AUTOR: Marta Currás
EDITORIAL: Círculo de Lectores
Sinopsis Editorial:
La idea le parece una locura: ¿viajar hasta San Francisco solo para acompañar a un anciano desde allí a Los Ángeles? Puede que sea una locura, sí, pero Clara acaba de romper con su novio y no tiene trabajo, así que una aventura remunerada no le viene mal del todo. Al llegar, la sobrina de su nonagenario acompañante le da los pormenores: su tío ya no puede vivir solo y han decidido trasladarlo a una residencia en Los Ángeles, algo que él ha aceptado con la condición de hacer el viaje por carretera y desviarse para visitar el Gran Cañón del Colorado. De modo que aquí están, en un cochazo un tanto cinematográfico, Clara, el señor Duncan y Raj, un chofer indio que solo habla cuando es indispensable.
Con “Templados por el sol, mecidos por el viento”, Marta Currás se presentó al Premio Círculo de Lectores 2017 y aunque no ganó, sí quedo entre los finalistas. Su novela agradó tanto que Círculo le ofreció publicarla igualmente y ahora que la he terminado de leer entiendo por qué.
Hace mes y medio, antes de ir a mi consulta mensual en el dentista, quedé con Marta en Vigo para tomar un cafecito y estuvimos hablando de muchas cosas, pero sobre todo, lógicamente de libros, títulos, autores, editoriales, blogs… Fue entonces cuando me dijo que acababa de ganar el Premio Literario Nostromo 2018 con una novela que tiene como protagonista a la ciudad de Vigo en los años veinte. En ese momento no sabía cómo escribía Marta, pero tras leer “Templados por el sol, mecidos por el viento”, sin duda me apunto a leer “La memoria de las olas” cuando se publique.
Sinceramente, con tantos libros pendientes de lectura, no sabía cuándo leería esta historia, simplemente esperaba el momento oportuno y este llegó tras un parón por “saturación literaria”. Me apetecía volver a retomar el ritmo lector con una historia que no fuera muy extensa y que con suerte me atrapara rápidamente entre sus páginas y acerté de lleno. Me ha gustado mucho este libro, sobre todo la forma de escribir de Marta, que ha conseguido que me sintiera un miembro más de este pequeño grupo que viaja desde San Francisco al Gran Cañón del Colorado.
La novela comienza con un viaje desde Vigo a San Francisco, donde Clara Phillips, una traductora y cuidadora de ancianos, ha sido contratada gracias a la intervención de su mejor amiga, para acompañar a Duncan Sutter, un anciano de casi noventa años, en el que será su último viaje antes de ingresar en un asilo. Clara no está muy convencida con este trabajo, pero acaba de sufrir una ruptura con su pareja y alejarse de su entorno diario no le vendrá nada mal, por no hablar de lo bien pagado que está el trabajo.
Clara acompañará a Duncan y a Raj, su chófer hindú, durante varios días en un viaje en coche, al que se sumará un interesante personaje llamado Mike y durante el mismo, no sólo conocerá mucho mejor a Duncan, sino que irá leyendo el diario de alguien llamado Liz que el propio Duncan le ofrece como lectura. El contenido del diario irá calando en Clara y poco a poco irá comprendiendo muchas cosas. Sólo tiene que tener paciencia. Como le dice Duncan, cuando llegue al final del diario todo tendrá sentido. Además durante el viaje, el anciano le irá enseñando una serie de fotografías que muestran excelentes retratos de diferentes tribus nativas americanas tomadas por Edward S. Curtis, un personaje real que dedicó más de treinta años de su vida a documentar la cultura de los indígenas de Estados Unidos para no que no cayera en el olvido y con quien Duncan de vez en cuando parece mantener conversaciones, a pesar de que Curtis lleve muerto bastante tiempo.
