En una habitación de hospital en pleno centro de Manhattan, delante del iluminado edificio Chrysler, cuyo perfil se recorta al otro lado de la ventana, dos mujeres hablan sin descanso durante cinco días y cinco noches. Hace muchos años que no se ven, pero el flujo de su conversación parece capaz de detener el tiempo y silenciar el ruido ensordecedor de todo lo que no se dice. En esa habitación de hospital, durante cinco días y cinco noches, las dos mujeres son en realidad algo muy antiguo, peligroso e intenso: una madre y una hija que recuerdan lo mucho que se aman.
Ficha del Libro: Aquí
Esta novela llegó a mí por sorpresa como regalo de cumpleaños inesperado y como ya me había llamado la atención cuando la comencé a ver en redes sociales, no tardé mucho en empezarla… y terminarla, porque apenas me ha durado un par de días.
No había leído nada de la autora, aunque tengo anotada en mi lista infinita de libros “Olive Kitteridge” desde hace mucho tiempo. Tras leer este libro, quizás sea el momento de que suba puestos en la lista y se venga pronto a casa, porque “Me llamo Lucy Barton” me ha gustado mucho, tanto la historia como el estilo de la autora.
Lucy Barton echa la mirada atrás y recuerda su estancia hace años en un hospital de Manhattan, donde fue operada de una apendicitis. Las cosas se complicaron un poco y su estancia allí se alargó durante unas semanas. Su marido, al que no le gustaban los hospitales (¡mira tú, como a todos!) decidió llamar a la madre de Lucy para que la acompañara y tras años sin ver a su hija, se trasladó hasta el hospital donde esta se encontraba. Durante cinco días y cinco noches hablaron y recordaron, sin un orden concreto, historias propias y ajenas, temas más serios y cotilleos varios, pero sin profundizar en exceso en ninguna de ellas y es que sus conversaciones, de las que será testigo el lector, estaban llenas de silencios, sin embargo son silencios que también contaban su historia, la de ambas y las de otras personas. Esta es una novela cuyos espacios el lector puede rellenar imaginando o intuyendo lo que falta.
Está claro que la infancia de Lucy no fue fácil. Creció en un entorno rural y decir que su familia era profundamente pobre es quedarse corto. Su entorno solo mostraba desprecio hacia ellos, y si al menos entre los suyos se hubieran demostrado algo de cariño… pero no, ellos tampoco eran muy dados a expresar sus sentimientos, ni con palabras ni con gestos. La relación de Lucy con sus dos hermanos tampoco es que fuera muy fraternal, así que acabó refugiándose en los libros. En esas historias encontraba refugio y ellas acudieron a su rescate.
Me ha gustado mucho cómo desde niña se siente escritora, cómo aprovechaba cada momento para leer, cómo en invierno, podía estar horas y horas leyendo en la biblioteca para no morirse de frío en casa, y al final los libros le ayudaron a ser la buena estudiante que acabó siendo y soñando en convertirse en escritora, se atrevió y se marchó de ese hogar en busca de su propia vida, de su propia familia.
Me ha gustado mucho cómo desde niña se siente escritora, cómo aprovechaba cada momento para leer, cómo en invierno, podía estar horas y horas leyendo en la biblioteca para no morirse de frío en casa, y al final los libros le ayudaron a ser la buena estudiante que acabó siendo y soñando en convertirse en escritora, se atrevió y se marchó de ese hogar en busca de su propia vida, de su propia familia.
Elizabeth Strout (http://alchetron.com/Elizabeth-Strout-834817-W) |
Sin ser una novela arrolladora donde las páginas vuelen, lo cierto es que se lee con agilidad y placer porque está muy bien escrito. Con su prosa sencilla, precisa, sobria, nos lleva al duro pasado de una Lucy que soñaba con escribir y al presente de una Lucy superviviente, esposa, madre y ya escritora.
“Me llamo Lucy Barton” nos habla del amor entre una madre y una hija, un amor que no han sabido expresar, pero que evidentemente está ahí. Nos habla salir adelante en las peores circunstancias, de la familia, de la soledad, de elegir recordar o callar, de perdonar o no, en fin nos habla de vivir...
“Me llamo Lucy Barton” nos habla del amor entre una madre y una hija, un amor que no han sabido expresar, pero que evidentemente está ahí. Nos habla salir adelante en las peores circunstancias, de la familia, de la soledad, de elegir recordar o callar, de perdonar o no, en fin nos habla de vivir...
"Ésta es una historia de amor, tú lo sabes. Es la historia de un hombre atormentado todos los días de su vida por cosas que hizo en la guerra. Es la historia de una esposa que se quedó a su lado, porque eso es lo que hacían la mayoría de las esposas de esa generación, y cuando va a la habitación del hospital a ver a su hija habla compulsivamente de que el matrimonio de todo el mundo va mal, y ella ni siquiera lo sabe, ni siquiera sabe lo que está haciendo. Es la historia de una madre que quiere a su hija. De una manera imperfecta, porque todos amamos de una manera imperfecta. Pero si mientras escribes esta novela te das cuenta de que estás protegiendo a alguien, recuerda una cosa: que no lo estás haciendo bien." (pág 119)