.
A mí el personaje que más me ha gustado a sido Olivia, la verdad. Es que me puse en su lugar desde el instante en que descubre lo que hace su hijo (yo tengo uno algo mayor) y bueno... no sé qué habría hecho en su lugar, la verdad. Menos mal que tiene a Glenda, una amiga en la que puede confiar y que está a su lado en todo momento, aunque ella también tiene que lidiar con un hijo de la misma edad de Raleigh.
Por otro lado el personaje que más rechazo me ha provocado desde el principio ha sido Robert Pierce, del cual sospechaba continuamente, para dejar de hacerlo y al rato volver a sospechar. Es un tipo frío, rencoroso, vengativo y no hay forma de empatizar mínimamente con él.
El resto de personajes componen un elenco que hace funcionar muy bien la trama de la novela, que hace que te preguntes cuánto sabes de tus vecinos/amigos y cuánto saben ellos de ti y la verdad es que he disfrutado un montón metiendo las narices en todas las casas del vecindario "perfecto".
Shari Lapena tiene una habilidad maravillosa para construir adictivos thrillers. Domina el arte de ir enredando los hechos y atraparnos entre las páginas de sus novelas con ese estilo suyo tan ágil y directo. No es una autora que se ande por las ramas, sus novelas empiezan suave pero poco a poco van cogiendo un ritmo que, en mi opinión, nunca decae, y que consiguen atrapar al lector en una trama de suspense hasta el final, un final que me gustó bastante. No diré que lo anticipé al cien por cien, pero sí que el nombre del "malo" de la historia llevaba rondando en mi cabeza un rato, aunque no tenía muy claro por qué.
En fin... que de nuevo Shari Lapena me ha convencido y sin duda volveré a repetir con la autora.
La novela comienza con un brutal asesinato narrado en primera persona. No tardaremos mucho en saber quién es la víctima, aunque en principio (y a pesar de la denuncia de su esposo) su ausencia es tomada por la policía como una desaparición voluntaria.
Por otro lado Olivia Sharpe, vecina de la mujer desaparecida, descubre casualmente que su hijo Raleigh ha estado entrando en las casas de diferentes vecinos para curiosear sobre todo en sus ordenadores. Sus padres no se lo pueden creer y la sensación de decepción y malestar es tan grande que Olivia decide escribir una carta anónima a los dos vecinos afectados (suponiendo que realmente sean solo dos) por la intrusión de su hijo en sus hogares para pedirles disculpas. Una de esas casas es la de Amanda Pierce, cuya desaparición acaba de denunciar su marido.
¿Qué mal puede haber en escribir esas cartas? Olivia no da nombres, ni fechas, ni pistas... ¿quién puede descubrir que la escribió ella y que su hijo fue el intruso? Las cosas sin embargo empiezan a tomar otro cariz cuando el cuerpo de Amanda aparece y entonces Aylesford, ese encantador vecindario donde todos conviven en paz y armonía, donde todos más o menos se conocen y se relacionan, resulta ser un polvorín lleno de secretos que podrían estar a punto de salir a la luz.
¡Qué bien me lo he pasado leyendo esta novela! Además me hacía falta desconectar de todo y no he podido elegir mejor lectura.
Shari Lapena. Fotografía de Writer's Block |
Poco a poco los interrogatorios se irán sucediendo y la policía se da cuenta de que casi todo el mundo o miente o esconde secretos que no quieren que se descubran. A cada nuevo secreto que se va desvelando la bola de las mentiras va creciendo y por mucho que algunas cosas se quieran esconder llega un momento que es imposible. Los personajes tendrán que hacer frente a lo que saben, a lo que han hecho (o dejado de hacer), o a lo que han callado mientras todos empiezan a sospechar de todos y es que el que más y el que menos podría estar detrás de la muerte de Amanda.
A mí el personaje que más me ha gustado a sido Olivia, la verdad. Es que me puse en su lugar desde el instante en que descubre lo que hace su hijo (yo tengo uno algo mayor) y bueno... no sé qué habría hecho en su lugar, la verdad. Menos mal que tiene a Glenda, una amiga en la que puede confiar y que está a su lado en todo momento, aunque ella también tiene que lidiar con un hijo de la misma edad de Raleigh.
Por otro lado el personaje que más rechazo me ha provocado desde el principio ha sido Robert Pierce, del cual sospechaba continuamente, para dejar de hacerlo y al rato volver a sospechar. Es un tipo frío, rencoroso, vengativo y no hay forma de empatizar mínimamente con él.
El resto de personajes componen un elenco que hace funcionar muy bien la trama de la novela, que hace que te preguntes cuánto sabes de tus vecinos/amigos y cuánto saben ellos de ti y la verdad es que he disfrutado un montón metiendo las narices en todas las casas del vecindario "perfecto".
Shari Lapena tiene una habilidad maravillosa para construir adictivos thrillers. Domina el arte de ir enredando los hechos y atraparnos entre las páginas de sus novelas con ese estilo suyo tan ágil y directo. No es una autora que se ande por las ramas, sus novelas empiezan suave pero poco a poco van cogiendo un ritmo que, en mi opinión, nunca decae, y que consiguen atrapar al lector en una trama de suspense hasta el final, un final que me gustó bastante. No diré que lo anticipé al cien por cien, pero sí que el nombre del "malo" de la historia llevaba rondando en mi cabeza un rato, aunque no tenía muy claro por qué.
En fin... que de nuevo Shari Lapena me ha convencido y sin duda volveré a repetir con la autora.
Puedes leer un fragmento de "Alguien a quien conoces"AQUÍ
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