Esta es, claramente, la historia de un viaje, pero no solo un viaje físico (a modo de road-movie) de un lugar a otro, también es la historia de otro viaje, el que hace Clara hacia su propio interior, kilómetros de carretera le ayudarán a conocerse un poco más, a darse cuenta de lo que ha dejado atrás y lo que le ofrece el futuro si se atreve a coger las riendas. Me ha gustado mucho cómo está descrito todo el paisaje por el que transcurre la novela y mientras leía he ido buscando fotografías del trayecto de los protagonista y sin ser yo una persona a la que le entusiasme viajar, me ha parecido un recorrido impresionante.
Por supuesto es todo un homenaje a Edward Curtis y a la cultura nativa americana, que a priori puede ser un tema que no os interese demasiado, quizás porque no es algo que encontremos habitualmente en las novelas actuales, pero a veces vale la pena adentrarse en terrenos diferentes y salir de “lo de siempre”. Me ha encantado todo el aprendizaje de Clara sobre los Indios Nativos, las pinceladas que Duncan le ofrece sobre el terrible efecto del hombre blanco en sus vidas, cómo pasaron a ser expulsados, confinados en reservas y en algunos casi prácticamente aniquilados y cómo Edward Curtis quiso reunir en una obra monumental toda esa historia a pesar de que su empeño empezaba a pasarle factura en relación a su propia familia.
Otra cosa que me ha gustado mucho, ha sido como ha alternado Marta el viaje de Duncan y Clara con la lectura del diario de Liz, una historia que me ha encantado y emocionado. ¿Quién es esa Liz y por qué Duncan tenía el diario? ¿Por qué el destino final de este viaje es concretamente El Gran Cañón? ¿Qué significa el título de la novela para uno de los personajes del libro? Bueno pues eso no os lo voy a contar porque vale la pena que lo leíais y antes de que alguien diga que no puede comprar el libro porque no es de Círculo de Lectores, os digo que también lo podéis encontrar en formato Ebook AQUÍ, donde veréis que quienes se han animado a leerlo, han quedado tan encantados como yo.
He disfrutado mucho esta lectura y aunque es cierto que hubiera seguido leyendo con gusto si el viaje hubiera sido más largo o incluso si la autora se hubiera parado a contarnos más detalles de la vida de Duncan, Mike o Clara, lo cierto es que me ha dejado muy buen sabor de boca. Acompañar a todos estos personajes (los del presente y los del pasado), saber por qué motivo necesita cada uno hacer este viaje en concreto, y ver al final del camino lo aprendido por cada uno de ellos me ha encantado.
“Templados por el sol, mecidos por el viento” habla del destino, de lo que podemos controlar y de lo que nos va sorprendiendo por el camino, de las cosas buenas de las que es capaz el ser humano y también de las peores, todo ello escrito de forma sencilla y natural. Me ha encantado descubrir a una persona como Edward Curtis, del que no había oído hablar jamás y por supuesto todo el trabajo que realizó para que la cultura y costumbres de los nativos americanos no se acabara difuminando de la memoria de la gente. Es una novela que me ha ofrecido justo lo que buscaba, un desbloqueo lector con una buena historia, bien escrita y que me enganchara desde el principio. Ha sido una lectura perfecta para mí.
Con “Templados por el sol, mecidos por el viento”, Marta Currás se presentó al Premio Círculo de Lectores 2017 y aunque no ganó, sí quedo entre los finalistas. Su novela agradó tanto que Círculo le ofreció publicarla igualmente y ahora que la he terminado de leer entiendo por qué.
Hace mes y medio, antes de ir a mi consulta mensual en el dentista, quedé con Marta en Vigo para tomar un cafecito y estuvimos hablando de muchas cosas, pero sobre todo, lógicamente de libros, títulos, autores, editoriales, blogs… Fue entonces cuando me dijo que acababa de ganar el Premio Literario Nostromo 2018 con una novela que tiene como protagonista a la ciudad de Vigo en los años veinte. En ese momento no sabía cómo escribía Marta, pero tras leer “Templados por el sol, mecidos por el viento”, sin duda me apunto a leer “La memoria de las olas” cuando se publique.
Sinceramente, con tantos libros pendientes de lectura, no sabía cuándo leería esta historia, simplemente esperaba el momento oportuno y este llegó tras un parón por “saturación literaria”. Me apetecía volver a retomar el ritmo lector con una historia que no fuera muy extensa y que con suerte me atrapara rápidamente entre sus páginas y acerté de lleno. Me ha gustado mucho este libro, sobre todo la forma de escribir de Marta, que ha conseguido que me sintiera un miembro más de este pequeño grupo que viaja desde San Francisco al Gran Cañón del Colorado.
La novela comienza con un viaje desde Vigo a San Francisco, donde Clara Phillips, una traductora y cuidadora de ancianos, ha sido contratada gracias a la intervención de su mejor amiga, para acompañar a Duncan Sutter, un anciano de casi noventa años, en el que será su último viaje antes de ingresar en un asilo. Clara no está muy convencida con este trabajo, pero acaba de sufrir una ruptura con su pareja y alejarse de su entorno diario no le vendrá nada mal, por no hablar de lo bien pagado que está el trabajo.
Edward Curtis |
Esta es, claramente, la historia de un viaje, pero no solo un viaje físico (a modo de road-movie) de un lugar a otro, también es la historia de otro viaje, el que hace Clara hacia su propio interior, kilómetros de carretera le ayudarán a conocerse un poco más, a darse cuenta de lo que ha dejado atrás y lo que le ofrece el futuro si se atreve a coger las riendas. Me ha gustado mucho cómo está descrito todo el paisaje por el que transcurre la novela y mientras leía he ido buscando fotografías del trayecto de los protagonista y sin ser yo una persona a la que le entusiasme viajar, me ha parecido un recorrido impresionante.
Por supuesto es todo un homenaje a Edward Curtis y a la cultura nativa americana, que a priori puede ser un tema que no os interese demasiado, quizás porque no es algo que encontremos habitualmente en las novelas actuales, pero a veces vale la pena adentrarse en terrenos diferentes y salir de “lo de siempre”. Me ha encantado todo el aprendizaje de Clara sobre los Indios Nativos, las pinceladas que Duncan le ofrece sobre el terrible efecto del hombre blanco en sus vidas, cómo pasaron a ser expulsados, confinados en reservas y en algunos casi prácticamente aniquilados y cómo Edward Curtis quiso reunir en una obra monumental toda esa historia a pesar de que su empeño empezaba a pasarle factura en relación a su propia familia.
Mujer Pomo Mujer Hopi
Marta Currás |
He disfrutado mucho esta lectura y aunque es cierto que hubiera seguido leyendo con gusto si el viaje hubiera sido más largo o incluso si la autora se hubiera parado a contarnos más detalles de la vida de Duncan, Mike o Clara, lo cierto es que me ha dejado muy buen sabor de boca. Acompañar a todos estos personajes (los del presente y los del pasado), saber por qué motivo necesita cada uno hacer este viaje en concreto, y ver al final del camino lo aprendido por cada uno de ellos me ha encantado.
“Templados por el sol, mecidos por el viento” habla del destino, de lo que podemos controlar y de lo que nos va sorprendiendo por el camino, de las cosas buenas de las que es capaz el ser humano y también de las peores, todo ello escrito de forma sencilla y natural. Me ha encantado descubrir a una persona como Edward Curtis, del que no había oído hablar jamás y por supuesto todo el trabajo que realizó para que la cultura y costumbres de los nativos americanos no se acabara difuminando de la memoria de la gente. Es una novela que me ha ofrecido justo lo que buscaba, un desbloqueo lector con una buena historia, bien escrita y que me enganchara desde el principio. Ha sido una lectura perfecta para mí.
Yo fui templado por el sol, mecido por el viento y protegido por los árboles como cualquier bebé indio. Puedo ir a cualquier lugar y sentirme bien allí.
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